Capítulo 24

3.7K 350 39
                                    

Harry se había quedado sin ideas. Cortejar a las mujeres que no le preocupaban había sido fácil. Conquistar al hombre que amaba era lo más difícil que había hecho en su vida. La tarde anterior había estado con un agente inmobiliario visitando algunos ranchos cercanos. En cuanto vio el tercero supo que aquel era el lugar de sus sueños, la tierra encantada en la que se hallaba su futuro. Todo lo que tenía que hacer era convencer a Louis de que él formara parte de el.

Lo miró de reojo con el corazón latiendole tan fuerte que se preguntó si él podría oírlo. Sabía que había llegado el momento de la verdad. Si Louis lo rechazaba tras su declaración final, tendría que encontrar el modo de vivir sin él. Y esa idea lo aterrorizaba.

Recordó el día en que Louis le dijo entre risas que él nunca estaba solo, dando a entender que siempre tenía alguna bella mujer a su lado. Pero él no mintió cuando le dijo que se sentía solo. Hasta la semana anterior, se había sentido solo todos y cada uno de los días de su vida de adulto.

Una vez teniendo a Louis tan firmemente grabado en su corazón, no podía imaginar el resto de su vida sin él. En pocos minutos estarían en el lugar en el que tenía la intención de pasar su futuro, y quería compartir ese futuro con Louis. No dijo nada mientras giraba por camino de tierra que llevaba a la casa del rancho. A lo lejos se alzaba un viejo establo gris con una veleta de metal en el tejado. Detuvo el coche ante la casa, apagó el motor y se volvió hacia Louis.

Louis miró la casa a través de la ventanilla, sin que su rostro revelara la más mínima expresión.

—Es sobre lo que hablamos la última noche en Mustang—dijo Harry —Una bonita casa ranchera rodeada por una valla blanca de madera, algunos acres de terreno y un establo en el que guardar un par de caballos.

—¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó Louis, con sus preciosos ojos azules llenos de lágrimas —¿Por qué me estas torturando de este modo? —abrió la puerta y salió rápidamente del coche. Harry lo siguió hasta donde se había detenido.

Louis miraba la casa mientras las lágrimas se deslizaban lentamente por sus mejillas. No lo quería. No lo amaba. De lo contrario, no sería tan infeliz. Harry caminó hasta la casa y se sentó en el porche frente a él. Respiro profundamente y se pasó una mano por el pelo, sintiendo un terrible vacío en su corazón.

—No se que hacer —habló cohibido—No se como hacerte comprender cuánto te necesito, cuánto te quiero—Louis permanecía donde estaba, manifestando con sus lágrimas una infelicidad que no podía significar nada bueno para él—Dime que no importo y te dejaré en paz Louis—se levantó y camino hasta él.

Sintió el impulso de estrecharlo contra su corazón para que pudiera oír el amor que desprendía cada uno de sus latidos. Pero no lo tocó.

—Harry... —Louis suspiró.

—Dime que no sientes nada por mi, y no volveré a molestarte. Pero tienes que mirarme a los ojos y decirme que quieres que me vaya. Tienes que mirarme a los ojos y decirme que no hay esperanzas—su voz se rompió mientras susurraba la última frase.

Louis cerró los ojos. Tras respirar temblorosamente, volvió a abrirlos y miró a Harry.

—La semana que pasamos en Mustang fue mágica... pero fue una farsa —Louis se frotó las lágrimas con una mano—Nada de lo que sucedió durante esa semana fue real, y tampoco lo es lo que estas sintiendo ahora —Harry lo tomó por los hombros, esforzándose por contener su enfado.

—No me digas que lo que siento no es real. Sé lo que hay en mi corazón y puedo distinguir entre lo que es real y lo que no—su enfado se esfumó, dando paso a un insoportable dolor—Te quiero Louis. Quiero despertar cada mañana contigo entre mis brazos, y acostarme cada noche sabiendo que vas a estar a mi lado. Ahora dime que no me quieres. Dime que no te importo.

Louis se apartó de él.

—No puedo decirte eso, ¿no lo comprendes?—respiró con pesar—No puedo decirte que no me importas, no puedo decirte que no te quiero.

Sus palabras fueron como un bálsamo para Harry, aunque seguía sin ver el más mínimo destello de felicidad en los ojos de Louis. Apoyó ambas manos sobre sus mejillas, preguntándose que estaría pasando por su cabeza.

—Háblame corazón. Dime qué va mal, dime por qué estás llorando.

—Tengo miedo—aquellas palabras surgieron con evidente esfuerzo de los labios de Louis.

—¿Miedo de que? —preguntó Harry. Louis volvió a apartarse de él y se abrazo a si mismo, como protegiéndose.

—Solo he amado a un hombre, Harry, y se fue de mi vida sin mirar a atrás. No podría soportar entregarte mi corazón y que, al cabo de un tiempo, me lo devuelvas.

—Oh, Louis. Si pudiera, volvería atrás el tiempo y me convertiría en tu padre para llenar el vacío que dejó en ti cuando se fue. Pero no puedo ser tu padre. Solo puedo ser el hombre que te ama, que te amara durante el resto de tu vida—observó que sus palabras comenzaban a calar en Louis, lo notó en su respiración, en la ligera relajación de su cuerpo. Era una pequeña grieta en la muralla que había alzado en torno a su corazón—Te quiero Louis. Y cuando te miró, mi corazón late más deprisa y mi pulso se acelera. Eres más hermoso de lo que nunca imaginaras... por que eres el hombre que amo.

Un gemidos se escapó de la garganta de Louis, no de dolor, sino más bien de liberación del dolor... dejando espacio para que siguiera una nueva emoción.

—Te quiero Harry.

El corazón de Harry se llenó de gozo al oír aquellas palabras. Era asombroso que aquellas meras palabras bastaran para hacerle creer que cualquier cosa era posible, que había sido agraciado con el tesoro mas precioso de la tierra. Tiró de Louis con suavidad para que lo siguiera. No retuvo nada cuando lo tomó entre sus brazos y lo estrechó contra su pecho.

—Te quiero, Louis. Cásate conmigo. Quiero que seas mi esposo. Comparte tu vida conmigo, aquí, en esta casa.

Louis rompió a llorar de nuevo, pero en esta ocasión Harry supo que las lágrimas no eran debidas a la tristeza, sino a la felicidad de sentirse seguro de el amor de su hombre.

—Si —logró decir, entre lágrimas—Si quiero...

No tuvo oportunidad de decir más, por que Harry no pudo esperar para apoderarse de sus labios. Lo beso larga y profundamente, sellando su futuro juntos con la promesa de un amor eterno. Cuando el beso terminó, Louis le acarició el rostro amorosamente.

Mientras Louis lo miraba con sus ojos azules y cálidos, llenos de amor, Harry supo que amaría a aquel hombre, a su antiguo asistente... Para siempre.

Esposo perfecto ➳ larry stylinson TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora