Capítulo 25

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El sillón de lino blanco resulta más cómodo que mi cama, con disimulo muevo los tobillos para calmar el dolor, toco un poco mi pierna reclinada a un lado y aliso el vestido, unos zapatos negros bien lustrados se posicionan enfrente, levanto la vista y desde abajo veo un hombre de unos cuarenta años con semblante serio, noto como su pelo negro tapa una pequeña cicatriz en la frente, enderezo la espalda con el ceño fruncido para atender al sujeto que murmura algo difícil de definir

- Perdón, ¿nos conocemos?- pregunto con curiosidad al hombre que me observa con ojos de lince, veo que no dice nada y lo tomo por loco levantándome del mueble para irme pero el hombre parece una estatua de yeso que impide mi paso.

- No lo conozco, así que por favor salga del frente para marcharme- digo mortificada y al fin suelta un chasquido con la lengua interponiéndose en mi camino para luego decir

- Te irás cuando yo lo decida- furiosa y sin querer montar un espectáculo por la soberbia de aquel sujeto, pregunto despacio y bajo.

- Qué es lo que quiere- suelta una risa desequilibrada y su humor sin sentido me hacen creer que definitivamente es un loco.

- Que le lleves un recado a tu padre de mi parte- mi cabeza reacciona viendo el rumbo que toma la conversación.

-Qué asunto puede tener usted con mi padre- me pasa un dedo por el cabello y su olor a perfume extrafuerte me provoca nauseas, evito su segundo toque corriéndome hacia un lado y su mano va rumbo a mi cuello, antes de que me toque de nuevo lanzo un manotazo disimulado y aparto su mano.

-No se me acerque- digo dispuesta a armar un escándalo si vuelve a tocarme y el sujeto solo sonríe maliciosamente jugando con mi paciencia.

- Solo dígale que Daniel no siempre estará para salvarle el trasero, que deje de meterse donde no lo llaman o amanecerá un día en una zanja con la boca llena de hormigas, o quien sabe su preciosa hija termine en mis manos ahora que la he visto de cerca y me provoca arrancarle la ropa con los dientes- sus palabras me dejan atónita, cuando voy a responderle una gran lista injurias que tengo acumulada el desconocido se marcha sin más dejándome con las palabras atragantadas. Betsy llega a donde estoy sin dejarme analizar aquella extraña situación y al ver mi cara pregunta

- Porqué tienes la cara tan pálida, pareciera que te va a desmayar, dios Ally qué te sucede, quién es ese hombre- veo hacia el pasillo que va a los tocadores y noto que Daniel tiene una acalorada conversación con el hombre que me he topado antes, miro a Bet y como ya soy una mentirosa certificada digo lo primero que pienso

-Nada es solo que el trago me ha dado náuseas- levanto la copa que traigo en la mano para ponerla en la bandeja de un mozo que va pasando y esta me mira sin creer lo que he dicho.

-Betsy necesito ir al baño- salgo dejándola curiosa y sin quitar la vista a donde están Daniel y el hombre raro conversando me acerco despacio. En estos momentos no sé si los tragos me han hecho valiente pero de aquí no me voy sin recibir alguna explicación, camino despacio y Daniel calla automáticamente cuando nota mi llegada. La pasión me envuelve pero me calmo para mantener la mente fría.

-Quién eres y porqué amenazas a mi padre- Daniel me mira con sorpresa y el hombre levanta una ceja estudiándome de arriba abajo con mirada amenazadora.

-Allison márchate que este asunto no te concierne- Daniel apunta hacia el asiento donde estaba hace un rato y su mandato me entra por un oído y sale por el otro.

-No, de aquí no me voy hasta que me explique porque nos amenaza a mi padre y a mí- Daniel aprieta la mandíbula furibundo y me agarra del hombro con fuerzas cerciorándose de que no haya cámaras ni personas cercas

-Allison he dicho que te vayas de una maldita vez, es que acaso hablo en ruso- mis ojos lo fulminan como si tuvieran rayos laser y el sujeto sonríe satisfecho sacando un cigarrillo de su chaleco.

-No te preocupes querida que si él no te dice yo mismo te diré- Daniel tensa la mandíbula, se gira hacia el hombre que no acaba de encender el cigarrillo y lo agarra por el cuello de la camisa

-Cállate, dices una palabra y te mato- el hombre muy pacientemente espera que Daniel lo suelte, acomoda su camisa debajo del saco y vuelve a guardar el cigarrillo.

-Por favor Daniel no me digas que ahora te avergüenzas de tu familia y tus obligaciones, vamos dilo, con ella no pierdes nada, si solo es tu pu...-no termina sus palabras y un puñetazo de Daniel le aplasta la mejilla, el hombre le responde de la misma forma y una guerra de puñetazos empieza, trato de separarlos pero son como dos montañas. Una señora se acerca al pasillo y al ver la escena grita para que los separen haciendo que todos corran al lugar, el padre de Daniel se apura a separarlos y otro aguanta al sujeto por detrás mientras este lanza improperios. Daniel intenta soltarse de su padre pero este no lo permite

-Hijo recuerda que eres una figura pública- Daniel se suelta de su padre más calmado al ver que dos gorilas se han llevado al sujeto por el pasillo, se arregla el traje y me lanza una mirada larga que me eriza hasta el último bello, lleno de ira me toma de la mano sacándome del lugar mientras las personas se abren y nos dejan pasar. Siento su mano que me aprieta con fuerzas y no soy consciente de la situación hasta que veo un montón de cámaras prácticamente encima de nosotros, salimos por las grandes escaleras deprisa para que no nos alcancen los fotógrafos y nos acercamos a su auto. En lo que su chofer baja apurado del coche y le entrega las llaves recuerdo a Betsy que todavía está dentro, empujo a Daniel hacia mí para que me atienda y el frena en seco.

-No me voy contigo, he venido con Betsy y con ella me voy- hace como si no me escuchara, abre la puerta de su auto y me empuja adentro, me pone el cinturón y le hace seña a su chofer para que me vigile, toma el lado del conductor y acelera dejando atrás los periodistas curiosos.

-Daniel he dicho que no voy contigo, estaciona el auto por favor- Daniel estaciona el auto, pero automáticamente en la medida que zafo el cinturón el muy cretino le pone seguro a las puertas para no dejarme salir, empujo la puerta para comprobar que no abre y golpeo un lado del asiento resignada

-De aquí no sales y punto no se habla más del tema, así que deja de portarte como una niña-

-Y tú deja de ser un tirano- golpea el timón con fuerzas, piensa unos segundos lo que va a decir

-Mierda Allison, acaso no entiendes que no quiero dejarte sola con ese sujeto dándote vueltas - sus palabras hacen que mi corazón baile, pero vuelve a quedar estático al escuchar que rectifica

-Recuerda que según el contrato debo protegerlos y siempre cumplo lo que firmo- que tonta soy

-Claro el contrato, pero en mi casa estaré bien puedes llevarme ahí – su rostro autoritario me fulmina

-He dicho que no.


Tolerada PrepotenciaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang