c u a t r o

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—Cierra los ojos...— Escuché la risa de Hatsumi a través del teléfono, pero insistí, debía cerrar los ojos para que esto funcionara, solo cuando ella me confirmó que tenía los ojos cerrados, yo también cerré los míos y me concentré en la respiración de ella, que se escuchaba también por el teléfono —Justo ahora...salgo de mi casa con la mochila de siempre ¿recuerdas? La que siempre llevaba a Tokyo, tomo un taxi hasta la estación del shinkansen y tomo el de las siete a Tokyo, llego allá casi a las once y salgo de la estación para tomar otro taxi, ahí ya se me fue la mitad del dinero con los taxis pero no me importa, le doy tu dirección al del taxi y al llegar a tu edificio saludo al portero, ya me conoce así que me dejar pasar sin problema, subo hasta tu piso y toco tu puerta, tu abres pero como no me esperabas estabas ya en pijama, a punto de cepillarte los dientes para irte a la cama, al verme casi te desmayas de la sorpresa, yo no te había dicho nada así que el que yo esté ahí te toma desprevenida...entonces yo entro al departamento y te abrazo fuerte, muy muy fuerte, desquitando todo este tiempo que no nos hemos visto...—


Cuando terminé de hablar, hubo un silencio algo prolongado en la linea, pude escuchar un par de sollozos del otro lado, pero no quise interrumpir, porque yo también estaba conteniendo las ganas de llorar, aparte de que el nudo en mi garganta no me hubiera dejado emitir algún sonido. Las llamadas ahora eran la única manera en la que Hatsumi y yo podíamos estar juntos, sentirnos cerca.

Antes de iniciar el curso escolar nos habíamos prometido que lo intentaríamos, que lucharíamos por nuestra relación y que trataríamos de verdad de poder seguir viéndonos regularmente, pero a veces las cosas no siempre salen como uno las planea o desea. A pesar de lo que nos habíamos prometido, no habíamos contado con todo lo demás, la realidad fuera de nosotros, ambos estábamos entrando a nuestro segundo curso en la universidad y esto significaba más responsabilidades, tanto para ella como para mi, ya no era tan sencillo tener fines de semana libres, la universidad pasó a ocupar gran parte de nuestro tiempo y cuando ella podía, yo no podía y viceversa, siempre acordábamos que sería un momento en que ambos pudiéramos para no interrumpir ni entorpecer las actividades del otro, pero esto nos había llevado a dejar de vernos casi cinco meses ya...desde hacía cinco meses que yo no había visto a Hatsumi desde que nos habíamos despedido el verano pasado. Por eso esa llamada estaba resultando tan emotiva...solo en nuestra imaginación podía ser real un encuentro como ese y el que a ambos nos hiciera llorar algo así solo nos demostraba lo mucho que nos estaba afectando.


Afortunadamente, un par de semanas después de esa llamada, encontramos el momento perfecto. Yo tenía el fin de semana libre, por fin, luego de un proyecto bastante laborioso que me había quitado todo mi tiempo, y ella también estaba libre, por ello, sin pensarlo, yo ese fin de semana fui a Tokyo a verla. Fue como si el tiempo no hubiera pasado para nosotros y todo fue perfecto, justo como antes...pero al llegar el final del domingo, volvimos a sumirnos en aquella larga y triste separación que ya era inevitable. Un mes después de aquello, pudimos encontrar de nuevo una ocasión perfecta y esta vez fue Hatsumi la que vino a verme a mi, yo estaba muy feliz, y de nuevo, el poder vernos fue algo que sanó heridas que supuraban cuando estábamos separados. Pero de nuevo, al finalizar el fin de semana...la magia se acababa.

Después de aquellas dos veces que pudimos encontrarnos, de nuevo se volvió difícil, a ella le dejaban bastante proyectos y tareas y a mi me exigían bastante también en la universidad con los exámenes, no era nada sencillo mantener buenas notas sin sacrificar mi vida social o mi tiempo libre, sobre todo si ese tiempo libre quería pasarla en una ciudad a la que me llevaría medio día llegar, era gastar tiempo que no tenía, un lujo que no podía permitirme. Además, debido también a la universidad, había tenido que dejar mi trabajo de medio tiempo, y esto solo significaba menos dinero que ahorrar para mis viajes a Tokyo...las circunstancias no podían ser peores. Luego de aquellas dos últimas visitas, a veces incluso llamar o escribirnos representaba un problema, yo llegaba tan cansado de la universidad que había ocasiones en las que en cuanto mi cabeza tocaba la almohada me perdía y lo siguiente de lo que era consciente era de que mi alarma estaba sonando, despertándome para que me duchara y comenzara un nuevo día. Podía entender que ella también se estuviera enfrentando a esta clase de situaciones...pero conforme comenzó a pasar el tiempo, las llamadas y los textos se hicieron menos y menos frecuentes, cuando nos escribíamos, era cada vez más y más frío...más seco. He de admitir que incluso algunas veces se me olvidaba responderle, me llegaba el mensaje y según yo lo guardaba para responderlo después de que terminara mis ocupaciones y luego ni se me cruzaba por la cabeza, terminaba respondiendo al día siguiente o algo así, y sabía que a ella le pasaba lo mismo porque sus mensajes comenzaron a ser cada vez más espaciados entre si. Estábamos perdiendo el interés el uno por el otro...y podía notarse.


Habían pasado cinco meses desde que Hatsumi había venido a verme a Sendai por última vez, incluso el curso escolar estaba a punto de terminar y estábamos a nada de comenzar nuestro tercer año de universidad. Hatsumi y yo seguíamos siendo novios y nos contactábamos aún...pero ya no era lo mismo, yo podía sentirlo, y creo que ella también, pero definitivamente no me esperaba aquel día un mensaje de ella en el que me dijera que al día siguiente estaría en Sendai y que si yo tenía tiempo para verla. Le contesté que si, por supuesto, no perdería una oportunidad de verla, pero me sorprendió a mi mismo el sentirme...tan indiferente ante la idea de verla una vez más, era como si algo se hubiera apagado dentro de mi respecto a Hatsumi. Me tranquilicé a mi mismo pensando en que solo era porque no la había visto durante tanto tiempo, en cuanto la viera al día siguiente, volvería a sentir como el corazón me saltaba en el pecho, pensé.


Ella seguía igual de guapa, si no es que más...pero al otro día, cuando nos encontramos, no sentí nada, ni siquiera una pequeña parte de lo que antes había sentido por ella...¿que estaba pasando? Mientras ambos nos sentábamos en una de las mesas de la cafetería, me obligué a mi mismo a recordar todo lo que ella y yo habíamos pasado, me forcé a tratar de sentir lo que había sentido antes, pero era como si toda su ausencia, la indiferencia de ambos y el estar separados tanto tiempo, hubiera enfriado esos sentimientos hasta congelarlos...¿seguían estando ahí al menos? Ni siquiera eso sabía. A pesar de eso, ordenamos lo que siempre solíamos ordenar hacía unos años, cuando parecía que todo entre nosotros iba perfecto, y allí si que me dio algo de nostalgia, era como volver a esos tiempos pero era demasiado diferente para ser igual. Platicamos de su universidad, de como le había ido últimamente, y no es que no lo supiera, porque aún ella seguía contándome cosas, pero un texto no reemplazaría nunca a una conversación frente a frente. De igual manera yo le conté algunas cosas sobre mi, y ella me sorprendió con la noticia de que ya estaba comenzando a buscar lugares para realizar prácticas y comenzar a trabajar a medio tiempo, en su área, yo había pensado en hacer lo mismo hasta el siguiente año, pero me alegraba que a ella le estuviera yendo bien en ese aspecto. Luego de al menos una hora hablando sobre las cosas mas triviales, ella suspiró y me miró a los ojos con una sonrisa que no supe descifrar del todo, era como si estuviera sonriendo a algo que se estaba yendo...

—Yuzu...¿que crees que somos ahora?— Yo la miré por unos segundos y aunque me dieron ganas de hacerme el desentendido y fingir que no comprendía de que hablaba, sabía que sería mejor si simplemente hablábamos con sinceridad ¿que caso tenía mentirnos a nosotros mismos? Respiré profundo antes de responder y le devolví la mirada —La verdad es que ni siquiera estoy seguro Sumi-chan— Dije con voz tranquila, demasiado tranquila. Ella solo se quedó mirándome por un rato y luego suspiró, acomodando su bolso sobre sus piernas, riendo un poco, como si todo aquello le causara hasta gracia —Parece que somos más amigos que otra cosa ¿no te parece? Deberíamos ponernos la etiqueta que corresponde— Sentí una opresión en el pecho aunque no supe identificar muy bien el por qué, verla sonreír de esa manera con tanta tranquilidad también me causó desasosiego, pero para mi sorpresa, también me mantuve tranquilo, casi le devolví la sonrisa —¿La etiqueta? Mh...no me gusta esa palabra, pero entiendo a que te refieres, quizá después de todo ya no es como si fueras mi novia aún— Algo en la mirada de Hatsumi se enturbió por unos segundos pero se recompuso de inmediato y asintió, sin dejar de mirarme —Si, creo que ya no lo soy...de todos modos, nos llevamos bien ¿no es así? Es mejor ser buenos amigos, en eso si somos muy buenos— Nos miramos de nuevo el uno al otro, y si que descubrí algo, descubrí mi inmenso cariño hacia ella que todavía conservaba, pero que simplemente no era suficiente ahora...


—Si, será mejor que seamos solo buenos amigos—


Contesté, y eso fue todo.

Hablamos un poco más, sobre que ella tenía que volver a Tokyo esa noche, que yo estaba en el medio de un proyecto importante, pero no mucho más y luego de quince minutos, ella se despidió de mi con un beso en la mejilla y la promesa de que me escribiría pronto y que esperaba pudiéramos encontrarnos después para salir a divertirnos un rato. Era casi increíble, pero así había terminado nuestra relación, de una forma tan tranquila y pacifica que hasta daba miedo. Yo me sentía como entumecido, pero tranquilo.



Mientras veía como ella se marchaba de la cafetería, despidiéndose de mi con una sonrisa y agitando la mano recordé que muchos amigos míos solían decirme que el terminar una relación era doloroso, pero en ese momento yo ni siquiera podía sentir dolor, no sentía nada...simplemente pensé "así deben ser las cosas", y lo dejé pasar.

❛  𝙎𝙞𝙚𝙩𝙚 𝙖𝙣̃𝙤𝙨  ❜  ● ● ● 〘 𝚈𝚞𝚣𝚞𝚛𝚞 𝙷𝚊𝚗𝚢𝚞 〙《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora