Ébano y Nácar

2.3K 224 43
                                    

Dos meses después...

Habían pasado dos meses desde el inicio del cortejo, tiempo en el que wili y lobo comprendieron que el destino había jugado con ellos, pues ambos eran nacidos y criados en Beacon pero no se habían encontrado para descubrirse como compañeros.

Derek era mayor que Stiles primero que nada, así que era difícil que coincidierán, además el ojiverde había vivido una temporada en New York mientras que el castaño estudiaba en Beacon, luego Derek volvió al pueblo y pasó todo lo que pasó, perdió a su hermana mayor, recupero a su tío y a su hermana menor, y creo una manada.

Mientras Stiles había viajado a donde sus abuelos maternos en Polonia para que lo ayudarán a aprender sobre su parte wili, cuando esta despertó a sus dieciséis años como pasaba con estos seres sobrenaturales y comenzó a soñar con su destinado, luego fue donde sus abuelos paternos para aprender de su parte de brujo. Tras todo aquello, estudio parte de la universidad allá hasta que volvió a continuarla cerca de Beacon para estar con su padre.

Finalmente cuando Stiles estaba en el bosque aquel día, hacía apenas un par de meses que había vuelto y Derek ya era el alfa de una manada mejor compenetrada que en un principio donde tantos problemas tuvo tanto consigo mismo como con los demás, así que como le dijo Stiles a su destinado se encontraron en el momento oportuno y cuando estuvieron listos para ello.

Aquel día  Stiles al fin conocería a la manada de su pareja, en una presentación oficial en la reunión que harían esa noche de luna llena, para que todos participaran en la carrera nocturna de la manada.

El castaño había hablado el día anterior con su lobo alfa para decirle que sus amigos venían de visita por las vacaciones de verano y que eran como sus hermanos, entonces quiso saber si podían unirse a la presentación de la manada, después de todo también eran seres sobrenaturales.

Derek acepto la petición de su compañero siendo que pocas cosas podía negarle en realidad, además seria bueno que la manada también conocieran a la familia escogida de su pareja, el sheriff acompañaría sólo un momento a su hijo en la presentación pues tenía trabajo en la comisaría.

En ese momento estaban en la casa Stilinski pues Stiles le había dicho a Derek que allí llegarían sus amigos, además de que quería mostrarle algo en privado al moreno antes de hacerlo con la manada aquella noche.

Curioso el ojiverde acepto la petición del ojimarron, además de que le parecía mejor guiar personalmente hacia su "guarida" a su pareja, amigos y padre de este, Noah estaba en su estudio privado dándoles espacio para lo que Stiles le mostraría a su pareja, pues era lo más conveniente para introducirlos a la manada.

Se encontraban en habitación de Stiles pues el castaño quería privacidad -Te mostrare mi forma wili, porque quiero que seas el primero que la vea antes que la manada-

-Me honras- Dijo Derek orgulloso por la deferencia de su compañero, tomo el rostro del castaño entre sus manos y le dio un beso.

Stiles sonrió separándose -¿Listo?- pregunto y al ver el asentimiento de su pareja, se quitó la camisa, tomo una profunda respiración y cerro los ojos.

Derek pudo oler como el aroma de su pareja se hacia un poco más intenso resaltando las plumas recién acariciadas por el viento de una tormenta eléctrica, con un matiz de nervios.

Sus ojos verdes miraban fijamente al castaño, pues nunca había visto a una veela en persona, mucho menos un varón y lo más importante era que se trataba de su destinado.

Ante él pudo ver finalmente a Stiles en su forma wili en todo su esplendor, su cabello se hizo más largo cayendo por su espalda como una cascada de plata hasta su cintura, Derek se dio cuenta  de que eran igual a las hebras que él llevaba en el guardapelo que le diera su compañero, continuo con su contemplación para ver unas hermosas alas que parecían hechas de plata tallada extenderse desde la espalda del wili, cuando Stiles abrió los ojos estos eran como la plata fundida, su piel sobre todo en pómulos y hombros parecía nacarada, sus uñas se extendieron hasta convertirse en garras afiladas del color del nácar y unos colmillos, no tan grandes como los de los lobos pero igualmente peligrosos, sobresalieron de entre sus labios, en fin que parecía una obra maestra labrada en plata y nácar.

Rubí & PlataWhere stories live. Discover now