Moonwalk

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Hacía mucho tiempo de aquello.

Un par de cachorros confundidos a los que les gustaba encontrarse de noche para...

¿Para qué?

¿Para sentirse vivos y rebeldes a través de la infracción del toque de queda impuesto por la escuela? Es una posibilidad.

¿Para huir de miradas ajenas? Por mucho que fuera uncolegio mixto, todavía eran extrañas las amistades entre carnívoros y hervívoros.

¿Para compartir de secretos a la luz de la luna?

Quizás la respuesta no sea ninguna de las anteriores o sean todas a la vez.

El quid de la cuestión es que esas escapadas nocturas empezaban a ser algo habitual para ambos. Algunos días simplemente terminaban los deberes a última hora, o resolvían dudas previas a un examen. Otros discutían, y es que el cérvido no era capaz de entender las afirmaciones del lobo, y viceversa, y vuelta a empezar. 

Sin embargo, las mejores noches eran las de silencio. Tumbados sobre la hierba, simplemente, mirando al cielo. 

En silencio.

Porque el silencio otorga, el silencio calla, el silencio oculta.

Dos cachorros confundidos con demasiadas preguntas en la cabeza, con una serie de emociones desbocadas a las que no eran capaces de dar un nombre, ya fuera por miedo, vergüenza o mera ignorancia.

Sólo ellos lo saben. O lo sabían.

- La luna esta preciosa esta noche. 

Louis a veces no podía soportar el silencio, y lanzaba frases sueltas sin esperar una respuesta a cambio. 

A veces grupos de palabras sin ningún sentido, otros... quizá no tanto.

- ¿Sabes? Una vez un autor japonés que quiso cambiar la traducción de una de sus obras para omitir un "te quiero" de uno de los diálogos, y sustituirlo por algo más sutil. Creo que se llamaba Sôseki o algo así. 

Era una de esas noches de silencio en la que el ciervo se vio sorprendido por la respuesta del lobo. Se incorporó un poco sobre la hierba para, apoyado sobre el codo, mirarlo de hito en hito. 

Legoshi no levantó la vista del firmamento, tenía las orejas gachas, como si se avergozara de sus palabras.

- Vaya, Legoshi, nunca dejarás de sorprenderme, ¿de dónde has sacado eso?

- Creo que lo leí en alguna parte.

- ¿Y cuál fue la traducción al final?

- No lo sé, me temo que de eso no me acuerdo.

Un espasmo en su oreja derecha indicaba que en realidad estaba mintiendo.

Pero ellos sólo eran dos cachorros confundidos jugando a ser rebelder, a sentirse vivos, que huían de miradas ajenas y querían compartir secretos. 

En silencio.

Hacía mucho tiempo de aquello.

El escenario ahora es diferente, ambos tumbados entre los tejados de los inmuebles que conforman el mercado negro, con más años, más experiencia y cicatrices.

Quizá ya no fueran cachorros pero eso no quiere decir que estén menos confundidos.

Las noches ahora son distintas, porque el azar entra en juego, porque igual un día Legoshi está solo y al siguiente aparece Louis con un traje manchado de sangre. 

Pero algunas cosas nunca cambian:

-La luna está preciosa esta noche.

En vez de césped, el suelo es de hormigón, y la voz del ciervo resulta mucho más grave, tan afilada como los contornos de sus astas.

Aunque el lobo está vez no abrela boca, Louis se incorpora para apoyarse sobre un codo y mirarlo de hito en hito. 

- Una vez me contaste que Natsume Sôseki cambió la traducción de una de sus obras porque un "te quiero" le parecía demasiado directo.

- ¿Eso hice? - El lobo no levantó la vista de dicho satélite. - Vaya, parece que antes era mucho más listo... ¿Y cuál fue la traducción final?

Con una sonrisa, el ciervo volvió a tumbarse. La cara oculta bajo el brazo que antes había sido su soporte. 

- No lo sé, me temo que de eso no me acuerdo.

Era mentira, claro, pero el lobo ya sabía que Louis se tocaba el asta izquierda cuando no decía la verdad. 

- La luna está preciosa esta noche, Louis.

- Yo también, Legoshi.

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⏰ Last updated: Jun 11, 2020 ⏰

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Instinct [Beastars One Shots]Where stories live. Discover now