Capítulo 4

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Capítulo 4

Querida Margaret:

Te escribo esta masiva con el propósito y la esperanza de que en un futuro cercano podamos al fin sacar a este falso rey y a toda su prole. Ha sucedido algo inesperado y lamentable, Anne ha sido comprometida con Alexander Tudor, debo decirte que mi querida, nuestra querida Lizzy ya no es de confiar, su lealtad ahora permanece en su esposo y en el hijo que lleva su vientre. Ella decidió el futuro de su hermana, condenando así su vida, pero no la culpo, una mujer enamorada hace todo por su amor. Y es por esto que pido, suplico de tu misericordia para interceder por nosotras, reúne a todos nuestros partidarios, manda tropas, busca a cada York que aun quede, y que nos demuestren que siguen siendo leales a nuestra noble casa, que luchen contra esta tiranía, que liberen el trono para mi querido hijo, el verdadero heredero, que luchen en nombre de Edward IV, amado rey; y que mantengan siempre la rosa blanca, volveremos triunfantes, porque esa es la voluntad de Dios.

Mis más humildes saludos y sincero cariño.

Elizabeth Woodville, reina Viuda.

Elizabeth dobló el pergamino y le ató una cinta azul alrededor. Abrió el gran ventanal del ala oeste y arrojó la carta a tiempo que el mozo de cuadra pasaba con un caballo. Se inclinó y levantó con disimulo el recado, él sabría qué hacer. Aunque la viuda ya no estaba en el trono, sus aliados eran muchos y bastaba una palabra para que levantaran una rebelión.

La antigua reina caminó sigilosamente hacia la cama, observando el delicado rostro de Anne, su pequeña princesa, la segunda en nacer y la debilidad de su amado Edward. Él esperaba con desespero un heredero, ya que su primera hija también había nacido mujer. Pero cuando se inclinó a verla, increíblemente la recién nacida atrapó en su pequeñísima mano el dedo de su padre, fue allí mismo que el entonces Rey cayó de rodillas ante su perfecta princesa. Siempre repetía el gran parecido con su difunta abuela, Anne de Mortimer, de tanta belleza que llegó a cautivar a muchos, que lucharon por su mano en matrimonio, y en su honor decidió que llevaría su nombre.

Casi una hora después, Anne se removió y fue abriendo con lentitud los ojos. Su madre estaba sentada, sonriéndole dulcemente,

- Al fin despiertas querida – con premura se acercó y se sentó cerca – todavía estas un poco pálida pero tranquila, todo estará bien

- ¿Qué pasó? - el dolor punzante en su cabeza la despertó por completo, y recordó - ¡¿Dónde esta Mary?! Por Dios...¿Cómo llegué aquí? - reparó en la luz de la mañana que tan idóneamente entraba por la ventana y se arrepintió de haber querido escapar tan tontamente. Nunca llegarían a las puertas sin que los guardias las interceptaran

- Mary esta bien querida, seguramente estará por traerte el desayuno, les ordene que te dejaran descansar – las emociones y ansiedad de la noche anterior de pronto volvieron a ella, como un puñetazo de realidad

- No lo haré madre...no quiero – sollozo sin poder evitarlo, su rostro era de puro congojo, sentía que todo lo que había guardado y enterrado en su corazón, se apoderaba de ella – ¿por qué Lizzy me hizo esto? - 

- Anne tranquila, todo va a estar bien, tienes que ser fuerte, esto en algún momento pasaría, estas en edad casadera y en tu posición... - 

- Pero ¿Por qué él? Podría haber sido otro, pero...ahora... ¡oh madre que haré! - 

- Querida debes aceptar, por ahora...solo espero que podamos resolverlo antes que tu tía levante otro asalto hacia ellos, entonces Alexander Tudor no podrá tocarte - 

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⏰ Last updated: Jun 13, 2020 ⏰

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