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Detención, un lugar que Jungkook había evitado por casi todo su tiempo en K-12, solo había escuchado las historias de terror que Seokjin le contaba de ese lugar

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Detención, un lugar que Jungkook había evitado por casi todo su tiempo en K-12, solo había escuchado las historias de terror que Seokjin le contaba de ese lugar.

Ambos caminaba, custodiados por 4 guardias hacia el lugar. Se volvió a su hyung, quien le sonrió tratando de calmarlo, trato de respirar profundo y no mostrarse nervioso.

Seokjin estaba apuntó de entrar con el menor hacia la ya conocida puerta de detención cuando lo tomaron del hombro.

"Sepárenlos" hablo una mujer. Jungkook abrió los ojos como platos antes de volverse a su hyung.

"No esperen, si los dos vamos a detención" hablo Seokjin, sintiendo su ritmo cardiaco aumentar.

"Para usted ya hay un tipo nuevo de detención, señor Kim" la mujer sonrío "Vamos, sepárenlos"

"¡No!" Jungkook se abrazó al torso de su hyung, antes de sentir como era jalado de los brazos y la cintura.

"¡Déjenlo en paz!" Gritó Seokjin, aferrándose también al menor. Pero solo eran dos contra cuatro, rápidamente, Jungkook fue apartado del mayor.

"¡Hyung!" El menor pataleaba tratando de zafarse del agarre, viendo como se llevan a Seokjin a otra habitación.

"¡No se atrevan a tocarle un cabello!" Grito Seokjin, el mismo peleando contra sus captores. Pero Jungkook no pudo escuchar más, ya que unas puertas detrás de él se cerraron.

Siguió tratando de zafarse mientras era arrastrado por aquella habitación blanca, llena de escritorios, donde otros alumnos estaban atados, Jungkook se asustó al ver las expresiones de los chicos, parecían perdidos, como si no estuvieran completamente ahí.

Vio a la señora Cha, una mujer despiadada, sonriendo mientras veía como lo ataban en un asiento libre.

Bufo de enfado al ver que sus manos estaban completamente inmóviles a ese escritorio. Los dos hombres que le sujetaban se fueron.

Jungkook vio a su alrededor, sintiendo angustia, hasta que soltó un enorme grito.

"¡Cállate!" Le espetó la señora Cha, dando un golpe en sus manos con la enorme regla que tenía. Jungkook se calló, frunciendo el ceño.

Una campana sonó, y un grupo de enfermeras con una jeringas en sus manos apareció.

Jungkook vio como un chico frente a él le inyectaban en raro líquido, haciéndole entrar en un trance, sonriendo de una manera que le aterró.

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