Farza

¡Debí imaginar que esto pasaría!

—Ash está… esperándome— dijo soltando su mano un poco triste.
—Ese imbécil… Eiji, ¿ya olvidaste como te trata? ¿Que tiene que salgamos como amigos?
—El ha cambiado, bueno, pude conocerlo mejor. Incluso nos llevamos bastante bien.
—Lo hace para aparentar, no olvides que estan fingiendo.

Eiji se percató de la verdad y asintió.

—Tienes razón… creo que solo lo hace para aparentar.
—Mira, ese tipo tiene la cara de yo no fui, soy un santo y no rompo un plato. Es obvio que solo esta fingiendo para ganarse tu confianza.
—Es cierto… el y yo… somos de mundos distintos.
—Tu y yo nunca podríamos entrar en su círculo. Ese tipo solo se casó contigo para ir contra los de su clase. No se preocupa por ti ni mucho menos te cuida, mira, hizo un contrato.
—Pensé que me había mostrado a un Aslan sincero en el viaje.
—Es obvio que no. Vamos, quiero pasar el mayor tiempo contigo.
—Si, vamos.

Eiji se sentía desilusionado. Quizá Shorter tenía razón. Ash no era sincero con él.

Llegó la hora de la película y Ash miraba por todos lados si aparecía Eiji. Pasaron así 10, 15, 50 minutos y Eiji no apareció.

—Quizá se demoró en clases.

Su teléfono comenzó a vibrar, un mensaje de Eiji.

«Lo siento, no pude llegar, Shorter vino a verme y salimos, te veré en casa»

Ash tomo la caja del peluche y la tiró a la basura mientras se alejó molesto a su auto.

Eiji llego a casa después de las 10:40. Entro y las luces estaban apagadas. Miro la habitación de Ash y quiso tocar a la puerta pero prefirió no hacerlo.
Entro a su habitación y se recosto.

A la mañana siguiente Ash se levantó primero y decidio preparar algo para ir a caminar.
Eiji salio a la sala y lo vio.

—¿Saldras a caminar?

Ash lo miro de reojo y no dijo nada mientras continuaba ordenando su mochila. La colocó en su espalda y abrio la puerta.

—¡Ash espera!— grito Eiji— lo de anoche… yo lo siento… debiste esperar mucho…
—No, ni siquiera fui al cine. Así que olvídalo.
—¿No fuiste? Pero…
—Me voy, adiós.

Cerro la puerta y Eiji entro a su habitación.

Saco de una bolsa el peluche que Ash había comprado.

—Pero esperaste mucho… fue culpa mia.

8:45 pm de la noche anterior

—Lo siento… Ash está esperando debo ir…
—¡Eiji espera!—corrió y entro al subterráneo— olvidaste tu teléfono.

Eiji corrio a prisa y cogió la ruta más cercana, aún así ya era demasiado tarde, no podría llegar a tiempo.

Llego finalmente, Ash se encontraba mirando su celular molesto. Tiro una bolsa a la basura y se retiró.
Eiji se acerco al bote y miro el contenido de la bolsa. Se sentía como un idiota.

—Eiji, lo siento— le entregó su celular.
—¿Porque lo hiciste Shorter?
—Porque no quiero que te relaciones con él.
—Pero él…
—¡NO QUIERO QUE SE ENAMORE DE TI!

Eiji se sobresaltó y lo miró triste.

—Tu sabes que mi corazón solo te pertenece a ti.
—Me da miedo perderte.
—Ni debiste escribirle. Las cosas ya estaban mejor… ¿Shorter porque lo complicas?
—Lo siento— le abrazo y Eiji lo retiro de su lado.
—Tu me tienes a mi, siempre. Pero Ash está sólo. Solo quiero cuidarlo.
—Eiji…
—Quiero pensar a solas. Lo siento.

Se alejó del cinema y camino hasta llegar a casa.

Ash corria por el parque cuando Eiji apareció frente a él.

—¿Quieres que te prepare el desayuno? Mis clases de cocina dieron frutos.
—No, comeré fuera.
—Pero…

Ash lo rodeo y siguió corriendo. Eiji hizo lo mismo. Al percatarse de su insistencia paro de correr y se detuvo. Eiji apenas y podía seguirle el ritmo. Le dio risa su terquedad y le miró.

—¿Sabes hacer tortilla francesa?
—Claro… que se hacerla…
—Si la haces lo bastante buena, quiza te perdone.
—Hecho… ¿pero podemos ir en taxi? No aguanto caminar más.
—No claro que no, debes correr. Vamos.
—Espera…

Continuaron corriendo hasta llegar a casa. Eiji realizó un platillo exquisito. Ash estaba bastante sorprendido.

—Lo siento… anoche…
—Olvídalo, no importa. Se que amas a ese chico. Yo también hubiera dejado plantado a un tipo que apenas y conozco.
—¡No es verdad!