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Claudia

Estaba terminando de acomodar los botones de la camisa, me miré una última vez al espejo antes de salir de la habitación.
Me despedí de mi madre que minutos antes me había entregado la llave del coche.
Manejé un rato, yendo a la casa de Lou, había quedado de que pasaría por ellas para ir a la graduación de Maggie.
Pude apreciarlas cuando salieron de la casa, se veían realmente hermosas y con sinceridad se los hice saber. La siguiente parada era la casa de Ana.
Cuando la ví no pude evitar desconectarme de todo y sólo centrarme en ella, se veía total y completamente guapa, hermosa... El corazón me palpitaba rápido y estaba segura que tenía una sonrisa boba en los labios. Irene y Lourdes decían cosas que no comprendía, estaba perdida en Ana, no tenía ojos, oídos y pensamientos más que para ella.
Ese vestido rojo le quedaba increíble, deseé por un momento que no estuviéramos yendo a ninguna parte, que nos quedáramos allí, sólo las dos, poder admirarla a solas.

Subió al carro y me sentí nerviosa, pero complacida de tenerla cerca, no sabía cómo decirle lo increíble que se veía, las palabras no parecían querer salir con facilidad, sobre todo porque ella tampoco apartaba la mirada de mí.

Alguien aclarándose la garganta nos sacó de nuestro trance. Era Lourdes, cómo no.

—Oigan, si quieren nos bajamos del carro. Les damos quince minutos

Sentí que enrojecí a más no poder y Ana estaba igual, la pareja que teníamos por amigas rieron divertidas.
Sin decir más puse en marcha el vehículo y Ana habló.

—No cambias, desde que te conozco haces tus comentarios sugerentes

Fue allí que Lourdes terminó siendo la bulleada.
Al llegar al lugar de la graduación, cuando se bajaron del carro comenzaron a hablar de sus vestidos, me sentía de alguna forma felizmente excluida de eso, pero también incómoda por no tener con quién hablar sobre nada mientras ellas hablaban sobre vestidos y maquillaje y quién sabe qué más.

¿En serio soy mujer? —me interrogué mentalmente.

—¿Las princesas ya dejaron de hablar de sus vestidos?

Pregunté cuando me animé a acercarme, claro que me gané miradas asesinas. Finalmente caminamos con dirección al interior del lugar, Lourdes me preguntó seriamente:

—¿Me puedes explicar porqué vienes con esas Vans negras?

—Porque me gustan

—¿Maggie no te mencionó la palabra "elegante"?

—Lo hizo y vine lo más elegante que pude. ¡Oh vamos! Soy un "vago" como dice Ana, no tengo zapatos formales y no me iba a poner a gastar en unos sólo por una noche

Y mucho menos cuando se trataba de una chica que no era muy importante para mí.

—A mí me gusta cómo te ves

Opinó Ana, esa era la única opinión que me importaba y la que valía para mí, sonreí sin poder evitarlo y le dí un ligero apretón a su mano.

Me alegré de ver a Stephan y Lionetta llegando, no las veía desde mi celebración, había olvidado que podrían estar invitadas, debido al parentesco de Stephan León con Maggie Cornejo. Una nueva oportunidad para compartir con ellas.

—Empiezan a llegar los Mortifagos

Dijo Lourdes haciendo alusión a la vestimenta de la pareja, ambas vestían de negro, completamente de negro, me gustó mucho la referencia de mi amiga, pero no pude evitar sorprenderme y quedar fascinada ante la respuesta de Stephan al pasar entre Irene y Lourdes.

Salazar ¿Slytherin?Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ