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Introduccion: Sabor a galletas.

Dos pequeños niños juegan en el patio trasero del más Bajito, ríen inocentemente. Ambos están escondidos en la casa del árbol del pequeño Park, y se miran fijamente, con curiosidad. Ambos miran un vídeo, en donde una pareja se besa lento, suave, y se preguntan que se sentiría aquello.

–Me gustaría intentarlo–Habla JiMin, con su usual tono dulce de voz–Pero no con una niña–Hace una mueca de asco.

–¿Porque no con una niña? –Pregunta Taehyung.

–Son empalagosas, delicadas y Chillonas–El desagrado en su voz era notable.

–Pero Jiminnie, ¡tu también eres así!–Acuso el más alto.

–Pero yo soy un niño–Fruncio el entrecejo, confundido.

–Pero no te gustan las niñas –Dijo Taehyung, igual de confundido.

Ambos se mantuvieron en silenció, pensando.

Es complicado para un niño de primer grado entender, que es Gay. Son pequeños, y nadie les hablo de aquello.

–Entonces...–Parecio dudar de lo que iba a decir –Si no te gustan las niñas, ¿quien te gusta?–Pregunto, sin entender porque el tampoco sentía ganas de besar niñas.

–mmm...–Penso, llevando una de sus pequeñas manos a su barbilla. –Creo, que me gustas tú –sonrio, sonrojándose.

Ante esto, Kim también se sonrojó, sus papás le habían dicho que amor era amor, ¿a esto se referían?.

–T-Tu también me gustas Mochi.

–Entonces, ¿podemos besarnos?. Mami me dijo que sólo Debia besar a alguien que me gustara, y si yo te gustó, y tu me gustas, eso estaría bien –Solto alegre.

Ante esto, el pequeño de sonrisa cuadrada se puso nervioso, más cuando vio como si tierno mejor amigo hacia un piquito, cerrando los ojos. Con nerviosismo y muchas dudas, se acercó lentamente y repitió las acciones del rubio. Antes de que pudiera darse cuenta, sus pequeños labios estaban pegados a los rellenos labios del más bajito.

Al sentir el contacto, ambos abrieron los ojos y se miraron fijamente, sin separarse todavía. Lentamente, fueron separandose, sin desviar la mirada, con los rostros cubiertos por el rubor. Con sus estómagos cosquilleando, las manos sudadas y ambos corazones latiendo a la par.

–¿T-te gusto?–Pregunto nervioso el rubio. –¿L-lo hice bien?–Esta vez, sonaba angustiado.

El de cabello azabache le dejó otro piquito.

–M-Me gusto Minnie.

–Tae...

–¿Si, Jiminnie?–Pregunto, aun sonrojado.

–Sabes a galletas.