Capítulo 21.

146 9 7
                                    

Dylan anda muy bien vestido lo admito, le quedan tan divinos esos pantalones rasgados y esa camisa beige sencilla, pero muy ¡perfecta!

Me lo estaba comiendo con la mirada, pero ya.

¡Basta Violett! Deja de mirarlo.

Esa mini voz en mi mente me odia.

Saco mi celular de mi pequeño bolsito negro y veo la hora. Son las nueve y trece de la noche

— Dylan, ya deben de venir por nosotros.

— Está bien no te preocupes tanto.

Y de la nada, alguien toca el timbre, Dylan abre ya que, yo no puedo.

Es...

¡¿Verónica?!

¿Qué hace ella aquí?

— Tía Támara. —Grita con su voz chillona que tanto molesta.

La bruja baja las escaleras, mientras sonríe.

Cuanto la odio.

— Hola hermosa, te presento a tu primo Dylan.

Definitivamente todo puede empeorar. La vida me odia.

Verónica no nota mi presencia y lo agradezco mientras dure. Observo a Dylan que le dice a la bruja.

— Ella va a mi clase, es insoportables. Más cuando anda con la rubia que tiene por amiga.

Fue imposible no reírme, así que Verónica me notó.

Cuanto amo a Dylan.

— No hables así de tu prima. —Cuando creí que no podía odiar más a esta mujer, pues veo que todo es posible cuando se refieren a ella.

— No me agrada. —Le responde el moreno.

Verónica reacciona un poco tarde, sus dos neuronas tardaron en procesar mi presencia en esta habitación.

— ¿Qué hace esta inútil aquí?

— Eh, ¡alto ahí! Más respeto. —Dicen Dylan.

Enserio amo a este chico.

— No pareces mi primo.

— No tranquila, tampoco me interesa parecer familia tuya.

¿Dylan cuando nos casamos?

Solté unas carcajadas, y digo:

— Creo que ni un ratón quisiera tener tu sangre. Mejor dicho, la suya. —Mi intención fue que la bruja me escuchará—Sin ofender Dylan.

La bruja me fulmina con la mirada, cree que por mirarme así me voy a morir.

No querida, así no funciona.

—Son tal para cuál. Familia tenían que ser. Por cierto, Verónica, gracias a tu "Jueguito"señalo mi pierna— Tu querida tía la pasa muy mal.

Dejé a ambas mirándose, y/a un Dylan muy confundido.

— Ya sabía yo que eras malvada. —Me dice Dylan.

— ¿Cuantas veces te lo he dicho que siempre lo seré?, Pues como unas cincuenta veces.

Todo este shows fue en la sala de estar mientras me encontraba sentada claramente, todo gracias a mi mejor amiga Verónica. —Nótese el sarcasmo—.

×

Chris nos pasó buscando y nos llevó a una... ¿Disco?

¿Quien carajo alquila una disco a menores de edad?

Hilo rojo del destino.[Completa] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora