Prefació

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Sentía que sus manos estaban sudando, decir que estaba nervioso era poco.

Donghae, caminaba por los pasillos de ese nuevo instituto. Algunos alumnos lo observaban curiosos, quizá era por el cambio repentino de instituto. Ya era la mitad del ciclo escolar y aun así su madre lo había cambiado de colegio.

¿Razón? Fácil, esta se había vuelto a casar. No supo en qué momento su madre se volvió a enamorar, solo supo que en un abrir y cerrar de ojos el acompañaba a su madre por el pasillo de una iglesia.

Su hermano se negaba a aceptar que su madre comenzaba una nueva vida, se negaba a aceptar a un hombre en la casa que su padre les había dejado. Y era por ese motivo que su hermano no estaba con él, se había quedado en Mokpo, en esa casa que almacenaba tantos recuerdos.

Su hermano lo había tachado de traidor por aceptar que su madre se casara, pero ¿cómo podría el oponerse a que su madre volviera a ser feliz? No podía, no era tan egoísta.

Entre más pensaba en eso más sentía un dolor en el pecho, se sentía un poco culpable con su hermano y un poco culpable con su padre.

Ahora estaba entrando al salón asignado, uno donde todos los alumnos lo observaron como si fuera un fenómeno. No pasaron más de unos cuantos segundos para que la profesora entrara. Llevaba unos tacones que la hacían estar casi a su altura, su cabello iba amarrado en una coleta de lado, su cabello era de tono rubio y llevaba un vestido de color negro con mangas negras, nunca había visto a una profesora que vistiera así. Tampoco que fuera tan joven.

-Tú debes de ser el nuevo. - La profesora le sonrió y el también, aunque un poco incómodo. - Toma asiento, no creo que te quieras presentar. Aparte estoy seguro de que más de un profesor después te pedirá que lo hagas, así que por el momento yo estoy bien con que te sientes. -la profesora no paraba de hablar, pero para él no era algo malo. Al contrario, agradeció en el interior que la profesora no lo obligara a presentarse y simplemente le indicara su lugar. -Bueno, como podrán ver hay un nuevo alumno, No se presentará, el que quiera conocerle entonces tiene que acercarse a preguntarle. Claro que no en mi clase, denle la molestia a otro profesor.

Tras esas palabras varios de los alumnos rieron, el llego a tomar asiento a la banca desde atrás, estaba desocupada y agradeció que no hubiera nadie.

-Bueno ustedes ya saben mi nombre, pero el chico nuevo, no. -Los ojos de todos voltearon a ver a Donghae. Quien se removió incomodo en su asiento. - Mucho gusto, mi nombre es Lee Ji Eun, La asignatura que imparto es la de Matemáticas, pero no te preocupes trato de no hacerla tan aburrida para que no duerman ¿Verdad Ryewook?

Tan rápido como hizo mención de un nombre todos voltearon a ver al chico, incluso el trato de ver a quien se refería. Cuando por fin encontró al chico que le preguntaban, este tenía el cabello quebrado, de color caramelo su piel se veía bronceada y tenía rasgos un poco ¿afeminados? Trato de no verlo por mucho tiempo. Supo que la maestra se había referido a él porque tenía cara de sueño.

-Todavía no comenzamos y ya tenemos a estudiantes durmiendo. Bueno, para que no duerman comencemos la clase.- la maestra rodeo el escritorio, una vez que estaba sentada comenzó a pasar lista, deteniéndose al mencionar un nombre "Lee Hyukjae" quien no estaba, después de terminar de pasar lista, la profesora comenzó a apuntar formulas en el pizarrón, explicando el procedimiento para poder resolverlas.

La primera hora fue más rápida de lo que se esperaba. La profesora se le acercó para decirle que podría aclararle cualquier duda pues era la profesora a cargo. Cuando esta salió obtuvo varias miradas y una vez más se sintió nervioso.

Un par de chicas se le estaban acercando, pero se quedaron a unos cuantos pasos cuando un chico rubio se sentó junto a él.

Su piel era muy blanca, su cabello estaba despeinado y tenía dos aretes en la misma oreja. No cabía duda a él le había tocado sentarse con él chico problema.

¿Cómo había llegado a esa conclusión? Fácil, este estaba llegando tarde, las chicas lo veían, pero no se le acercaban e incluso tenía un aire salvaje.

Trato de mantener su vista enfrente, para que el rubio no lo notará. Eso fue algo estúpido ¿No? Pero Donghae pensó que esa era su mejor opción. Aunque obviamente el chico rubio sí que se dio cuenta de su presencia.

-Tu nombre ... -Su voz era ronca, sabía que le estaba preguntando a él a pesar de que su mirada estaba centrada en una libreta vieja y de pasta negra. -¿No sabes hablar? -dejo salir un suspiró, no podía ser posible que lo sentarán con el pesado del salón.

-¿Cuál es el tuyo? -Donghae también desvío la mirada, no se dejaría intimidar. Pero para no hacerlo tenía que sonar seguro de sí mismo y estaba seguro de que si hacía contacto visual entonces comenzaría a tartamudear y sería su fin. Probablemente sería una nueva víctima o algo así.

-Yo pregunte primero.

-No doy mi nombre a menos que me den el suyo. -En su interior estaba temblando, quizá este chico querría molestarlo. Sería bueno saber su nombre para poder ir a reportarlo en caso de que esté comenzará a molestarle. -¿No te han dicho que no debes de darle tu nombre a un desconocido?

-No somos desconocidos, no por mucho. Seremos compañeros de clase. -El rubio golpeteo la mesa con un lápiz, observando ahora fijamente a Donghae. -Y aun cuando fuéramos desconocidos, es grosero que tú no quieras darme tu nombre, pero yo si tenga que darte el mío.

Donghae no supo que responder, básicamente el rubio tenía razón. Sentía que esté en cualquier momento comenzaría a molestarlo.

-Escríbelo... -El rubio se le quedó viendo al castaño, esperando que este le explicará. -Yo escribiré mi nombre y tú escribe el tuyo. Nos lo daremos al mismo tiempo, si no te parece entonces está bien. En algún momento del día tu sabrás mi nombre y yo también sabré el tuyo. -Esta vez Donghae si hizo contacto visual, esperando que el rubio o aceptará o negará. Grande fue su sorpresa cuando vio que el rubio le sonrió y asintió.

El agarro un pedazo de hoja de su libreta y cogió una pluma de color azul, mientras que el rubio abría su libreta y arrancaba un pedazo de una de las últimas hojas.

Ambos se dieron la espalda, como si estuvieran en un examen y no quisieran mostrar sus respuestas. Como si estuvieran escribiendo el mayor secreto del mundo. Cuando ambos terminaron de escribir sus nombres se voltearon a ver. Donghae había doblado el papel, viendo cada movimiento del chico rubio. Quién había arrugado la hoja en una bolita.

Ambos extendieron el pedazo de hoja, cuando Donghae pudo desdoblar vio la nota y sonrió de lado.

En ella no estaba escrita un nombre, más bien decía "gracias por decirme tu nombre" cuando vio al rubio este también había acabado de desdoblar el papel.

A diferencia del papel del rubio, Donghae no había escrito nada. Solo había puesto una carita dibujada.

-Supongo que pensamos igual ¿No? -El Rubió no pudo evitar sonreír, en verdad no esperaba que el castaño pusiera un simple dibujo.

-Me pregunto si eso es verdad... -Donghae sentía su corazón latir al cien, había estado espantado esperando que la reacción del rubio fuera la peor. Que le dijera que no jugará con él, más sin en cambio este no dijo nada y sonrió.

-Espero que seamos amigos, chico nuevo.

-Lo pensaré.

¿QUE ES EL AMOR? (EUNHAE)Where stories live. Discover now