Capítulo 9.

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Chris:

Al ver mi pequeña me respondió me alivie mucho, eran las diez y veinte y cuatro de la mañana cuando vi su mensaje.

Violett:
Está bien, te perdon, pero no quiero que pase de nuevo. Por lo del ensayo ¿A qué hora tengo que ir?

Violett:
Y te pido por el amor a Dios que adelantes un poco.

Río al leer el último mensaje, brinque en mi lugar porque escucho a mi madre llamarme.

— CHRIS ESTEBAN.

Ella está gritando.

¡Carajo! está enojada, ella grita cuando está más que enojada. Bajo a donde se encuentra mi bella madre.

— Dígame señora.

En tono muy enojado me dice:

— Ayer te dije claramente que sacarás la basura, o no te lo dije Chris. —La miro un poco asustado.

— Si me dijiste madre.

Note a Bruce, él estaba leyendo un libro, me mira con una cara de burlón le iba a insultar pero...

— DE QUE TE BURLAS IDI...

Mi madre me interrumpe.

— La basura espera por ti y también limpias el patio trasero.

Iba a negarme, pero enserio mi madre se veía muy enojada.

— Entendido madre.

Después de eso me fui hacer mis deberes.

Al cabo de unas tres horas y tanto, termine con el patio trasero y recogí todo. Entró a la cocina y veo la hora en el reloj de la pared.

¡¿QUEEE?!

Son las una y veintiséis, no le he respondido a Violett, subo rápido a mi habitación por el celular. Lo desbloqueo y le respondo de inmediato.

Me: ¿Puedes ahorita a las 2:00?

Espere una respuesta de su parte, pero no me respondió. Para prevenir me fui a dar una ducha.

Al salir de la ducha, busque una bermudas con la cara de Homero Simpson plasmada, una camiseta negra, acompañado con unos zapatos negros.

Peino mi cabellera pelirrojo, me coloco perfume. Veo la hora en mi celular eran las una y cuarenta y cinco, abro WhatsApp y nada que Violett me responde, pansa 5 minutos y me llega un mensaje, era de ella, abro el chat.

Violett:
Voy saliendo, pero primero voy por unas galletas de chocolate, mi padre insiste en comprarlas, te veo como en diez minutos.

¿Porque tiene que ser tan jodidamente tierna? Dejo de pensar pendejadas y le respondo.

Me: Está bien mi pequeña, te estaré esperando.

Bajo a la sala y me siento en el sillón.

Veo a Bruce, todavía estaba leyendo ese libro, parece que se comerá ese libro, está muy concentrado en lo que lee. Me mira serio y me dice:

— ¿Tú que miras?

Solo sonrió con malicia, creo que no recuerda que Violett vendrá.

A lo que le respondo:

— Nada.

Pasa un rato y escucho la corneta de un auto, ella había llegado. Salgo y la veo a Violett, dentro del auto.

Al salir, saludo a señor Cooper.

— ¿Qué tal está señor Cooper?

— Muy bien señorito Andrews.

Miro a Violett, se ve bellísima con ese vestido negro, y esa coleta de caballo.

— Estas muy preciosa mi pequeña.

Ella se sonroja y me responde tímidamente.

— Gracias.

Su padre nos mira, y le dice:

— Me llamas para venir por ti.

Ella asiente, luego su padre me mira de pies a cabeza, me analiza, me lee la vida desde que nací y creí que sabe la causa de mi muerte, el señor Cooper da miedo cuando se trata de mi pequeña y única hija.

— Cuida a mi princesa Andrews, porque si no, atente a las consecuencias.

Sube al auto y se va.

Nos quedamos viendo cómo se iba, hasta que desaparece de nuestro campo de visión.

Me quedo mirando a la pequeña bola de polos negra, que por cierto, anda vestida de negro en su totalidad, ahora el apodo el queda como anillo al dedo.

Admiro su belleza inigualable, hay algo que tiene que no sé qué me parece tan atractivo, no se sí son esos ojos grises tan opacos, su cabello largo o simplemente su carita de ángel.

Ella parece un ángel caído del cielo, de las describiré: sus mejillas son rojitas, labios carnosos, unas cejas gruesas y muy negras, diminutas pecas que pasan desapercibidas. Pestañas largas y esos lunares que hace juego en su cara.

Creo que todo me cautiva de ella, su cuerpo no es como el de una chica perfecta de revista, pero sin duda tiene lo suyo, su baja estatura me encanta, no tiene mucho senos, eso me gusta, pero unas piernas y un culo para volverse locos.

Amo su delgada cintura y su delgado cuerpo, ella creo que es la mujer perfecta, de la forma en cómo este, a ella le luce todo. Lástima que ella no puede ser para mí, le haría mucho daño.

Ella hace un ruido con su garganta y deje de mirarla como un pendejo, loco acosador, y empezamos a caminar hacia la casa

Violett y yo íbamos camino hacia el Interior de mi casa cuando, paramos en la entrada, ella me pregunta...


Actualizada 2021.

Hilo rojo del destino.[Completa] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora