-Informe Final-

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Llevaban más de 30 minutos en la sala 3, y los detectives se estaban empezando a cansar de las múltiples versiones que acababa dando la señorita Harrel sobre sus últimas horas con la víctima. 

–Es que no me acuerdo muy bien, había estado bebiendo.-Hills se colocó en una postura de escucha activa, y como si le hubiera leído la mente, Evans preguntó:- ¿La víctima también había bebido con usted?-Emelda se puso pálida y desvió la mirada, fijándola en la parte izquierda de la sala en la que estaban. -Mmm...no lo recuerdo.- Hills retrocedió la postura. Su falsedad estaba haciendo que todo fuese mucho más despacio. –Me estoy cansando de sus jueguecitos de niña pequeña, diga todo lo que sepa.-Manifestó Orión. Ella le miró confundida, sin saber que decir. -¡TE HE DICHO QUE HABLES!-Gritó él. Su compañero de trabajo no estaba sorprendido, era normal en él, asimismo sirvió para poner alerta a la joven. El detective pelirrojo ató algunos cabos. La mujer de la víctima sólo le quería por su riqueza, y la sospechosa que estaba ahora mismo en esa sala era la persona que presionó para que hiciese su testamento dejando la mayor parte de su dinero a ella misma... ¿Por su puesto en la empresa? Imposible, tendría que existir algo más entre esos dos, así que preguntó. -¿Mantenía usted una relación amorosa con la víctima?- Hills miró a la carpeta con los informes de reojo, y asintió con la cabeza silenciosamente, era lógico. La sospechosa bajo la cabeza para hablar: –Sí.- El detective Orión abrió los ojos y cuestionó:- ¿Qué piensa sobre la ahora viuda? ¿Mantienen contacto?- Los detectives se miraron. ¿Qué? ¿Yo contacto con esa...bruja? Pero si solo quería a su marido por el dinero...- Perseo habló:-Entonces se podría decir que la señora Diane Bull no es una persona de su agrado, ¿No?- Exactamente.- Aseguro sin reparo. –No necesitamos nada más. Evans, llama a Hann.- Finalizó el detective Hills. 

Día siguiente, el tercero y último en el caso Johnson. -¿Podría leer el informe?- Proclamó tímidamente Hann, el becario. Evans miró a Hills, él fue el que redactó el documento policial. Orión cogió suavemente la copia que estaba depositada en su escritorio y se la pasó al becario, sin levantar la vista de su ordenador. Hann empezó a leer las hojas grapadas.-Oye, pero léelo en alto.- Soltó Evans. Hann le miró y asintió.

-Según las correctas investigaciones realizadas por el cuerpo policial de Londres, con la oficina situada en la calle Baker, número 16, se declara como culpable del homicidio de Miguel M. Johnson, sucedido el día 30 de enero de 2020 a las 21:38, a Doña Emelda Harrel, tras confirmarlo con la siguiente reconstrucción de los hechos: Mientras la señora Diane Bull, esposa de la víctima, se encontraba de viaje en el extranjero junto al señor Elián Baird, (Persona con la que había mantenido una pelea física por la señora Bull anteriormente), la señora Emelda Harrel caminó hasta la casa de la víctima, de la misma forma que llevaba haciendo los días anteriores para finalizar el testamento del señor.

El horario que siguió doña Harrel durante ese día fue el siguiente: Desde la hora de su llegada, las 19:34 hasta las 21:07, la hora de su salida, le hizo firmar al señor el testamento redactado por ella misma, dejando la mayor parte de las riquezas a su nombre para su propio beneficio. Consiguió esto haciendo que el señor Johnson bebiera durante toda la noche junto a ella, gracias a la relación que estos mantenían. En una de las copas de las múltiples que bebió el señor, ella colocó un suave pero mortal veneno que había conseguido horas antes.

Hecho esto y asegurándose de que los papeles del testamento que corrían a su favor eran correctos, y de que su víctima hubiera bebido toda la mortal copa, se marchó de aquella residencia, no sin antes llevarse las copas que la delataban por tener sus huellas dactilares y la botella de vino con el poco líquido que residía en su interior, sabiendo con total seguridad que al día siguiente, el señor Johnson sería encontrado muerto.- 

Homicidio MonetarioWhere stories live. Discover now