el final de algunos puede ser el comienzo de otros

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Y en la oscuridad se despertó,

rodeada del olor de las amapolas

y llena de una tristeza que pensó abandonar con su vida.

No había nada.

No había luz

ni oscuridad.

No había día 

o noche.

No había nada,

mas ella.

Y lo escuchó, llamándola, como tantas otras veces.

Y se lanzó a una corrida en la oscuridad

para ir a buscarlo.

Porque no era el final,

ese sólo era el principio.

Y ellos nunca volverían a estar solos

o a ser desconocidos.

The hanging treeWhere stories live. Discover now