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Teníamos todo listo. Presentamos el proyecto y sacamos la mejor nota en la clase. Ni siquiera te importó, yo sólo sonreía como siempre.

Era el último día que te vería, el ciclo de las clases de japonés acababan ese día y al fin me libraría de todas esas tareas tan molestas.

Recuerdo que me sentí un poco tranquila sabiendo que las clases acabarían, sin embargo, no estaba tranquila al 100%.

Después de todas las presentaciones, nos quedaba una hora de clase. La profesora nos puso unos capítulos de Anohana y se sentó al fondo del aula a corregir exámenes y sacar promedios finales. En serio, la profesora estaba loca para poner esa serie.

Me la pasé conversando con mi amiga, ya que no pensaba ver Anohana. No es que no me guste, sino que he visto esa serie como 3 veces y las 3 veces he llorado en cada capítulo. No pensaba llorar en frente de todos.

Me miraste todo ese tiempo restante, ¿crees que no me dí cuenta? Es más, volteé a mirarte y te pusiste rojo porque te descubrí.

Volteaste de inmediato, como si nada de eso hubiera pasado y yo te llamé. Me miraste un poco avergonzado y aún así te dije: "Deberías ver la serie, no mi cara". Creo que te molestaste, pero estabas más rojo que un tomate. Yo solo me comencé a reír y los demás me callaron por hacer bulla.

¿Sabes algo? Así rojito y avergonzado te veías lindo. Pero preferí no pensar en eso porque ni siquiera te conocía un poco.

Terminó la clase. Nos entregaron las notas y te fuiste corriendo. Te llamé y volviste un poco molesto.

Todos nos estábamos sacando fotos y tú eras el único que estaba quedando fuera. Por eso, te llamé; yo quería una foto contigo.

Te pedí la foto y te negaste. Bueno, después de la vergüenza que te había hecho pasar tenía un poco de sentido. Pero tú dijiste: "ya nos vemos, la foto queda para otro día", sonreíste de manera sincera y te fuiste corriendo.

En ese momento, yo pasé a ser el tomate. Si sabías que no te iba a volver a ver, por qué tenías que recordármelo. ¿Tanto me odiabas como para estar feliz de que no nos volveríamos a ver?

No te preocupes, yo también te odio. Aunque debí haberlo hecho mucho antes.

- H. T.

Debí Odiarte Antes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora