Capítulo 5 - ¿Estrés?

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Lalisa no tiene exactamente el sabor que Rosé recuerda. Sin alcohol y humo. Solo menta y puramente Lalisa. Rosé no puede describirlo exactamente, pero es pesado e intoxicante.

Lalisa está haciendo pequeños ruidos de necesidad desde el fondo de su garganta, y eso también se traduce en un sabor maravilloso. La ha estado besando por solo un segundo, pero ya siente que está a punto de explotar.

Rosé tiene miedo de darse cuenta de que no puede esperar para probar todo de ella. La siente palpitar en la boca, caliente y embriagadora.

"Joder", el jadeo brusco sale de los labios de Lalisa como una maldición y una orden.

Rosé es la que se separa, apoyando su frente sobre la de la castaña. No lo hace como afecto. Rosé simplemente siente que se caerá si no encuentra algo que la estabilice.

Entonces se aferra a Lalisa, agarrándola por la cintura y prácticamente fundiéndose con ella, la pared las sostiene a ambas. A Lalisa no parece molestarle.

Su respiración es fuerte y áspera, y están tan cerca que respiran entre sí.

Lalisa suelta una risa ronca y ardiente.

"Bueno", arrastra la voz temblorosa.

"Me atrapaste. Te arruine el plan con Mina esta noche a propósito. Lo siento. Supongo que lo menos que puedo hacer es dejar que me folles".

Ella es la que tiene a Lalisa presionada contra la pared, dejando huellas digitales en la curva de su cintura, y de alguna manera se siente como si Lalisa fuera la que estuviera ganando. Rosé no puede dejar que eso suceda.

Los cortos shorts de pijama de Lalisa son sedosos y suaves y muy fáciles de maniobrar. Todavía tiene la mano izquierda apretando la cintura de la castaña, casi hasta el punto de magullar, pero no del todo, al menos eso espera.

Su mano derecha está impaciente mientras viaja hacia el sur, empujando bruscamente los pantalones cortos hacia abajo. La castaña la ayuda con su pijama, pateándolos y enviándolos a volar a algún lado; ninguna de las chicas se preocupa particularmente. No lleva puesta bragas, Lalisa se está volviendo predecible.

Pero, si bien Rosé tenía una idea vaga sobre las bragas de Lalisa o la falta de ellas, no esperaba que estuviera tan maravillosamente empapada de manera vergonzosa.

Ella susurra un asombrado 'oh dios' justo cuando Lalisa deja escapar un dulce y suave gemido al ver que los dedos de Rosé finalmente la exploran.

Por mucho que Rosé quiera fingir que simplemente está haciendo esto para liberar estrés y acabar de una vez con esta especie de juego, no puede evitar tomarse su tiempo para separar los labios de Lalisa, maravillada por la forma en que parecen chuparle la punta de los dedos. El sonido de succión y humedad la hace temblar.

"Mierda". Ella murmura acaloradamente contra la boca de Lalisa.

"Estás...estás tan mojada. Mierda."

Esta vez, el gemido de Lalisa es de leve molestia.

"Sabía que serias de las que hablan", resopla.

Antes de que Rosé tenga la oportunidad de preguntar por qué lo dice, Lalisa desliza sus manos por los bíceps de Rosé, ronroneando al tocar los músculos que encuentra ondulando debajo de la piel, subiéndolas luego y enredando sus dedos en mechones rubios, tirando de Rosé hacia adelante con suavidad, pero con insistencia.

Sus labios se encuentran de nuevo, y este beso es lento y profundo, a diferencia del anterior que estaba lleno de ira y frustración acumulada. Pero aun así, tan estimulante. La lengua de Lalisa se desliza contra la de ella sin esfuerzo, juguetona; casi retándola.

AMOR PROHIBIDOWhere stories live. Discover now