Bitácora #325:
«Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad, elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde el aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces, mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llenas de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua».
Julio Cortazar
Mientras tenia su cuerpo pegado al mío, sintiéndome envuelto en el aroma mas extraño y cálido, olvidé completamente la presencia de Mateo quien estaba a menos de 5 metros de nosotros. Y en medio de lo que parecía ser un sueño húmedo, escucho una voz a lo lejos y me desvanezco en un corto sueño.
Despierto e inmediatamente reconozco a un vecino mío levantándome del suelo. Lo siguiente fue la silueta de Annel y Mateo alejándose a lo lejos. Estaban corriendo. Annel no volvió a ver hacia atrás. Estuve esperando su mirada hasta verla voltear la esquina de la mano de Mateo, sentí una punzada en el peso.
"¿Esa era tu enamorada?" Preguntó el vecino. No supe qué responder. "¿Qué fue?... ¿qué paso?" respondí sin dejar de mirar la dirección por donde se fue la chica que me había cambiado la vida. De pronto alguien me abrazó y me tomó del rostro. Era mamá. "¿Qué te pasó?" El vecino comenzó a contar una historia que retrataba a una Annel diferente, y que me dejaba a mi como un puberto sentimental y masoquista.
"Nada vecina, parece que la enamorada de su hijo le sacó la vuelta, vino otro chico, parecía ser el 'otro'. Lo vi sospechoso, pensé que era un 'choro' con ganas de robarle algo a los chicos. Lo vi desde mi techo. Grité pero tu muchacho no me hizo caso, vino por detrás de él y le dió un derechazo en la cabeza. Bajé para ayudar y cuando me acerqué, la chica, se me enfrentó. Dijo que toda la culpa la tenia tu hijo porque él la besó"
Mamá estaba furiosa. No dijo palabra alguna durante el relato. A este punto no sentí ni temor ni preocupación por que me iba a ocurrir. Aunque no podía decir que me sentía del todo bien.
"La chica estaba loca. Gritaba que era culpa tuya ¿Qué le hiciste? (se limpia las manos) ese chico es un bravucón, ¿cómo tienes amigos así? se fue con tu chica" - "Gracias vecino" Respondió mi madre. Me tomó del brazo y me apartó del tumulto que parecía acrecentarse con cada vecino chismoso que quería ver que había ocurrido. "Vete a casa y espérame en tu cuarto que tenemos mucho de que conversar"
Caminé directo a mi cuarto. Desde mi ventana pude ver a mamá conversando con el vecino quien parecía estar contando la misma historia a todo vecino fisgón. Mamá se detuvo a esperar que el vecino terminara de hablar y luego intervino en lo que parecía una conversación de adultos.
Me senté en la cama, comencé a recopilar las imágenes y las sensaciones que podía rescatar de mi aturdimiento. Considerándome un poco mas calmado, en la seguridad de mi cuarto pude revivir el beso. Las cosas pasaron demasiado rápido para asimilar cada detalle de algo, que hasta el momento no había considerado importante, sobre todo para mi como adolescente.
Todos decían que seria una sensación cálida y bonita, el primer beso. ¿Era mi primer beso? si, lo fue. Y lo peor de todo es que no recuerdo bien cada detalle, solo recuerdo sentir su aliento cálido que me rozaba la nariz de forma intermitente, el aroma de su shampoo, hasta el momento donde sentí sus labios, pero como si tomaran una fotografía, inmediatamente me sentía en el suelo. Poco a poco el tiempo me quitaba los últimos recuerdos vividos de ese momento y solo me quedaba la imagen de ella corriendo y las palabras del vecino diciéndome: "Ella no te ama"
A estas alturas no se si fui yo, o fue ella. No estoy seguro ¿quién besó a quién? me mataba esta incertidumbre que como fantasma aparecía cada vez que sentía que tenia algo seguro con Annel. Me levanto de la cama y camino en círculos en mi habitación, siento que necesito calmarme. Inmediatamente me quito la ropa y voy a la ducha. Dejo correr el agua sobre mi cuerpo y de pronto la razón me vuelve. Como un flash de imágenes veo sus ojos en mi mente, en el proceso recuerdo lo húmedos que estaban. ¿Estaba llorando? No, una chica tan segura de si misma no expresaría así sus emociones. Sin embargo, estaba casi seguro que sus ojos estaban cargados de emoción, no podía decir de qué tipo de emociones tenían, pero de seguro no podían contener lo que fue que estuvieran sintiendo.
Al seguir recordando bajo el agua de la ducha me toco el moretón en la cara, y al son del viento que parecía soplar por mi ventana abierta escucho su voz susurrándome. Si, la voz de ella. Me dijo algo mientras su boca se confundía con la mía, mi pasión no solo me hizo olvidar la presencia de Mateo sino que hizo que interrumpiera lo que quería decir y que solo sus ojos pudieron expresar. "no me dejes"
Escribo sus palabras en el espejo del baño para dejarlo grabado en mi mente. Dicen que si lo escribes no lo olvidas. Luego lo borro, me voy al cuarto y me visto tratando de recuperar los pocos recuerdos que van regresando a pedazos. Mi corazón vuelve palpitar fuerte. Mi mente vuelve a retomar lo ocurrido mientras miro el techo de mi cuarto. Abruptamente me levanto. Una notificación en el celular. Era Mateo, un video estaba en espera de ser reproducido:
"Janiel, dejala en paz. Mira... para que veas que no te guardamos rencor." (aparece Annel bajo su brazo, luego ella habla) - "Si,... no quiero volverte a ver Janiel, eres un pervertido" (parecen estar caminando por un parque, el video parece estar grabándose mientras caminan)
Miro estupefacto el video. Ambos se besan. Frente a la cámara. El beso fue largo. No se que sensación fue la mas incomoda, el asco por la forma como se besaban o la indignación por sentirme un mocoso que se daba cuenta de que le habían tomado el pelo. Tampoco se que es lo que me lleva a repetir el video una y otra vez, como si no fuera real. Como si fuera una broma de mal gusto. Pongo pausa al video para ver a Annel junto a Mateo. Siento una amargura tal que me invade completamente, como una sensación de estar sucio.
Mamá sube, apago el movil y lo arrojo en la ropa sucia.
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"Enamordazado"
Teen FictionJaniel se opone al amor romántico en todas sus formas. Y aunque aun es un adolescente se determina a no ser victima del sistema. Jura no enamorarse jamás hasta que conoce a una chica que pondrá a prueba su determinación.