4. (Borrador)

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—Rayos... —a paso a acelerado y con mucha preocupación, (Tn) se dirigió al baño—. ¡Maldición.. aún no era tiempo! ¡Pero cómo te amo! —suspiró aliviada—. Gracias por no faltar este mes después de lo de Crocodile. —hablaba consigo misma—. Ay no... manché mi falda, rayos. ¡Esto no saldrá. —trataba de tallar la tela color gris perla que se había teñido de rojo por culpa de su periodo, pero pesar de sus esfuerzos... no tuvo más remedio que quitarse su blazer y amarrársela en la cintura. Y pensar que el día a penas comenzaba... ¿qué haría a la hora del almuerzo y en las reuniones pendientes?

—Ahhhgj... —regresó a su oficina y se sentó en su silla, apoyó los codos en el escritorio y soportó su cara en sus manos—. Sólo a mi me pueden pasar estas cosas... —se quejó desanimada.

—¿Qué cosas?

—¡Aaaah! —gritó asustada y dio un pequeño brinco. —S-señor Katakuri, no estaba ahí hace unos seg... —inspiró profundo, recuperó la compostura y aclaró la garganta—. Diga jefe.

—Necesito que vengas conmigo. —Ella torció el gesto, el cuál fue de sonriente a preocupado—. ¿Sucede algo?

—No señor... todo bien. —aseguró al ponerse de pie.

—Okay... sígueme. —hizo una cara extraña al notar que la chica llevaba su blazer en la cintura—. Trae tu bolso... nos vamos a tardar. —agregó antes de que ella saliera.

«Esto no podría ser peor...»

Salió de su oficina y siguió a Katakuri a paso apresurado, pues un paso de él eran al menos tres de los suyos. Fueron al estacionamiento y abrió la puerta del auto para ella.

—Señor Katakuri... ¿puedo preguntar a dónde vamos?

—A la sucursal del centro. —Se pusieron en marcha y llegaron a resolver varios inconvenientes que habían con uno de los socios en esa sucursal.

—Señor, perderá su reunión de las once...

—Tranquila, Cracker se hará cargo.

Siguieron su camino hacia otra de las sucursales, porque la Señora Charlotte tenía un mal día y al parecer estaba haciendo una rabieta.
(Tn) tuvo que llamar al Señor Cracker para que él se encargase también de las reuniones de la una y las dos de la tarde.
Cuando al fin Katakuri salió de la oficina de su Madre... no tenía buen semblante y se le veía muy molesto.

—Ay no. —musitó (Tn), sólo de pensar en que debía estar con él en el auto por más de veinte minutos. Temía que se desquitara su malhumor con ella.
Era algo nuevo, nunca lo había visto así.

Regresaron al auto y tal cuál... fueron en silencio hasta que llegaron al estacionamiento de la empresa principal. Al menos no se había dado nada raro con el malhumor de Katakuri, ese era el consuelo que le quedaba a (Tn). Pero por desgracia, como "Al perro flaco se le pegan todas las pulgas", o algo así es como va el dicho, cuando Katakuri abrió la puerta y esperaba caballerosamente a porque (Tn) saliera... ella se levantó; y por puro impulso volteó hacia el asiento del auto, tan sólo para darse cuenta que el lujoso cuero estaba manchado de sangre. Se sentó de golpe nuevamente y soltó un chillido de vergüenza y frustración. Resulta que su flujo había llegado fuerte y su tampón ya estaba lleno. Por ende... su falda, blazer y asiento, fueron víctimas de su menstruación.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado al ver la inesperada reacción de la muchacha—. ¿Te sientes mal? —ella asintió con el rostro rojo de la vergüenza. Bajó la mirada y se mordió los labios entre los dientes—. ¿Qué pasa? —inquirió el pelirrojo—. ¿Te mareaste?

—Perdón Señor Katakuri, no hago más que causarle problemas. —dijo con una vocecita muy triste, a punto de llorar.

—¿Porqué dices eso? —preguntó confundido.

Dulce tentación  ━━ [Finalizado]《3》Where stories live. Discover now