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-Hhh- Seokjin arqueó la espalda, hundiendo la frente en el colchón, sintiendo su corazón latir y el pulso de sangre en sus oídos. Se puso de rodillas y movió la pelvis hacia atrás, su cuerpo inseguro de si era mejor retirarse o empujar contra la mano de Yoongi. La presión era intensa, su piel ardía ligeramente, pero cada dedo dentro de él se retorcía y se movía, primero por separado, luego todos juntos, haciendo cosquillas en los puntos secretos y acariciándolo suavemente. Se escuchó a sí mismo maullar de una manera realmente extraña y deseó que el hombre pálido y enojado viniera y acariciara su cabello. Pero entonces escuchó una maravillosa voz profunda y reconfortante y recordó que Yoongi estaba allí, acariciándolo desde adentro. Levantó la cabeza de la gruesa toalla, tratando de mirar por encima del hombro para ver ojos oscuros y una barbilla suave.
Yoongi retiró su mano dos pulgadas y la deslizó hacia adentro, luego la giró, apuntando el pulgar hacia abajo, masajeando la carne sensible entre la entrada de Seokjin y sus testículos. Escuchó su nombre murmurar casi sin sonido en una toalla gruesa y levantó la vista cuando Seokjin levantó la cabeza y lo miró con aturdidos ojos marrones y mejillas hermosamente sonrojadas.
-¿Me extrañas, muchacho?- Yoongi sonrió débilmente, plantó un beso en la parte superior de la grieta del hombre y cuidadosamente sacó los dedos- ¿Quieres mostrarme tu dulce cara de cachorro?- frotó el agujero vacío y palpitante con el pulgar, luego dio unas palmaditas en la mejilla firme- Date la vuelta por mí. De espaldas.
Seokjin se lamió los labios y luego los golpeó porque se sentían secos. No estaba seguro de lo que se suponía que debía hacer, su mente nublada superaba la capacidad de dar sentido a las palabras habladas. Su trasero se sentía terriblemente vacío y su cuerpo estaba caliente y extrañamente fuera de lugar. Se sentó sobre sus talones, buscando instantáneamente su entrada palpitante, luego se dio vuelta torpemente, parpadeando a través de su flequillo al hombre pálido que estaba parado al final de la cama. Levantó el guante de látex negro para que Yoongi lo viera, jadeando y moviendo la cabeza.
Una mariposa gorda y torpe se asomó por el estómago de Yoongi, al ver a Seokjin sentado allí con el pecho agitado y el cabello despeinado, luciendo un poco miserable mientras sostenía inútilmente su arrugado recuerdo. Él se rió entre dientes, se acercó y mordió el dedo de Seokjin.
-Eso es tuyo. Tengo el mío, ¿verdad?- él empujó sus frentes juntas, luego agarró la botella de Evian y desenroscó la tapa con una sola mano, manteniendo sus dedos enguantados cuidadosamente fuera del camino- Bebelo- puso la botella en los labios de Seokjin, haciéndolo beber casi la mitad, luego tomó un trago grande y volvió a cerrar la tapa, tirando la botella en algún lugar sobre el colchón- Buen chico- sacó un mechón de cabello sudoroso de una frente pálida, agarró la barbilla de Seokjin y lo levantó más alto- ¿Quieres acostarte ahora? ¿Presentarme ese agujero bastante húmedo?- no esperó una respuesta, sino que envolvió su brazo firmemente alrededor del cuerpo de Seokjin, arrastrándolo cerca, cubriendo la boca del hombre con la suya, e inmediatamente lo envolvió en un beso humeante, hundiendo su lengua profundamente, quitándole el aliento. Apretó con fuerza una firme mejilla del trasero, luego acarició una grieta pegajosa, tocando sin vergüenza el agujero aflojado que encontró, haciendo que Seokjin jadeara y gimiera sin sentido en el beso.
