Capítulo 23

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Ámbar

Un día antes

Romeo miró fijamente su celular y alcé mis cejas.

—¿Sigues peleado con tu papá?—asintió cansando.

—Sí—apagó el aparato y me sonrió un poco—La verdad no me importa...

—No mientas, Romeo—apoyó sus manos en la mesa.

—Estoy harto de esto—agarré sus manos.

—Piensa que ya falta poco para tus 18 y para que estudies lo que quieras--—

—Para irme de aquí—asentí.

—¿Todos trataremos de irnos, no?—movió su cabeza.

—Luisa es la primera en querer salir de aquí.

Nos quedamos en silencio.

Todos nos queríamos ir de este pueblo ya que en las calles de aquí vivimos las peores pesadillas.

—¿Qué quieres que pida? ¿Batidos?—sus ojos brillaron y sonreí—Pago yo.

—Bueno, no me quejo...—reí y caminé hasta la barra.

Los 12 años que llevábamos siendo amigos no se sentían y menos con la llegada de Oliver, la amistad no se desgastaba pero no éramos tan unidos como antes ya que cada uno tenía sus propios problemas pero todos (menos Oliver) teníamos que lidiar siempre con uno: Alexander.

Observé mi reflejo en un espejo que estaba atrás de la caja registradora.

Alexander no era el problema en sí pero sí era la causa de uno que nos enlazaba a los 5.

Coloque los batidos en la mesa y Romeo sonrió.

Éramos escorias al igual que nuestros padres.

—¿Sabes qué quiere estudiar Oliver?—El chico me miró.

—No me acuerdo pero era algo que se estudia en la ciudad aunque creo que no se decidió aún, algo normal—asentí.

—¿Qué opinas sobre... él y Alexander?—se quedó quieto y evitó mi mirada.

—Me alegra, creo. Mientras que a Oliver le haga sentir bien...—asentí.

—¿Piensas qué él sabe la verdad?—negó.

—No nos vería de la misma forma, creo.

—¿Crees qué se alejaría de nosotros? No quiero eso--—

—¿Piensas que yo también lo quiero? él no nació aquí, él tuvo otra educación, así que cuando se enteré de la verdad eso va a suceder.

>Es una lástima que alguien de afuera nos haga ver lo que hicimos en el pasado.

>Pero puedo excusarnos, todos dijeron que lo que hicimos estuvo bien.

—Eso no me sirve a mí.

—Ni a mí pero... trato de animarme con eso.

—¿Funciona?

—Me hace sentir peor.

●○●○

Empecé a mirar a mi alrededor, había quedado con mi tía para ayudarla en su tienda de ropa.

—¿Tus papás están de acuerdo con qué empieces a trabajar?—rodé mis ojos.

—Sí, tía. ¿Quién le dijo?—noté como una señora entraba.

Alexander (Gay)Место, где живут истории. Откройте их для себя