Media Luna ↪YoonMin

Cap. 3 Ángel

—¿Ya casi llegamos?

La misma pregunta hecha por Jimin había sido repetida durante todo el trayecto, YoonGi claramente era un hombre de poca paciencia, pero parecía que en esta ocasión, le divertía más ver el cómo su tierna y gruñona bolita de arroz se entretenía jugando con su paciencia, porque sabía que lo que quería el menor no lo obtendría.

—Para tu suerte, sí, ya llegamos.

Detuvo la camioneta en el estacionamiento, en su respectivo lugar y una vez se aseguró de apagar el motor y las luces, se giró a ver a su acompañante.

—¿Porqué querías venir aquí? Realmente crees qu-

—Shh. Sólo espera y verás.

El mayor sonrío un poco negando con la cabeza. Decidió acercarse hacía el menor para pasar sus manos por aquel cinturón sobre su regazo para desabrocharlo, tal cual como lo hizo cuando subieron a la camioneta para emprender su viaje al acuario. Aprovechó que el rubio estaba completamente quieto para poder rozar a propósito las yemas de sus dedos con el abdomen contrario, mientras sus oscuros ojos miraban a los almendrados del menor quién no hacía más que sostenerle la mirada con una ligera sonrisa.

—Ya... ¿Puedo salir? Señor Min—. Habló con una pizca de diversión sin sonar burlesco. Realmente le estaban  gustando las acciones tan cuidadosas de su mayor.

—Espera un segundo.

Bajó del vehículo, rodeando éste una vez cerró la puerta para luego acercarse abrir la puerta del copiloto y dejar que el Omega bajara.

—Realmente eres único, Min—. Sonrío ampliamente con un tierno sonrojo. 

—Solo estoy siendo educado, si quiero conquistarte debo hacerlo bien, ¿No?

—Entonces, felicidades. Lo estás haciendo bien.

El Omega no espero mucho y comenzó a caminar hacia la entrada de aquel gigantesco acuario mientras el Alfa le seguía por detrás, mirando de igual forma la estructura y la poca gente que se encontraba en el lugar debido al clima.

Una vez el mayor se encargó de pagar las entradas, dieron inicio a su tranquilo recorrido por el lugar, empezando por una sección de pequeñas lagunas con peces de colores y lindas mantarrayas.

El Omega se encontraba tan sumido en su mundo admirando los hermosos colores de los peces que no se daba cuenta de la mirada llena de brillo y dulzura que desprendía el Alfa a unos metros de él, cruzado de brazos, recargado en una pared donde para él le daba una perfecta vista de su niño, porque sí, eso parecía Jimin en estos momentos y eso le encantaba, ver esa ternura e inocencia característica del rubio. Eso que no podía encontrar en alguien más.

—YoonGi.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la melodiosa voz que lo llamaba, miró al Omega que ya se encontraba frente a él y se sorprendió al ver su mano tomando la suya.

—¿Qué pasa, Jiminnie?

—Quiero ir más allá, vámonos.

Dejó que el chico lo llevara a dónde quisiera, llegando así a una sección distinta, en donde esta vez las enormes peceras se encontraban en las paredes y en el techo dejando ver un sin número de hermosos peces, tanto grandes como pequeños, regionales de todo el mundo.

—Mira YoonGi. Este pez se parece a ti. Aquí dice que es un pez gato.

El nombrado elevó una ceja ante la comparación del menor, sonriendo al percibirla graciosa. Ladeó un poco la cabeza mirando al pez gato nadar tranquilamente frente suyo.