|doce|kth

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Alguna vez pensé en ser feliz, pensé en buscar nuevos méritos para moldear mi camino. Pensé en buscar señales para ser feliz, pero jamás busque perder vidas a cambio de la mía.

Min Yoon Gi, mi buen amigo. ¿Él estaba... él estaba, muerto? Mi rostro se consume en pena, estaba confundida. Tenía una cierta incertidumbre de volver a recordar todas las veces que reímos juntos, todas las veces que comimos juntos, o inclusive las veces que dormíamos después de mirar series.

Era algo estúpidamente irónico que la persona que estaba conmigo hace tiempo no fuese él, lo sentía tan cerca. Cómo si su alma fuese mi guía.

—Necesitas descansar, me quedaré contigo—suena tan amable, es tan cálido y bueno conmigo. Agradezco que sea uno de mis buenos amigos, hmm, también que sea un mago o brujo.

No quiero descansar, no me apetece si quiera cerrar los ojos, ¿y sí vuelve aquella cosa maligna a querer hacerme daño? No lo soportaría. Era como cuál sueño aterrador en el cual no puedes despertar, cierto, no era un sueño. Era una pesadilla.

Me acomodo en el colchón, arropo mi cuerpo y me recorro un poco para que Nam se recueste a mi lado. Se ve cansado, debería de ponerme en su lugar, tanto tiempo protegiéndome.

Nadie se lo ha pedido pero estoy completamente agradecida.

Luego de que el silencio se diluye en penas y suspiros, me atrevo a preguntar.

—¿Por qué a mí?— y sí, ¿por qué a mí? ¿Por qué tengo que estar pasando todo esto? No era mi culpa ser así, no era mi carga, no lo era. ¿Había hecho algo malo antes? No le he hecho ningún mal a nadie. ¿Por qué tenía que sufrir penas ajenas?

Después de un tiempo no tan largo, en medio de la oscuridad. Él me responde.

—No lo sé—esta a mis espaldas. Sus palabras son confusas y parece él tampoco conocer la respuesta—. No tengo ni la más mínima idea de porqué te han elegido a ti.

—¿Elegido?—vocifero.

—Cualquier espíritu maligno solo toma tus fuerzas y se va, absorbe tu energía para transportarse a más mundos. Pero este no...éste quiere llevarte—palabras que susurra. Hago bolita mis manos entre las sábanas, enrollo mis pies para rozar los de él, tengo miedo. Y estoy en mi derecho de temer, él prosigue—. Si fuese algo pasajero, solo se hubiese ido desde hace mucho tiempo—sisea—, pero ha tomado el cuerpo de alguien más para estar cerca de ti, eso es muy peligroso.

¿Peligroso? ¿Estoy en problemas? ¿Debería temer?

—¿Peligroso?—pregunto, esperando que todas mis dudas se resuelvan—. ¿En qué? ¿Qué pasa?

El suspira,—. Puede quedar atrapado en el cuerpo de alguien más. Además...

Además...

—¿Además, qué?—exijo.

—Se le tiene que pedir permiso al más supremo. El supremo evalúa el caso y...

Me echo una carcajada al cielo y me giro a verle. Él tiene el rostro de confusión, sus cejas fruncidas. Me he quitado las sábanas del cuerpo para verle de cerca en la oscuridad.

—¿Evaluar qué? ¿Es en serio? ¿Así se maneja en el infierno?—no lo puedo creer, me río escandalosamente. Tal vez los vecinos, si es que hay, deben de estar despertándose gracias a mis pequeños gritos, cuando logro calmarme un poco al ver qué él no rie, le digo—. Déjate de bromas y dime la verdad. ¿Esto le ha pasado a alguien más?

—Créeme, el jodido infierno es más justo que el mundo. La gente muere en llamas por causas justas, nadie es echado al caldero sin no antes ser juzgado—usa su dedo índice para acusarme, señalando así un regaño—, y no, no hay otro caso como el tuyo, nada que yo conozca.

Frunzo el ceño. ¿Nada que el conozca? ¿Deberías de conocerlo? ¿Qué escondes en realidad Nam?

Se queda callado al notar que ha soltado más de lo habitual.

—A mimir. —se enrolla en las sábanas y se gira para darme la espalda. Pero no le dejo, le halo con fuerza las telas que rodean su cuerpo. Él no tiene mucha fuerza así que logro girarlo—. No diré nada más, no lo haré. No tengo que decirte que yo también fui uno de ellos, y que me tuve que robar el alma de este cuerpo para vivir en la tierra, no, no te lo voy a decir.

Omg.

Joder.

¿Qué?

Él deja de moverse. Y yo dejo de forcejear con él cuando suelta todo sin querer, su boca habla por si sola, como si él no la controlase. Cómo si hubiese estado guardándolo desde hace mucho, y fuese necesario decirlo.

Esto me hace pensar muchas cosas; ¿seré yo un alma en desgracia que debe de ser usada para transportar a alguien al mundo? ¿Sera qué...?

—¿Voy a morir?

Demonio; Kth |1| ✓Where stories live. Discover now