Capítulo 2

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Lamento muchísimo la demora, se me atravesó trabajo extra~

¡Que disfruten~!

Capítulo 2

~*~

Para cuando Dean volvió a la cama, Sam prácticamente se aferró a él cual koala necesitado de su árbol para dormir tranquilo. O algo de eso. El rubio sonrió, recibiéndole con gusto y besando lánguidamente la quijada de su amante, que gimió satisfecho mientras se acurrucaba y continuaba en brazos de Morfeo. Vale, en brazos de su amante, porque su hermano es perfectamente capaz de mostrar celos si llega a enterarse de que el dios del sueño hace su parte permitiéndole dormir plácidamente.

Al alba, los ojos del castaño se abren perezosamente y se encuentra de frente con el rostro de su amante. El mayor aun dormía, y los ronquiditos que dejaba escapar hasta le parecían tiernos. Al menor le gustan estos despertares, cuando es él el primero en abrir los ojos y puede encontrarse con el rostro relajado de su novio. Le gusta porque tiene tiempo para deleitarse la pupila, para mirar sus largas pestañas y las lagañas pegadas en las esquinas de sus ojos o el curioso camino de saliva seca que nace en la comisura de sus labios. Le gusta porque también puede ver su cabello desordenado y las marcas de la almohada en su mejilla. Puede ver al hombre que se abandona al sueño y se olvida de cualquier preocupación.

Le gusta verle así.

Porque son estos preciados momentos los que le recuerdan que sí, que están juntos.

Que emprendieron este escarpado camino en una relación romántica que hoy en día está coronada por un auténtico milagro.

Tendrán un hijo.

― ¿Qué tanto estás pensando a primera hora, Sammy?

La pregunta del mayor le pilla por sorpresa. No solo porque no se percató del momento en que despertó, sino también porque adora incluso eso, la forma en que su voz es tan profunda y áspera al despertar. Tan varonil y segura, que el castaño mentiría si negara que le pone un poquito.

― No sé de qué hablas. ― Evade, queriendo fingir que también acaba de despertar.

― Hace rato que estás riéndote tu solo.

― No es cierto.

― Lo es, no me repliques. En qué pensabas.

― Nada. Solo, te estaba observando.

― Ah, entonces te reías a mis costillas.

― No.

El rubio abrió un ojo con cautela.

Y fue suficiente advertencia para que el castaño supiera lo que venía.

Un pequeño y cuidadoso ataque de cosquillas que terminó de espabilar el adormecimiento de ambos.

― Muévete, ahora tengo que ir a hacer pipí~. ― Gimoteó el castaño, sabiendo que su vejiga está a punto de reventar, y las cosquillas solo han ayudado a empujar la necesidad.

― Ok, ok, ve. ― Dejándole escapar, el rubio sonrió al ver cómo su amante se apresuraba al baño sin pizca de pudor, perfectamente desnudo. ― Joder, esas nalgas me provocan, Sammy.

― ¡No las mires~! ― Exclamó el menor desde el baño, suspirando con satisfacción tras desahogar la vejiga.

― Si te agachas un poco, te follo con gusto, Sammy.

― ¡Dean! ¡Déjame mear a gusto!

― No te estoy deteniendo.

― Puedo sentir tu mirada hambrienta en mi trasero. Deja a mis nalgas en paz, no vamos a tener uno matutino.

A FAVOR FROM HEAVENOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz