Capítulo 36

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Entre tanto, el guerrillero miraba a Natalia sonriente, le faltaban la mayoría de los dientes, sus ojos saltones y enrojecidos seguramente de la droga, la bebida y todo cuanto estaban acostumbrados a tener, se encaminaba hacia ella bajándose la bragueta de su roto y gastado pantalón, Natalia lo esperaba, lo miraba fijamente, sus ojos variaban del dedo de su gatillo a la mirada de loco de aquel tipo, sabía que cualquier movimiento suyo sería fatal. Así que esperó tenerlo cerca, no le quedaba más remedio. El tipo se acercaba sonriendo, balbuceando palabras ininteligibles para ella, pero necesitaba que se acercara rápido, necesitaba valorar a los dos hombres. El hombre llegó le puso el fusil entre las piernas de Natalia quien tragó saliva apretando sus labios, el tipo se acercó tocándose su sexo lentamente a su boca y cuando la fue a besar se oyó un disparo.

- ¡Mwasi!



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En la aldea, las mujeres todas incluidas Alba se habían puesto a cortar la enorme pieza con la que aquellos hombres orgullosos que habían decidido no bailar la danza hasta que su jefe Massamba estuviera allí a salvo, habían cazado, le contaron a Teresa que tardaron porque pesaba tanto, que notaban mucho la ausencia de su jefe, la mujer como recompensa al esfuerzo les dio un baigné a cada uno que recibieron gustosos mientras contaban a los más pequeños las hazañas vividas.

Una vez finalizó la ayuda de Alba con las demás, aprovechó para marcharse a la cabaña, Alba reía con una Mona que desde que le había besado le huía, estaba sentada en la cama dejándole un modelito suyo de Prada, mientras Valiente daba volteretas sin parar de un lado a otro.

- Vamos Mona déjame que te vista, mira que modelito... ¡no te quejarás guapa!

- Uh uh uh – movía sus manos exageradamente

- Va no seas tonta... ¡nada más ha sido un besito!

- Uhhhhhhhh – se tapaba los ojos y señalaba a su lado

- No, a Nat no le va a importar que te bese – se moría de risa - ¿Sabéis?, estoy deseando que llegue, estoy deseando abrazarla y decirle lo mucho que la amo, quiero que sepa que soy muy feliz con ella, y no he querido a nadie como la quiero a ella

- Uh uh – decía moviendo la cabeza

- A vosotros os quiero Valiente... por cierto, tengo una camiseta y un pantaloncito que te va a sentar de muerte

- Uhhhhhhhhhhhhhhh – se fue corriendo tras Mona

- Prrrrrrrrrr – le lanzó una pedorreta a Alba y salieron corriendo

- Volved aquí cobardes – decía feliz pero entonces vio como Nsona salía del hospital, su rostro le preocupó - ¿Qué le pasa?

Se acercó sin decir nada, y escuchó como Teresa y Vilches hablaban notó el tono preocupado de ambos, y se aproximó con cuidado para que no la escucharan.

- No lo entiendo

- Vilches mira la hora que es – no podía evitar reflejar el nerviosismo que sentía

- No me contestan, no hay respuesta...

- ¿Y qué hacemos?

- Salir a su encuentro... no me queda más remedio

- ¿Qué está pasando? – entró y la mirada que ambos cruzaron le hizo temer lo peor. Insistió - ¿Son ellos?, ¿qué les pasa?

- No contestan Alba... llevan la radio, pero no puedo contactar con ellos – le dijo con tono realmente preocupado

Aventuras en la selvaWhere stories live. Discover now