「 30 days of smut」 ☼ markhyuck

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Al fin vacaciones, al fin en casa.

Fueron los pensamientos de Mark mientras bajaba del avión y llegaba donde recogería sus maletas, sus padres le estaban esperando para llevarlo a casa.

Como tenía entendido se habían mudado no hace mucho a una zona más cerca a Seúl, y por ende al trabajo de su padre, por lo que no conocería a nadie de ahí, no le tomó importancia.

Pasaría las vacaciones de verano en Corea, luego tendría que volver a USA a terminar sus estudios.

Durante el camino hacia casa comentó a sus padres lo que había hecho en la universidad durante ese año, pues no había podido visitar a sus padres en sus vacaciones de invierno, en su trabajo no le otorgaron unas vacaciones lo suficientemente largas como para viajar donde ellos, pasar tiempo juntos y luego regresar, una semana no era suficiente tiempo para estar con sus padres, por lo que las festividades decembrinas las pasó con sus amigos, que, como él, eran extranjeros en aquel país y no pudieron ir donde sus padres.

Una vez llegaron a su destino, los tres bajaron del auto, mientras la señora Lee abría la puerta de su hogar, y buscaba las pantuflas para su hijo. Mark y su padre bajaban las maletas del primer mencionado, llevándolas al interior de la casa.

Mark regresó a buscar la mochila que había dejado en los asientos traseros del auto con las llaves del mismo en mano, tomó la mochila y se aseguró que todas las puertas del automóvil estuvieran correctamente cerradas, colocó alarma al auto y mientras daba vuelta para volver a ingresar a la casa, notó como un chico salía de la casa de al lado, al parecer hablaba con alguien que estaba en el interior de la casa, le miró reír y luego voltear en su dirección, le saludó con un leve asentimiento de cabeza, el cual el chico correspondió, luego corriendo a la otra dirección, llevaba una bolsa de tela en la mano, Mark supuso que iba a la tienda, había visto durante el camino que se encontraba una cerca de ahí.

Le miró sólo por escasos minutos, pero en ese momento supo que el chico no se había ido sólo con aquella bolsa de tela color beige, también se había ido con un fragmento de su corazón. Le pareció precioso, dios, la cabeza del peliazul no lograba formular palabras correctas y exactas para describir como se había sentido al conectar su mirada con la del desconocido, y aquello era mucho decir, estudiaba literatura.

Entró a la casa con su cabeza dándole vueltas, quería conocerlo, o mínimamente, verle una vez más.

Su madre le miró raro, confundido diría ella.

- ¿Sucede algo, Mark?

Escuchó la voz de su madre una vez entró, dejó las llaves del auto colgadas en unos ganchitos que había en la pared para las llaves y comenzó a hablar mientras se quitaba sus zapatos y se ponía las pantuflas que le había proporcionado su madre.

- El chico de... de la casa de a un lado, la casa amarilla..

- ¡Oh!, veo que conociste a Donghyuck, si, es el hijo de la familia Lee, los vecinos, es el mayor de dos.

- Yo, bueno, no lo conocí como tal, sólo le miré salir y, lo saludé.

- Es un gran chico, deberías de hablar con él, sólo es un año menor que tu.

¿Un año menor?, Mark pensó que tenía como 17 años, y él ya tenía 23 años, por lo que el tal Donghyuck debe tener 22.

- Si.. después hablaré con él.

Después de aquello fue con sus maletas en mano hacia la habitación que le había indicado su madre era la suya. Al entrar notó que estaban los muebles que tenía en la antigua casa, además de algunos nuevos, cuando se mudaron su madre le estuvo llamando, diciéndole que algunos de los muebles no se encontraban en tan buen estado, por lo que conseguirían algunos nuevos.