Capítulo 27.

129 10 0
                                    

Ya es mi hora de irme con mamá, al fin culminó el mes con mi papá.

Dato curioso no quiero dejar a Dylan, tampoco a papá ellos están pasando un momento muy doloroso. Que irónico ¿no?, antes no quería ni tocar esta casa, ahora no me quiero ir de acá.

Diría que extrañare a Dylan, pero lo veré en el colegio. Pero aún así lo extraño.

Mamá pasó por mí y decidió llevarme al hospital, para ver como seguia de la pierna. No quise traer comigo las maletas, las dejaré allí en casa para cuando quiera volver, tendré ropa y algunos que otros uniformes.

Ya le tengo pabor a los hospitales, cuando vengo para acá todo es malo, pero a que no me creen, es mucha casualidad que mamá me ha traído al hospital donde esta Daniel. Pero vengo solo por la revisión, me quitaran el yeso. Y si no ven mejora en la radiografía, (porque me harán otra) me lo volverán a enyesar.

Estaba por entrar solo me quedaba un chico, bueno un niño por delante, habíamos un total de diez personas, pero igual, todo esto estresa.

— Violett Estefanía Cooper Smith. —dice la secretaria, del doctor Méndez.

¿Porque tiene que ser el nombre completo?

— Soy yo.

— Por acá.

Sigo a la enfermera, que por casualidad del mundo es rubia, que a carajos tienen conmigo los rubios.

Entro y... Esto parecía más un cuarto de esos de las películas de terror, donde maltratan a las personas a carne viva, con sólo le faltaba un un martillo.

Oh, ya vi uno.

Tengo miedo, estaba por irme corriendo de ahí, pero sería en vano. No puedo ¡Dios mio!, esta gente me matará y venderán mis órganos.

AYUDAAAAAAAAA.

En eso entra mi asesino, pensé que era el típico asesino feo, horrible, pero en vez de eso.

Resivi un enano.

¡No me jodas!

No sabía si reírme en su cara o quedarme quieta, yo se que soy pequeña, tan solo mido uno cincuenta y cinco, pero en llegaba a las altura aproximadamente de mis pechos. Se ve indefenso y yo imaginándome de todo.

— Buenas, tomé asiento señorita.

— Buenas. —Me siento donde "iba a decir que, me indico" pero solo había una camilla donde podría hacerlo.

— ¿Tu edad es?

— Diescisite.

— Bueno entonces no tendré problemas en explicarte.

— ¿Explicarme qué?

En eso saca un... Para serle sincera no se que era eso, solo se que sirve para cortar yeso, metal y otras cosas. Yo al ver eso, me estaba por desmayar y lo único que pensé en decir fue...

— NO ME CORTE LA PIERNA. —grité.

— ¿eh?, no, no, no.

— Perdón. —Dije muy avergonzada.

Diecisiete años y todavía piensas que te van a cortar la pierna, ¿enserio Violett?

Ya para subconciencia, estas en todas.

Había cerrado mis ojos con mucha fuerza, tenía miedo quería que mi Mamá estuviera aquí, pero según ella ya estoy muy grande para esto.

En menos de lo que esperaba, ya sentía mi pierna liviana. Eso quiere decir.

Hilo rojo del destino.[Completa] ✔️Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang