Nunca me dejes | Finge ser mi novia #2 [EDITANDO]

Capitulo 69

SERINA

—¿Como me veo? —  pregunté entrando a la habitación de mi hermano en donde Jacob, Mateo, Elias y él se encontraban, ellos me miraron de arriba a abajo.

—Para empezar— comenzó Mateo— ¿a donde vas? — yo apreté mis labios y alcé mis cejas recargándome en el marco de la puerta.

—Voy a casa de Thiago— contesté. No sabía si se me notaba, pero por dentro estaba muriendo de nervios, las piernas me temblaban y las manos me sudaban más de lo normal.

—Te ves preciosa— contestó mi hermano con una sonrisa de oreja a oreja. Yo hice un puchero.

—¡Te amo!— chillé. Él abrió sus ojos y negó levemente con la cabeza avergonzado. Como se sabe él siempre fue muy lindo conmigo desde pequeña, eso sí, no lo demuestra tanto en público, pero obvio los demás saben como es conmigo cuando no están ellos, sin embargo, él aún piensa que su papel de hermano cariñoso-sobreprotector es un secreto.

—¡Aquí no Serina!— chilló él.

—Ay por favor.—rodé mis ojos .— ya me voy—avisé y les aventé un beso— iré a darme el último retoque.— ellos asintieron y después yo me giré para ir a mi habitación que estaba a un lado de la de Oli. Me dirigí hacia mi tocador y me miré sonriéndole a mi reflejo.

Quien diría que yo estaría aquí, mirándome al espejo mientras por dentro muero de nervios porque por primera vez conoceré a mi cuñado, el hermano de mi novio Thiago, aquel chico que sin querer me cautivó, me conquistó y me robó el corazón.

Dios, me sentía tan completa, estaba viviendo un sueño, tengo un novio, tengo amigos que me adoran y me apoyan, mis padres cada día se aman más, mi hermano es increíble, yo estoy bien, me siento bien conmigo misma... no podía pedir más.

Sin querer, una lágrima de felicidad escurrió por mi mejilla, la quité inmediatamente y volví a tomar un poco de polvo para ponerme ahí, en donde la lágrima cayó.

Mi celular comenzó a sonar, aparté la vista de mi reflejo, dejé las cosas que tenía en mis manos y comencé a buscar mi celular entre todo el desastre que tenía en mi tocador. Cuando di con mi celular lo tomé rápidamente para contestar y me giré recargando mi trasero en el tocador mientras mordía mi uña del pulgar con nerviosismo.

—¿Hola?— era Thiago.

—Hola guapo— contesté yo, mis ojos nadaron por toda mi habitación, tendré que limpiar todo esto cuando llegue a casa.

—Ya estoy abajo.

—Oh ¿en serio?— en un intento de querer avanzar para tomar mi bolso, mis pies se enredaron ocasionando que yo me tropezara y golpeara el bote de basura que tenía en medio de la habitación.

No pregunten porqué estaba eso ahí en medio, mi cuarto era un desastre, nada estaba en su lugar. Aunque debo aclarar que eso sólo pasa cuando salgo con Thiago, pues de los nervios no puedo hacer nada bien.

Estaba casi segura que todo el ruido que ocasioné al tropezarme lo había escuchado Thiago, yo me aclaré la garganta y pasé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me puse de rodillas para levantar la basura que estaba en el suelo.

Detrás de la línea se escuchó una leve risa burlesca de Thiago. —¿Estás bien? — preguntó él. —¿Te caíste?

—¿Que? ¡No! ¡Pff! — contesté — Se cayeron unas cosas de mi tocador. — concluí al terminar de levantar la basura, dejé el cesto en su lugar y después me levanté del suelo girándome domé rápidamhacia el e al espejo para volver a ponerme po—¿quieres pasar?— pregunté.