Polo Opuesto { Flamantha }

44. Vacaciones por Navidad

Siempre me había gustado la Navidad, todo lo que ella conllevaba, pero pasar las navidades en el hospital sola no parecía un planazo, hasta que Maialen se presentó en la habitación con comida para ella y un ordenador con Netflix.

- Qué triste pasar la nochebuena así. – bufé mientras me cruzaba de brazos.

- Mira, es una nochebuena diferente titi. Además mañana te darán el alta por la mañana y Elia me ha dicho que no va a abrir los regalos de Papa Noel hasta que llegues. – sonreí imaginando a Elia conteniéndose la mañana de Navidad.

- Vino Flavio – confesé mirándola seriamente.

- Por tu cara supongo que no fue muy bien – negué - ¿vio los premios?

- Sí – afirmé – de hecho se fue muy rápido podría jurar que se quedó menos de cinco minuto, ni siquiera me preguntó que me pasaba.

- ¿Le contaste que te hiciste la prueba?

- No, tampoco dio tiempo. – dije dubitativa.

- ¿Se lo contarás? – miré a la pared blanca intentando encontrar la respuesta correcta.

- Sí, cuando todo se calme se lo contaré – decidí.

- Supongo que vio los premios. – asentí ante su suposición y dejé salir toda la rabia que había contenido en mi interior desde que Ángel había entrado de nuevo a mi vida.

- Creo que no me merezco esto Maialen, y no me refiero a el hecho de que Flavio esté así conmigo, porque le mentí. Odio que Ángel tenga poder sobre mí y no sé por qué narices volvió cuando todo estaba perfectamente. – exclamé cruzándome de brazos, un puchero se escapó de mis labios.

- Samantha, Ángel no tiene ningún poder sobre ti ¿me escuchas? – Maialen se acercó a mí y sujetó mis mejillas. – Tu eres tú, y mandas sobre ti misma. Y si te amenaza vas a la policía y lo denuncias. Él ya no es parte de tu vida, si vuelve quiero que me lo digas y las dos iremos a demandarlo. Como si hay que poner una orden de alejamiento. – respiré con más tranquilidad y atraje a Mai hacia mí para darle un abrazo.

- Gracias Mai, eres una de las mejores personas que he conocido. – ella sonrió.

- Cuéntame exactamente qué pasó. – acercó el sofá de la habitación a mi cama para escuchar todo lo que tuviera que decir.

- Pues llegó cuando os fuisteis, antes de que mi hermana viniera a pasar la noche. Simplemente entró, me dijo que había visto los premios, intenté explicarme pero no me dejó porque le había mentido y obviamente estaba dolido, y entonces – sollocé – me preguntó por qué le había permitido que se enamorara de mí si seguía con Ángel...

- ¿Dijo que se había enamorado de ti? – se derritió.

- Sí... o eso entendí, es que pasó todo de golpe. Quizá no lo entendí muy bien.

- ¿Y qué más? – se interesó.

- Me dijo una cosa muy fea – bajé la cabeza – me comparó con una chica que le hizo mucho daño en el instituto.

- Estaba dolido Sam, seguro que realmente no lo piensa.

- Quiero hacer algo ¿me pasas el móvil? – le señalé mi móvil en la mesita, ella me lo dio y preguntó qué iba a hacer.

Encendí el móvil, tenía una llamada perdida de Débora y dos mensajes de audio de Elia contándome que Patitas le había arañado las patas de la cama mientras ella se bañaba. Abrí la aplicación de Instagram y publiqué una foto que me habían hecho en los premios, escribí un texto explicativo que me veía en la obligación de hacer.