El león.

2.3K 138 7
                                    

Estoy sentada en una de las sillas de la biblioteca escuchando a Carolina.

-Montoya dijo que nos iban a matar y qué casualidad que se rompe la llave del gas contigo allí dentro. - Dice ella andando de un lado a otro de la gran sala.

- ¿Eso dijo? - Le pregunto y ella asiente. - Pues se equivocó, sigo viva.

- Esa es la actitud. - Dice el gallego detrás de mí.

- Hay que salir de aquí lo antes posible. - Dice Iván acariciando mi brazo y automáticamente me separo de él.

- Sigo enfadada. - Le susurro y él vuelve su mirada al frente.

- Vale, hay que salir pero, ¿cómo lo hacemos? - Pregunta Vicky sentándose en otra de las sillas.

Como si sus palabras fueran una señal los altavoces se ponen en marcha y oímos a Elsa.

- A partir de ahora aumentará la seguridad en el internado, todas las puertas y ventanas permanecerán cerradas, quien necesite salir de sus habitaciones entre las diez de la noche y las ocho de la mañana deberá pedir permiso a los profesores que hacen guardia en los pasillos. No se consentirá el incumplimiento de estás normas, si se hace será gravemente sancionado.

- Lo que nos faltaba. - Comenta Iván dando repetidos golpes en la mesa. - Ahora sí que no podremos salir de aquí.

- ¿Y si nos escondemos en el desván? - Dice Cayetano. - Es el único sitio seguro que hay.

- ¿Escondernos hasta cuando? - Dice Marcos. - Porque antes o después te van a encontrar. Además, yo no pienso irme a ningún sitio, esta es mi casa y la de mi hermana.

- Marcos tiene razón, yo tampoco tendría dónde ir. - Digo tras sus palabras.

- A mi padre no le importaría que te quedes con nosotros. - Responde Iván a mi comentario y ha sido lo peor que podría haber dicho.

- Mejor que no. - Me limito a responder y noto la mirada de Marcos sobre mí.

- Si por lo menos encontráramos la entrada a los pasadizos esos, podremos demostrar que no nos estamos inventando nada de esto. - Dice Carolina.

- Ya os lo he dicho, uno de los pasadizos pasa por aquí. - Dice Vicky levantándose de la silla y acercándose a la esquina donde se derramó el agua del cubo.

- A mí no me lo habías dicho. - Se queja Iván.

- Se suponía que te lo tenía que decir yo pero tuve un contratiempo, ¿sabes? - Le digo acercándome junto a Vicky.

- Entonces habrá que encontrar la puerta. - Dice Roque junto a nosotros.

- Bueno, pues ahora vengo. - Digo saliendo de la biblioteca y dirigiéndome a la cocina.

Nada más entrar veo a Jacinta y Fermín hablando.

- Cincuenta litros de aceite... ¿Qué lo usas, cómo lubricante? - Oigo que le dice Jacinta y Fermín ríe.

- Haré como que no he oído eso. - Digo haciéndome notar.

- ¿Y tú qué haces aquí? - Me pregunta Jacinta.

- Estoy teniendo un mal día, necesito chocolate. - Le digo a la más mayor. - Por favor Jacinta.

- Bueno, pero porque hace tiempo que no lo pides eh, y por un mal día no pasa nada. - Me dice ella abriendo un armario.

- Claro, muchísimo tiempo. - Dice Fermín guiñándome el ojo y yo llevo mi dedo índice a mis labios para indicar que no diga nada.

- Fermín por favor, lo bajas. - Dice Jacinta y Fermín va a ayudarle.

El Hada Negra De La LagunaМесто, где живут истории. Откройте их для себя