Capítulo 20

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15 de noviembre

-¡No, para para...ay! Jajajajaja, ¡que me dejas sin respir....jajajajaja-Decía mientras Abraham me mataba a cosquillas

-Paro con una condición

-¡Lo que quieras, pero venga yaaa!

-Dame un beso

Entonces me incorporé bien en la cama, y lentamente me fui acercando para que nuestros labios chocasen.

-Ea, ¿contento?

-No

Y entonces siguió con las cosquillas, y por mucho que yo intentara devolvérselas, no podía, me superaba; cuando por fin decidió parar, nos sentamos uno al frente del otro, se creó un silencio, pero agradable, para nada incómodo.

-Te quiero-Soltó Abraham por primera vez tras 1 semana de relación

-Y yo idiota, y yo-Reí, y le abracé

Era por la noche, y no habíamos ido a nuestro lugar de siempre debido a la lluvia, por eso me encuentro en la habitación de Abraham, con él, me quedaría, como muchos fines de semana, a su casa a dormir.

-Tengo frío

-¿Nos metemos en la cama?

-Vale

Echamos a un lado las sábanas, nos echamos en la cama, y nos tapamos. Estaba abrazada, como siempre, a Abraham, y como se me cerraban los ojos, le di las Buenas noches, y él me respondió con un beso en la frente.

…........................................................

-¿Cuándo se lo diremos?-Le preguntó mi madre a mi padre, estaban en el salón, y yo en la planta de arriba, escuchándoles-Dentro de poco será su cumpleaños y se lo arruinaremos-Pensé: ¿por qué me iba a arruinar el cumpleaños?

-Contra más antes mejor Susana

-Pero yo no puedo, de verdad, me dolerá verla cuando se lo digamos

-Las cosas pasan, y por mucho que duelan hay que asumirlas

-Dame unos días, yo hablaré con ella

-Te doy el plazo de 3 días, si no se lo has dicho, se lo diré yo

Entré en mi habitación, y me quedé entre asustada y confusa, no sabía qué tenían que decirme. No paraba de pensar de qué se podría tratar, ¿y si nos mudamos?

No creo, ¿no?, llevamos pocos meses en esta casa, pero...decidí no comerme más la cabeza, y en vez de sacar mis propias conclusiones, esperaría a que ellos mismos me dijeran qué pasaba. Estaba bastante preocupada, muy preocupada; me llevé las manos a la cara y empecé a llorar, me sentía fatal.

-Ey princesa, que se te cae la corona-Gritó desde su ventana Abraham-¿Qué te pasa?

Tengo miedo a enamorarmeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant