Sin batería

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«¡Corre! ¡Corre!» Me duelen los pies de tanto que he avanzado hacia una dirección desconocida, no sé hacia dónde me dirijo, ni de quién estoy huyendo, solo no puedo dejar de correr.

—¡No, no huyas! Tienes que enfrentarlo— reprocha mi conciencia.

Si estoy huyendo es por algo, no me quedaría a descubrirlo.

—¿¡Cómo lo enfrento si tiene un arma!?— ese es un pensamiento vago que llegó. Al parecer quieren matarme. ¿Quién? ¿Dónde estoy?

—¡Ese es tu miedo! ¡¡Enfréntalo!!

Un disparo se escucha a lo lejos, pero no tan lejos, pues el oído comienza a zumbarme y luego de ello me agacho asustada sobre el suelo.

Y todo desaparece.

Desperté a las 5:40 de la mañana, mi alarma estaba interrumpiendo, a Dios gracias, mi mal sueño.

Tenía que estar a la escuela antes de las 6:3p a.m., así que tuve que levantarme para comenzar mi día. Un aburridísimo Lunes.

Amarré mi cabello y me hice una trenza de cascada con unos mechones de frente, arreglé mi mochila con las cuatro materias que me tocaban hoy, tomé mis pertenencias y bajé a desayunar.

Mi mamá ya se había ido a la oficina y mis hermanos todavía no bajaban.

—¡Alexis!, ¡Alexandra!, ¡Se les va a hacer tarde!— grité para que me escucharan.

Mi hermana Alexandra iba apenas en tercero de secundaria, yo iba en preparatoria, porque había perdido un año de estudio... Por lo de papá, pero lamentablemente todos íbamos en la misma escuela.

Afortunadamente Alexis y yo en grados diferentes Alexis era 2 años mayor que yo.

Protestando y protestando mis hermanitos bajaron y desayunaron. Ya estábamos los tres listos para irnos a la escuela así que tomé las llaves del auto intentando que Alexis me dejara manejar pero como siempre eso nunca sucedió ya que por ser el mayor siempre manejaba él el coche de papá.

Eran las 6:15 y ya íbamos en camino a la escuela. Al llegar, como toda la gente del mundo, todos tomamos nuestros rumbos a nuestras secciones de la institución.

Justamente al entrar a mi sección me topé con Judith y Anahí que estaban en la entrada observando los chicos "populares" de la prepa.

Entre los cuales se encontraba Christian, un chico el cual siempre había causado nervios en mí cada que él estaba cerca.

—Hola chicas ¿Cómo están? ¿Qué están haciendo?— Exclamé sobresaltándolas por el susto y por lo entretenidas que estaban.

—Hola Amy-— Dijeron las dos— Estamos viendo a León y a Patrick, nuestros futuros novios.

—¡Ay chicas! ¡No quiero que estemos llorando al rato en casa de una de las tres por sentirnos mal!

—Nunca se sabe Amy...— Dijeron muy seguras de su comentario, lo que no me pareció nada raro, ¡eran unas locas!.

En eso los chicos voltearon a vernos y no es por ser presumida o querer llamar la atención pero Cristian estaba mirándome o bueno así lo pensaba hasta que comenzó a caminar hacia nosotras.

«seguramente viene hablar con una de mis amigas» pensé.

—Hola Amanda— Dijo amigable.

¡Sentía bastantes nervios ante que Christian me hablara.! Eran unos nervios que no podía controlar.

—Hola ¿Christian?— intenté hacerme la que no sabía su nombre y la despistada ya que obviamente no quería que supiera que me hacia sentir escalofríos su presencia cerca de mi.

✅Desde Las Sombras: Un Amor En El LimboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora