Existir por amor {ChanBaek/BaekYeol}

Epílogo: La familia real

"Como si estuviera destrozado desde el momento en que nací y tú eres la otra mitad, lo único que me completa.

Sé que no parece mucho, pero realmente necesitas saber que nos estamos inclinando por amor y nos inclinaremos para siempre...

Lo sé, te amo tanto."

ChanYeol observó desde su lugar a BaekHyun, su esposo estaba sentado en la mecedora con su hijo de dos meses en sus brazos. Sostenía el pequeño bulto envuelto en una manta blanca con tanta ternura y delicadeza mientras lo mecía con suavidad, cantándole en voz baja para adormecerlo.

Seguía preguntándose cómo hacía BaekHyun para cargarlo sin miedo alguno, él aun después de dos meses seguía entrando en pánico cuando su esposo le entregaba el diminuto cuerpo de su hijo. Él, conocido como uno de los hombres más temibles y temerarios entre los reinos, temblaba por completo cuando tenía que sostener a su bebé en sus brazos.

Recuerda la primera vez que lo vio, BaekHyun había pasado toda la madrugada en labor de parto. Cuando le dijo que el bebé estaba a punto de nacer, su corazón se saltó un latido, cargó el cuerpo de su esposo y lo llevó a sus habitaciones, ordenando a gritos que trajeran a JunMyeon lo más rápido posible.

El doctor real llegó una hora después corriendo, vociferando que le trajeran mantas y agua caliente, ChanYeol, quien había estado al lado de BaekHyun sosteniendo su mano, fue echado de la habitación por este, indignando había protestado, pero cuando su pequeño y delicado esposo pegó un grito que resonó por todo el castillo, salió corriendo de su dormitorio.

Fueron horas interminables en donde lo único que podía hacer era caminar por el pasillo de un lado a otro impotente, escuchando los chillidos de BaekHyun desde el dormitorio, ChanYeol estuvo a punto de entrar de nuevo, exaltado por el dolor de su esposo, pero cuando todos fuera pudieron escuchar como este lo maldecía en voz alta y rabiosa, decidió que lo mejor era quedarse donde estaba.

Fue a las cinco de la mañana, cuando la luna y las estrellas estaban casi desapareciendo del cielo, que pudo escuchar el primer llanto de su bebé, haciendo que su corazón se saltara un latido por segunda vez en menos de un día. JunMyeon emergió de la habitación, limpiando sus manos con un pañuelo, su rostro se veía cansado, mas sonrió con alegría.

—Felicitaciones, su majestad. —dijo el doctor con felicidad—. A pesar de haberse adelantado un mes, es un niño sano y fuerte.

KyungSoo fue el primero en acercarse y felicitarlo, seguido por SeHun, no obstante, en su mente solo estaba ver a su esposo e hijo, por lo que, armándose de todo su valor, entró a la habitación. Lo primero que vio fue a BaekHyun, su rostro se mostraba agotado y sudoroso, pero la sonrisa en sus labios era hermosa y llena de felicidad. Lo segundo que noto fue el pequeño bulto envuelto en una manta azul en sus brazos.

BaekHyun subió la mirada y su sonrisa se hizo más grande al verlo parado en la entrada.

—Ven a conocer a tu hijo, mi señor.

Fueron las palabras más hermosas que había escuchado en su vida.

Dos lunas habían pasado y todavía se sentía como si hubiera sido ayer, su hijo había sido prematuro y pequeño, pero con el paso de los días su fuerza aumentada y crecía cada vez más, era un luchador.

Su cabello era negro como la noche, sus mejillas eran regordetas y sonrosadas, sus labios gruesos y rosados y sus ojos grandes y oscuros, los cuales siempre estaban abiertos y curiosos al mundo. Para ChanYeol era la viva imágen de su esposo, pero BaekHyun opinaba que se parecía más a él.