XII. The Final Countdown

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- Aaagh - Me quejé al escuchar que llaman a la puerta - Seguro es el bufón Lewis - susurré y bajé para cuándo ya iban por el tercer timbre.

- ¿Madrugando, joven Way? - rió - ¿Puedo pasar? - Asentí y nos sentamos en la mesa del comedor nuevamente.

Luego de ofrecerle una taza de café y que él accederia, preparé dos tazas con dos de azúcar mientras escuchaba la historia de su aburrida vida. Definitivamente no me podía permitir terminar como aquel triste sujeto. 

- Vaya, 20 años de matrimonio suena muchísimo - solté fingiendo interés. 

- Créame, no es tanto - hizo un mohín y rosiguió - No es como si la viese mucho realmente - le sonreí y se hizo un silencio incómodo hasta que él volvió a hablar unos minutos depués. - Veo que sigue sin asistir a la escuela -

Sabía que en realidad era una actitud extraña, pero me sentía incapaz. Creo que fue la única vez en mi vida que me sentí incapaz de hacer algo, pero me pesaba y más que por mi cansancio, se debía al temor de ver a Mikey y a Raymond. Sabía que el primero me llenaría de preguntas en cuánto me viese y el segundo también, pero de otra índole. 

- Ya no estoy enfermo, no lo niego, pero me encuetro indispuesto por varias razones - pensé rápidamente en una excusa mientras me dirigía a la cocina a hacerme más café. - Mi hermano se está quedando con un amigo, supongo que ya sabía, y bueno, no sabe que Donna no ha aparecido y no quiero enfrentarle, tampoco quiero mentirle pero menos lastimarle. Tal vez no tenga mucho sentido para usted, pero a mí me genera un cierto malestar que se ha comenzado a incrementar con el hecho de que mi madre no aparece y que si usted está aquí con esa expresión y prefirió contarme de su vida en vez de ir al grano, me atrevo a decir que empeorará con las noticias que ha venido a traerme - 

- No sospecha mal, Arthur - torció la boca y volvió a hablar soltando finalmente todo de golpe - Tenemos sospechas de un secuestro. Verá, alguien supo que Donna se vería con un sujeto de apellido Laurence y ese jóven no aparece tampoco, así que o escaparon o el sujeto la tiene en alguna parte - 

- Donna no había estado fuera de casa más de cuatro días en toda mi vida y bueno, definitivamente ya es algo más que sus escapadas pero no creo que la secuestrasen. Digo, no podrían extorsionarnos pues no tenemos mucho dinero y por motivos personales, me parece que no es una buena víctima, es una señora mayor y tiene hijos, por lo que la podrían buscar, así que no lo sé. CLaro que no sé cómo piense ese sujeto pero, realmente se me hace extraño pues no le veo un fin -

- No siempre tiene que existir un fin - me encogí de hombros y me senté pesadamente en el sillón dejándo caer unas lágrimas.

- ¿La encontrará? -

- Claro que sí, sé como hago mis cosas, es como si estuviese en una telaraña, así no intentes moverte, sé dónde estás. Siempre hay trampas y secretos, pero juro que nunca he dejado un caso sin resolver. Creo que temería si fuese el que hizo que desapareciera. - asentí con una frase que causaba en mí una punzada - Nos veremos pronto - 'es una cuenta regresiva, te encontrarán' - No se me escapa nada joven Way, como la mancha de lejía en el suelo de la vacía sala - Me miró fijamente - No se me escapa absolutamente nada - Y cerró la puerta.

Tragué saliva en cuánto escuché que arrancó su auto, sabía que quería asustarme, así que lo mejor era mantener el semblante.

Para mi sorpresa, el inspector Lewis volvió a tocar la puerta hacia el anochecer, lo cual me molestó de sobremanera pues interrumpió mi práctica matutuina de piano.

- Que grata sorpresa, ¿qué noticias me trae ahora?

- Buenas noches - dijo pasando a la casa - ¿Usted estuvo buscando a su padre? - Me heló la sangre hasta cierto punto la pregunta, más como simpre, fingí indiferencia.

Unforgettable [Frerard]Where stories live. Discover now