Capítulo 34

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Volvemos a Paris en silencio. Sé que River me mira preocupado porque teme que tenga una recaída, pero no lo haré.

Cuando llegamos a casa lo único que hago es saludar a todos con un movimiento de manos y escapar prácticamente corriendo a encerrarme en mi habitación a dormir lo que resta del día.

(...)

Al día siguiente el día transcurre con normalidad. Clases, clases, y más clases.

Cuando el timbre que anuncia el final de la hora de Física suena, hago una mueca. Detesto que esta clase termine, es mi favorita.

Me tomo mi tiempo en recoger mis cosas, esta es una de las clases que no comparto con mis mejores amigos, aunque sí que la comparto con Pierre. Sonrojitos se despide de mí con una sonrisa y sale del salón algo apresurado, sonrío de lado y cuelgo mi mochila al hombro para caminar a la salida.

—Señorita Carvalho, ¿me permite un segundito?

Me giro a mirar a mi profesor y asiento sin perder la sonrisa. El profesor Clark, de Física, es un hombre de casi sesenta años que además de saber mucho de la materia, se nota que le apasiona. Según sé, estudió Física en Harvard, lo que me parece genial porque quiere decir que estoy aprendiendo de una persona que sabe de lo que habla.

Observo como el resto de mis compañeros de clase sale, no sin antes notar la mirada evaluativa que me dedica Morgan al pasar detrás de mí seguida por un séquito de personas.

—Usted dirá, profesor.

El profesor se aclara la garganta.— Como sabes, eres mi mejor alumna. Me siento emocionado por la capacidad de entendimiento que tienes de comprender las leyes de la Física, o ver lo mucho que te gusta realmente la materia. Para un profesor, sobre todo para un viejo como yo, es gratificante que una jovencita se interese tanto del tema, y no solo eso, sino que parece que la Física se te da de manera fácil teniendo en cuenta lo compleja que es. Me siento orgulloso de ti, Hela Carvalho, y agradezco ser tu profesor.

Sonrío de verdad agradecida por sus palabras.

—Muchas gracias, de verdad. Y sí, me encanta la Física, incluso es a lo que quiero dedicarme más adelante. Gracias por notarlo, profesor.

—¡Maravilloso!— da unas palmadas— Si gustas puedo darte una carta de recomendaciones para que postules a la universidad que quieras, creo que Harvard estaría orgulloso de tenerte como alumna.

Supiera usted, profesor.

Le vuelvo a sonreír.

—Eso sería genial.— luego miro el reloj detrás de él y me doy cuenta que llevo cinco minutos hablando con él, y que los chicos están en la puerta esperando por mí.

Antoine me mira señalando el reloj en su muñeca mientras River se rie enseñándome algo en la pantalla de su celular.

Algo que obviamente no alcanzo a ver porque está lejísimos, idiota.

—Ah, Antoine...

Aparto la vista de la puerta cuando vuelvo a escuchar al profesor. Lo miro, sin entender por qué frunce el ceño disgustado mirando hacia la puerta.

—¿Perdone?

Suelta un bufido acomodándose los lentes y me mira.

St. Paul's School (Terminada)Where stories live. Discover now