Capitulo 14. Paracaidas

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¿Tenéis a alguna persona a la que nunca le podéis decir que no? Bueno, pues yo tengo a varias, en concreto, ahora mismo en mi vida, tres. Una es Rubén, nunca le he podido decir que no. Otra es Ale, la hija de María y Nacho; es una niña de lo más adorable y cariñosa y cuando me mira con su carita de pena-ayuda es irresistible. Y la otra, la última, es Marco Asensio. Sí, Marco. De unas semanas a ahora, Marco se ha convertido en una persona muy importante y especial para mí. Hablo absolutamente todos los días con él y quedamos muy a menudo. Tanto que ahora mismo estoy a punto de saltar en paracaídas. Sí sí, como habéis oído, en paracaídas. No sé en qué momento Marco tuvo esa luz, pero aquí estamos.
-¿Preparados? Saltamos en treinta segundos. -dijo uno de los chicos que estaban con nosotros. Contaron hacia atrás cuando quedaban diez segundos y sin darme cuenta estaba volando, yo, que tengo un miedo increíble a las alturas. Miro a mi izquierda y veo a Marco descojonandose. Juro que cuando lleguemos a tierra este hombre no tendrá planeta entero para correr.

-¿Estás bien? -me dijo Marco riéndose al tocar el suelo.
-¿Que si estoy bien? Yo a ti te mato. ¿Por qué me metes en estos líos? -le dije pegándole en el pecho, obviamente no lo estaba haciendo fuerte. Él soltó una carcajada y seguida de esta se encogió de hombros. Puso cara de no haber roto un plato en toda su vida y me cogió de las piernas subiéndome a su hombro. Yo empecé a reír y a patalear cual niña pequeña.
-Venga, te invito a comer por las molestias. -dijo riendo conmigo todavía en su hombro y andando hasta un restaurante que había allí al lado.
-Es lo mínimo que podrías hacer.
Me quejaré mucho y le seguiré echando las culpas por haberme hecho pasar un mal rato, pero ha sido una de las experiencias más impresionantes de mi vida y ha sido mucho mejor por haber estado con él, aunque nunca admitiré haber dicho esto. Comemos entre risas y cuando terminamos vamos a la casa de Marco. Nos pusimos a ver Toc toc, una película de comedia española que ya os podéis imaginar como fue. Aún así nos reímos muchísimo y disfruté mucho de su compañía. Normalmente hablamos por teléfono o en Valdebebas ya que es donde más nos vemos y cuando quedamos la mayoría de veces es con todos los chicos y sus mujeres, así que es muy tranquilizante estar con él disfrutando de algo tan sencillo como ver una película.
Así estuvimos hasta, más o menos, las ocho de la tarde. A esa hora Marco recibió una llamada de Lucas diciéndole que habían quedado para ir a cenar a casa de Sergio. Después de que él terminara de hablar mi teléfono empezó a sonar. Marco y yo empezamos a reírnos.
{Llamada}
-Hola Carooool. -me dijo al contestar la llamada.
-Hola Luuuuuucas.
-¿Queee taaaal? -me dijo y los dos estallamos en carcajadas. Lucas es igual de payaso que yo y me encanta que sea así.
-Bien, ¿y tú?
-Bastante bien. Una cosita, hemos quedado para cenar en la casa del capi, ¿vienes verdad? -me dijo y yo reí.- ¿Hola?
-Hola orejas, ¿que te cuentas? -dijo Marco riendo y Lucas también lo hizo. Tenía puesto el altavoz.
-Aaahh, que estáis juntos. Entonces venís juntos, ¿no? -dijo el gallego.
-Si, esta noche nos vemos. -le dije y tras despedirnos, colgué.
{Llamada}
Era muy normal que la mayoría de veces que quedábamos para comer o cenar lo hiciéramos en la casa de alguien, tanto ellos como sus familias y nosotros, los bailarines, éramos personajes públicos y no es muy cómodo estar cenando y ver cómo te están haciendo fotos sin tu permiso o como te siguen los periodistas.

Marco subió a su habitación a cambiarse de ropa y a mí me dejó una sudadera negra con el signo de Nike en el centro. Me quedaba bastante grande y era muy calentita, también olía a Marco y no me podía gustar más.
-Te queda mejor que a mí. -me dijo cuando llegó al salón.
-Lo sé, es que todo me queda bien. -dije con aires de diva y al segundo reímos. Estar con el mallorquín es así; risas, risas y más risas. Por no nombrar la sensación de seguridad, confianza y todo el cariño que me proporciona.
-Es tuya.
-Desde el momento en el que me la he puesto ya era mía. -le dije sonriendo. Él me devolvió la sonrisa y cogió las llaves. Nos montamos en su coche y pusimos camino a la casa de mi amigo.

Al llegar me fui directamente con las chicas, que estaban en la cocina. Me gusta mucho quedar con el grupo de españoles del equipo, con los demás también me llevo bien, no me malinterpretéis, pero con ellos me llevo mejor. Bueno, con ellos y con todos sus hijos. Los niños son mi debilidad y todos ellos se han ganado mi corazoncito.
-Hola bellezass. -dije entrando en la cocina cual estrella del pop y alargando la s. Menos mal que ya me conocen porque cualquiera que me vea (en cualquier momento de mi vida) pensará que estoy loca.
-Hola Carol, ¿qué tal? -dijo Pilar abrazándome. Es como la hermana mayor que siempre quise tener y nunca tuve.
-Pues bien, algo cansada. Hoy ha sido un día bastante ajetreado. -les dije sentándome en un taburete después de saludar a todas con dos besos.
-¿Y eso? ¿El europeo? -me dijo María y yo reí negando con la cabeza.
-No, de hecho hoy no he ensayado. Marco, es su culpa. Me ha convencido, todavía no sé muy bien cómo, para ir a tirarnos en paracaídas.
-¿¡Qué dices!? -dijo Maca con los ojos abiertos como platos.
-Que divertido, ¿no? -dijo Sara.
-Bueno, más o menos. Cuando ha acabado estaba deseando volver a subir y tirarme otra vez, pero cuando estábamos bajando estaba cagada de miedo. Y el mientras riéndose tan tranquilo, me ha grabado y todo. -les dije y ellas me miraron sonriendo tiernas.
-Desde que le conozco no había visto tan feliz a Marco. -dijo Maca.
-Es verdad y me da que es por tu culpa. -le dio la razón María.
-Si claro. -dije yo riendo.
-Carol, cuando tú llegaste Valdebebas nada era como es ahora. Esa familia de la que todos hablaban después de los partidos era una familia al borde de la separación. Entre nosotras, también me refiero a las familias del resto de jugadores, no había tanta confianza y ni siquiera sabíamos el nombre de la recepcionista. Todo ha cambiado a mejor desde que tú llegaste con ese "me llamo Carolina, pero de momento llamarme Carol. Este sábado he montado una fiesta en la piscina, venid todos" -dijo Sara y todas reímos. Me había imitado a la perfección.
-No seáis exageradas. -les dije.
-No lo somos. Todos somos mejores contigo, y Marco aún más. -dijo Pilar. Yo en este momento de la conversación estaba mirando al frente, viendo a los chicos jugando a la play y oyendo sus risas de fondo. A lo mejor todo lo que me habían dicho era verdad. A lo mejor había cambiado Valdebebas.

El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin