Capítulo 2: La discución y el nuevo comienzo.

67 26 19
                                    

Narra Ashley.

¿Quienes se creen estos dos estúpidos para decidir por mí?

Millones de veces le dije a mí padre que no quiero un maldito guardaespaldas, pero parece que lo que le dije le entró por una oreja y le salió por la otra.

Yo no quiero, ni necesito un guardaespaldas. Ya soy mayor y todos los guardaespaldas son igual de inútiles, no sirven, no protegen. Honestamente los odio.

Bajo las escaleras a una velocidad increíble echa una furia y abro las puertas de la oficina de mí padre sin importarme lo que esté haciendo.

—¡¿Se puede saber que carajos acabaste de hacer?!— digo poniendo mis manos en mí cadera.

—Lo que debía hacer hace ya tiempo— dice leyendo el periódico.

—¿Acaso perdiste la cabeza?— pregunto enojada —te dije que no quiero un guardaespaldas, no es no.

—Hija...— suspira dejando de leer —te estoy protegiendo.

Me río irónicamente y las lágrimas salen solas.

—Y lo mismo le dijiste a mamá, ¿Y que crees? ahora está muerta por culpa de esos idiotas que no la protegieron— muerdo mí labio para ahogar el llanto.

—Ashley, ya basta, no todos los guardaespaldas son iguales, Liam es bueno, me lo recomendaron.

—Sí, si que son iguales, ese Liam es igual que todos los demás guardaespaldas que existen en el mundo— digo enojada —¿Pero sabes que?, que sea mí estúpido guardaespaldas, y en un mes me vas a encontrar muerta en un río porque él no me va a cuidar.

—¡Ashley Mary Foster!— me mira enojado y se para de su silla —primero y principal a Liam vas a respetarlo como debe ser, segundo, a mí también me respetas, y tercero el va a ser tu guardaespaldas quieras o no, decidido— sentencia y mí respiración está incontrolable.

—Te vas a arrepentir Cristian, te vas a arrepentir. Yo me largo, ya bastante con otro idiota en la misma casa— doy vuelta y subo las escaleras.

—¡¿Osea que soy un idiota?!— grita desde abajo.

—¡Sí, si lo eres!— grito de vuelta.

—¿Y a dónde se supone que vas a ir jovencita?

—A mí departamento, al que pagué hace años pero solo una vez fui ya que tú dijiste que me quedé a vivir aquí por miedo a que entres en depresión o algo de eso, pero ya me cansé, debo ser independiente y ser una egoísta por un momento en mí vida y por eso me voy— entro a mí cuarto y ese Liam está mirando unas fotos de mí mamá en la pared.

Ay mamá, tengo que irme, ya no aguanto.

Lo ignoro y empiezo a buscar mí dos maletas gigantes. Las abro y voy al armario a sacar toda mí ropa.

Agarro percha por percha y las meto en las maletas. Busco toallas, perfumes, fotos, zapatos y todo lo que encuentre en el cuarto.

—¿Qué estás haciendo?— dice Liam atrás mío.

—Me voy, y por desgracia me tienes que acompañar— me río sarcástica.

—¿Eh?

—¿Hija que haces?— pregunta mí padre entrando.

—Otro más que no entiende— cierro las maletas y me paro. La habitación quedó literalmente vacía, hasta saqué las sábanas de mí cama —saben, ustedes pueden vivir juntos, son tal para cual diría yo— camino hasta la puerta.

—Ash...— dice Liam agarrando mí hombro.

—Nada de Ash, si quieres servir para algo, agarra una maleta y ayudame.

El Miedo De Ashley #2Where stories live. Discover now