Capítulo 4: La Famosa-Hermosa-Eli.

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Narra Ashley.

Si me hubieran dicho hace unas horas que terminaría llorando en el pecho de mi guardaespaldas sobre el tema de mi mamá, me hubiera reído tanto que las lágrimas saldrían por sí solas.

Y aquí estoy, sollozando repetidas veces en su camisa blanca que está empapada de mis lágrimas.

Sus brazos me rodean aún con un poco de inseguridad y su mano acaricia mi cabello con delicadeza llevándome al pasado cuando mi mamá hacia lo mismo cuando me caía o me golpeaba. En ese entonces ella me abrazaba diciéndome que solo era un raspón y acariciaba mi pelo hasta que dejara de llorar.

Así mismo está Liam conmigo. De alguna forma me siento protegida y acogida. Debo decir que es reconfortante. Me hace sentir bien de alguna forma.

Me quedo unos minutos más tratando de normalizar mi respiración y cuando lo logro me separo de él nerviosa por la escena. Con el puño de mi saquito me termino de sacar las lágrimas que tengo en las mejillas y evito a toda costa mirarlo.

—Eh..., yo— tartamudeo y miro su camisa —ay, tu camisa está manchada con un poco de-de rímel, lo siento— me tapo la cara avergonzada.

—No pasa nada Ash— me saca las manos de mi cara con cuidado y me mira. Ese par de ojos verdes claros son tan bonitos —¿Tú estás bien?

Asiento, me paro y él me imita.

—Tienes que ir a buscar la mayoría de tus cosas para estar aquí— digo.

—Además de una camisa sí— me río.

—Como ésto es un pent, obviamente no te puedes quedar en el pasillo vigilando porque uno, eso sería raro y dos, eso solo pasaba en la casa de mi papá, lo cual quiere decir que...

—Tengo que dormir aquí...— dice y asiento.

—Obviamente, sino ¿Qué clase de guardaespaldas serías?

—Uno muy cool— ruedo los ojos y me meto adentro. Él me sigue y agarra sus llaves del auto y saca otras del saco.

»Y como soy muy cool, vas a tener que acompañarme a mi departamento a buscar todo lo que necesito— me siento en el sillón y prendo la tele.

—Estás loco Liam, yo me quedo aquí, ve tú solo, no molestes— busco en Netflix "Nace una estrella" y la pongo.

—Voy a fingir que no dijiste eso— me quita el control de la mano y apaga la televisión.

Abro la boca y se lo quito de las manos.

—Y yo voy a fingir que no hiciste eso— prendo la tele de nuevo pero ésta vez Liam no me lo saca, sino que va hacia los cables que están detrás de el aparato y los desenchufa —wao, que maduro— el sarcasmo fluye en mi voz.

—El tema es que tú deberías madurar— me sonríe arrogante y yo me paro para enfrentarlo.

—¿Disculpa?

—Vamos a ir a mí departamento te guste o no.

—Te repito por si no escuchaste— a continuación digo cada palabra en voz alta, clara y lentamente —no-voy-a-ir.

—Si sabes la función que cumple un guardaespaldas ¿No?

Suelto una risa fingida y escandalosa.

—¡Claro que sé que es un guardaespaldas, porque los tuve toda mi puta vida!— exclamo enojada.

—Pues si sabes lo que es, el guardaespaldas jamás se debe alejarse de la persona a la que cuida, y como en éste caso yo tengo que buscar mis cosas, tú me tienes que acompañar ¿Por qué?, porque un guardaespaldas...

El Miedo De Ashley #2Onde as histórias ganham vida. Descobre agora