Cae. Respira. Levántate.

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Sigue sosteniendo tu rostro con tus manos
que son la fuerza de tu virtud, de tu creación.

Ahora sabes lo que es ser uno con el agua, con la lluvia o con los mares.
La presa de tus emociones se nos agrietó y un día es poco para terminar con todas las reparaciones. Lo mágico de esto es que siempre tenemos un mañana, un después, un luego.

Son pocas las oportunidades que tenemos de usar correctamente esas frases. Sé que no las desperdiciarás y mucho menos ahora.

Así que respira, usa tu tapete y escucha cuando tu corazón te recuerda que está vivo. Cada latido es una razón para coger valor y tirar de nuestro carro.

Deja la ventana abierta, que entre un nuevo aire y resplandor. Sonríe mientras tus ojos son color sangre y que esa sonrisa se vuelva real a cada segundo.

Cae y raspa tus rodillas. Abraza a mamá con lágrimas. Abrázate a ti misma y perdónate siempre.

Poemas que no te convencieron.Where stories live. Discover now