Capitulo 34. Llaves

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Hace unos, más o menos, cuatro días que llevé mi maleta a la casa de Marco. Coloqué la ropa en el lado derecho del armario (así es Marco, siempre a la izquierda) y las pocas cosas de baño que traje. Esa misma noche me quedé a dormir allí pero desde esa noche no he vuelto a pisar la casa de Marco porque dentro de no mucho tenemos una competición de grupos pequeños en la que participaremos la mayoría de equipos de baile de la capital española, así que hemos tenido que decidir el grupo, la canción, la coreografía... en fin, montar el baile.

Fui hasta la sala de baile para ensayar un solo que estaba creando y después ensayar la coreografía del grupo pequeño para la competición respetando los huecos de mis otros cuatro compañeros. El estudio estaba ocupado por Laura y Daniel, que estaban sentados en el centro de la pista hablando. Últimamente están algo más separados y no quiero ser yo la que les interrumpa, por lo que salí de allí y fui al campo exterior buscando suerte de nuevo. Nada, ocupado por Celia, Ana, Bruno y Raúl. Desesperada subí a mi habitación para hacer tiempo y esperar a que los compañeros que estaban usando las zonas en las que puedo ensayar, se marcharan y dejaran hueco. Llegué a mi habitación y me tumbé en la cama.
"Marco." pensé en cuanto mi cabeza tocó la almohada. Tengo las llaves de su casa y me dijo que podía ir para ensayar entre otras cosas, así que igual que me tumbé, me levanté y cogí las llaves. Le escribí un WhatsApp a mi novio para avisarle de que iba a ir a su casa.

{Conversación}
Marquitoo😍❤️
Nene, voy a ir tu casa, te importa??
No, claro que no. Puedes ir siempre que quieras😘
Yo estoy cogiendo el coche para ir a Valdebebas, así que hasta que llegue no nos veremos
Vale, cuidaré tu casa, te lo prometo😇
Que se te dé bien, te quiero💖
Yo más rubia❤️❤️
{Conversación}

Cogí mi coche del parking de la ciudad deportiva y conduje hasta el casoplón de Marco. Mira que he venido veces y aún así hay rincones y zonas que me sorprenden y que creo no haber visto nunca. Llegué a la casa del mallorquín y bajé al gimnasio para poder ensayar. El gimnasio de esta casa es enorme, no os exagero. Hay todas las máquinas que os podáis imaginar y Marco ha hecho el esfuerzo (sin que yo se lo dijera) de dejarme un hueco libre, es decir, sin nada, para poder moverme libremente cuando bailo. Dejo mi bolsa de deporte en el suelo y conecto mi móvil al altavoz para que comience a sonar la canción con la que hemos preparado el baile de grupo. Bailo respetando los espacios y repito la coreografía una y otra y otra vez. Acabo destrozada, sudando y muy cansada tirada en medio del suelo de la "pista de baile" y la música de la lista de reproducción con las que ensayo sigue sonando en la sala. No me he fijado en el reloj en todo el tiempo que llevo aquí y ya han pasado unas dos horas.
-¡Carol! ¿Estás bien? -me preguntó asustado Marco al verme en el suelo. Dejó su bolsa de entrenamiento en el suelo y rápidamente vino hacia mí. Yo me incorporé del suelo y él ya se tranquilizó.
-Solo estaba cansada. -le dije y él se sentó a mi lado en el suelo.
-Que susto me has dado rubia. -me dijo inclinándose para delante para darme un beso.
-¿Que tal tu día? ¿Muy cansado? -le pregunté volviendo a tumbarme pero esta vez apoyando mi cabeza en sus piernas.
-Bueno, como siempre. Por cierto, a la ducha venga, que te invito a cenar. -me dijo y me levanté corriendo del suelo.
-Me parece perfecto Marquito. -le dije sonriendo extendiéndole una de mis manos para ayudarle a levantarse.

Subí a la habitación de Marco y entré en su baño. Saqué el champú, gel, mascarilla y todo lo que había traído para la ducha y me metí en ella. Intenté tardar poco ya que el mallorquín también tenía que ducharse. Me vestí con un pantalón negro con algo de campana y una blusa de vestir azul cielo. Unos botines con algo de tacón y me dejé la melena suelta.
Marco me llevó a cenar a un italiano porque sabe que amo la comida italiana. Después fuimos a dar un paseo porque no nos apetecía irnos tan pronto a casa.
-Carol. -dijo Marco parándose en la calle y tocándose los pantalones alarmado.
-¿Que pasa? -dije acercándome a él.
-Las llaves, que no están.
-¿Como que no están?
-Pues eso, que no están.
-¿Las del coche tampoco? -pregunté preocupada.
-Si, pero las de casa no.
-Bueno, yo llevo las llaves de tu casa. Mañana vamos y hacemos otra copia. -le dije sacando las llaves de la casa de Marco de mi bolso y tendiéndoselas para que las cogiera.
-Menos mal rubia, menos mal.
-¿Que harías sin mí? Pues nada. -dije con aires altivos cual diva y los dos reímos. Pasó un brazo por mis hombros y andamos hasta el coche para volver a casa. Hemos perdido las llaves, más cosas hoy no pueden pasar.

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El mejor error de mi vida {Marco Asensio}Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang