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Sonreí a medias mientras hojeaba aquel cuaderno gastado y maltratado por el tiempo en el que había escrito mis vivencias desde que tenía trece años, mi diario. Los primeros años eran simples cosas de niña, cosas sin importancia, mi hartazgo a las tareas escolares, ligeros malentendidos con mis padres, cosas de una niña de trece años sin más. Me sorprendía incluso que en esas páginas se hiciera mención del hombre que ahora era mi futuro esposo, pero simplemente mencionándolo como un amigo, un compañero más. Solo una mención de él. Sin embargo, justo en el verano de mis recién cumplidos quince años, estaba la primera entrada en mi diario que se refería a él, a Yuzuru. Leí aquella página con una sonrisa en los labios. Era como volver a ese día en la tienda de discos, en mi emoción al ver que "el chico guapo" me estaba mirando a mi, y la forma en la que me miraba...sentí cosquillas en el estómago por primera vez en mi vida. Leí las lineas en las que escribía como luego de salir de la plaza, me quedé esperando para verlo salir, con mil planes en la cabeza para acercarme a él de nuevo, pero al verlo salir de verdad, me quedé paralizada y simplemente lo vi marchar. Ah...la Hatsumi nerviosa de aquellos días.

"Es el chico más guapo que he viso en toda mi vida", había escrito.

Tuvo que pasar un año entero para volver a verlo, pero en las páginas de mi diario casi a diario mencionaba a aquel chico guapo, y cuando me tuve que mudar y cambiar de escuela, y lo vi de nuevo en mi mismo grupo...aquel diario se llenó del nombre de Yuzuru Hanyu. Mis sentimientos al verle sonreír, al verle caminar por los pasillos o simplemente la forma en la que me miraba...ah, esa mirada de aquel entonces. Tuvo que pasar otro año más para que vertiera en aquellas hojas algo de relevancia respecto a Yuzuru...la forma apresurada de mi escritura aquel día donde le contaba a las páginas como nos habíamos hecho novios. Y a partir de allí comenzaron relatos sobre nuestra relación, lo feliz que me sentía, lo dichosa que me sentía de poder decirle al mundo que yo era la novia de Yuzuru Hanyu. Volver a leer aquello me daba mucha nostalgia, porque también había escrito la forma en la que tuvimos que separarnos cuando yo tuve que ir a Tokyo, lo mucho que yo lo extrañaba, la forma en la que soñaba con él casi a diario con la esperanza de poder verlo lo más pronto posible...


De igual forma, comenzaban a verse en esas mismas páginas la indiferencia, la distancia con la que comenzábamos a tratarnos el uno al otro, Yuzu a veces no contestaba mis mensajes y eso me dolía, pero igual yo a veces no podía estar disponible 24/7 y me sentía muy culpable. Estos sentimientos comenzaron a hacerse todavía más y más fuertes con el paso del tiempo hasta que llegó el momento en el que yo no pude soportarlo más y fui a Sendai. No se lo demostré a Yuzuru, pero ese día fue uno de los más desdichados de toda mi vida. Lloré todo el camino de regreso a Tokyo en el shinkansen. ¿Por qué el había estado tan tranquilo cuando yo me había sentido tan miserable? ¿Acaso es que le importaba yo tan poco? ¿Cómo decirle que yo había querido que me pidiera que me quedara, que arregláramos las cosas? Mi orgullo me lo había impedido. A partir de allí, casi no había escrito nada, porque la verdad estaba demasiado deprimida como para hacer nada, solo hablaba un poco de mi futuro esposo, que en ese entonces hacía de todo para animarme al menos un poco, estando a mi lado siempre. Escribía un poco de las llamadas y mensajes que a veces intercambiábamos entre nosotros, pero lo que se podría considerar un escrito extenso y bien hecho solo sucedió hasta que Yuzuru me habló de Rika. En esas páginas podía leerse mi dolor, mi frustración, mi molestia...creo que fue a partir de allí que sucedió mi punto de quiebre.

Al saber que Yuzuru ya estaba con otra chica, a mi dejó de importarme demasiado como me comportaba yo misma, comencé a salir, a conocer a más personas, a salir de mi burbuja de depresión en la que me había hundido. Y entonces en mi diario comenzó a aparecer con más frecuencia el nombre de aquel chico...el que ahora era el hombre de mi vida. La forma en la que él se preocupaba por mi, la forma en la que me animaba y me alegraba los días con su sentido del humor, la forma en la que me cuidaba y me protegía...los meses en los que fui su novia estaban escritos también allí. Hasta que llegamos a las páginas en donde escribía como había pedido mi mano, como me había dado un anillo precioso...cómo yo había dicho que sí.

Ese fue mi último escrito, ya no había escrito nada más, ni los preparativos de la boda, ni la mansión que habíamos comprado en las afueras de Tokyo gracias al estupendo trabajo que ahora él tenía, tampoco había escrito nada acerca de la llamada de Yuzuru en la que él me decía que estaba en Tokyo y quería verme, ni la manera en la que yo le había dicho que me iba a casar, con un nudo en el estómago. No escribí tampoco como me había pasado toda aquella tarde llorando, sin salir de mi habitación.


Había pasado ya un mes de esa llamada, y yo no había vuelto a saber nada de Yuzuru, y la verdad, prefería que así fuera. Por eso ahora me encontraba frente a la chimenea encendida que teníamos en la habitación principal de nuestra mansión, era de noche y una pila de cosas ardía ya en el fuego, regalos, cartas, detalles que había guardado durante los últimos siete años que me había dado Yuzuru, ahora todo eso estaba quemándose y lo último que quedaba era aquel diario, mi diario. Terminé de hojearlo y lo sostuve en mis manos por un buen par de minutos, con un nudo en la garganta, tratando de no pensar demasiado en ello, también lo tiré al fuego y miré como comenzaba a consumirse, convirtiéndose en cenizas, todos mis recuerdos, mis experiencias, todo se estaba yendo allí...y esperaba que de verdad se fueran para siempre. Yo ya no podría soportar seguir sufriendo de esa manera por Yuzuru Hanyu. Con la mirada perdida sobre el diario, ya casi consumido por completo, escuché la voz de Keiji a mis espaldas.

—Mi amor, ¿estás lista para ir a cenar?— Yo tragué saliva y me giré hacia él, mi futuro esposo. Sonreí y asentí mientras me ponía en pie y caminaba hacia él, tomándole del brazo —Si amor, vamos— Keiji me devolvió la sonrisa y caminamos fuera de la habitación, emprendiendo el camino hacia la salida de la mansión. Una pequeña y casi silenciosa voz en mi cabeza me obligó a pensar "¿cómo puede sonreírme de esa manera sabiendo que yo antes fui la novia de su mejor amigo, sabiendo lo mucho que Yuzu me amó en ese entonces?"


Y entonces, otra vocecilla igual de insidiosa respondió a aquel mismo pensamiento: "¿cómo puedes sonreír tu, Hatsumi, sabiendo que aún sigues amando a Yuzuru y te vas a casar con Keiji, al que el consideraba su mejor amigo?". Acallé todos esos pensamientos en mi cabeza y los relegué al fondo de mi mente, obligándome a pensar solamente en lo deliciosa que sería la cena de aquella noche.

❛  𝙎𝙞𝙚𝙩𝙚 𝙖𝙣̃𝙤𝙨  ❜  ● ● ● 〘 𝚈𝚞𝚣𝚞𝚛𝚞 𝙷𝚊𝚗𝚢𝚞 〙《TERMINADA》Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ