3

76 15 0
                                    

El hecho de qué hubiera 5 días festivos me entusiasmaba, pero no contaba con llevar 2 y medio tumbada en mi sofá sin hacer nada. ¿Trabajos? Los había hecho todos. ¿Estudiar? Había estudiado todo y además no era tiempo de exámenes. En ese sentido tenía todo hecho.

No tenía ni la más remota idea qué hacer, tan sólo me tumbaba a hacer zapping en la tele, ver alguna serie y comer.

- Me muero del asco.

Dije en voz alta y hablando sola. Decidí poner fin a mi aburrimiento y darme una ducha.

Cuando salí, me tiré delante del armario como unos 15 minutos para acabar poniéndome unos jeans claros y una camisa informal. Me maquillé un poco y me puse el abrigo para salir a la calle.

No sabía a dónde me dirigía pero caminaba sin pensarlo. Sorprendentemente, o no, acabé en la cafetería de Mark. Él me recibió con una sonrisa amplia y vino a tomar nota.

- ¿Lo de siempre?

- Exacto.

Mark se encargó de toda la cafetería y cuando terminó se sentó enfrente mío.

- ¿Y esa sonrisa tan amplia? - me preguntó.

- Adivina quién me habló el otro día.

- No. ¿Chanyeol?

Después del encontronazo que tuve en los pasillos con Chanyeol, parecía como si nos buscáramos, mutuamente, y eso era lo que me hacía ponerme contenta. Muchas veces nos parábamos en los pasillos para hablar y siempre había alguna que otra mirada cómplice con sonrisa incluida en varios momentos. Sin contar el día que me pidió mi número. Vivía en una nube durante esas semanas.

Mark se levantó guiñándome un ojo y se puso a atender a más gente que entró.

Al cabo de un rato, me despedí de él y me fui. Iba dando vueltas por la ciudad y recordando los mini momentos relacionados con Chanyeol.

Chanyeol me gustaba desde hace 2 años y medio, todavía no recuerdo el por qué, pero era como la típica historia de siempre;

Chica se enamora de chico que está con todas menos con ella. Chico empieza a fijarse en chica y acaban felices.

Era estúpido pero el pensar en eso me hacía ponerme de un modo u otro contenta, y tampoco quería hacerme ilusiones de algo que era posible que no pudiera pasar

Pasé a una tienda para comprar una botella de agua ya qué tenía la garganta seca y me encontré con Yuta.

- ¿Cuándo pensabas contarme lo de Chanyeol? He tenido que enterarme por Sicheng. Estoy ofendido. - dijo Yuta en un todo gracioso.

- Bueno - tome un trago de agua - pensaba decirte lo juro. Pero Sicheng es un bocazas.

Tras pasar un rato hablando con Yuta nos despedimos, hubo un momento de la tarde en la que tenía unas inmensas ganas de preguntarle cosas sobre Yukhei, pero algo me impedía hablar de él.

Haciendo el camino para casa, sin querer queriendo, pasé por el parque por donde me encontré por primera vez con Yukhei, acompañado de Yuta.
Sólo por si tal vez, o por casualidad, Yukhei estaba allí.

Conforme me iba acercando a la cancha, oía el ruido de un balón votar y mi pulsación se aceleró. Me asome y pude ver a la persona que tenía tanto curiosidad por ver, Yukhei estaba allí solo, con el balón tirando a canasta. Hubo un momento en el que lo vi apoyarse en el palo de la canasta y apoyar la cabeza, pensé que tal vez estaba cansado hasta qué empezó a dar con su puño pequeños golpes en el palo. Hasta que entonces dio un puñetazo en seco y me asuste. ¿Por qué hacía eso? La cara de Yukhei no parecía ser muy buena en ese momento y tenía pinta de seguir, hasta que fue sentándose en el suelo poco a poco, entonces ni lo pensé y comencé a caminar hacia él.

Él empezó a meter su cabeza entre sus rodillas y me pensé dos veces el si hacía bien en ir.
Pero ya no había vuelta atrás.
Me senté a su lado y miré al frente.

- Hola.

Yukhei levantó su cabeza muy rápido y me miró algo sorprendido, tenía los ojos algo llorosos y sentí verdadera lástima.

- Hola. - me respondió Yukhei pestañeando rápidamente para evitar derramar alguna lágrima ligera.

- Hoy no te quitaste la sudadera. - dije lo primero que se me pasó por la mente, sólo pensaba que lo mejor sería distraerlo.

- Sí - río algo tímido y me sentí algo mejor - hoy hace más frío.

Los dos nos quedamos callados mirando al frente. Yukhei de vez en cuando bajaba la mirada.  Me quedé observando su mano, con la qué había golpeado antes al palo y la tenía bastante hinchada y roja.

Yukhei pareció darse cuenta y se tapó disimuladamente.
Par cambiar de tema se empeñó en acompañarme a casa. Era una situación extraña.
Durante el trayecto no salíamos de conversaciones cordiales, y me moría por preguntarle cosas sobre él, pero otra vez esa capa por llamarlo de algún modo, me lo impedía.

Al llegar a mi departamento, me acompaño hasta arriba ya que le pedí que subiera. Al principio él tuvo una reacción algo extraña pero subió y se quedó en la puerta algo tímido.

- Toma - saqué su mano dañada y puse una especia de gasa al rededor para qué no se le hinchara más. Yukhei me miró algo avergonzado y sorprendido para después dedicarme una sonrisa tímida como siempre, pero ésta vez era diferente - tú me prestas sudaderas y yo a ti gasas para la mano.

Yukhei rió y me dio las gracias para luego marcharse a su casa.
Cerré la puerta y me tiré al sofá pensando en quién sería y qué le pasaría a Yukhei. Cada vez sentía más curiosidad por conocerlo más a fondo.



Hoddie | YukheiWhere stories live. Discover now