¿Cómo has podido?

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Calidez, necesidad, amor, probablemente estupidez... cualquiera de esas palabras reflejaría el por qué mi abrazo con Jorge no finalizaba. Mi vida se encontraba en un estado de desestabilización constante y necesitaba a alguien que me sujetase antes de precipitarme por aquel precipicio llamado depresión.

Supongo que en la edad de falsa madurez en la que estoy, el enamorarse de dos personas es típico pero... si miro a mi alrededor solo veo errores y situaciones incómodas.

Decidí romper el abrazo y mirar a Jorge a sus preciosos ojos verdes- Necesito pensar todo esto, no se, estoy en una situación complicada Jorge...

-Lo entiendo perfectamente tonto- comenzó a reír y a rozarme la mejilla, su expresión cambió a una más segura- simplemente no quiero que estes triste y sientas que todo va mal; no es así, yo estoy aquí para lo que quieras.

-Muchas gracias- una sonrisa se dibujó en mi triste expresión, es tan bueno...

-Bueno, se me hace tarde...- se toco la cabeza- después hablamos, ¿De acuerdo?

-Claro!

Jorge se marchó y yo puse mi mirada en aquel coche. Es demasiado raro encontrarse con el mismo coche... cerca de tu casa y... después aquí en la universidad. En ese momento entendí que podrían estar espiándome así que decidí acercarme al coche.

Sin embargo cuando comencé a acercarme el coche arranco los motores y salió corriendo del lugar, definitivamente algo iba mal.

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Las horas de la universidad habías acabado finalmente y tenía que ir a trabajar...

No había otra opción así que comencé a dirigirme a la empresa para encontrarme con mi jefe y a mi hermano...

Finalmente llegue al lugar y entre sin más, salude a Marta, la chica de la recepción y subí al despacho de Dani. Sorpresa para mi, mi hermano estaba con el en su oficina.

-¿Qué haces aquí?- dijo mi hermano.

-Es un empleado en prácticas David, no tiene importancia, es mi asistente de personal.

-No me habías contado nada- mi hermano me miró un poco despistado y Dani le lanzó una mirada desafiante, no sabía que era mi hermano.

-Cuando llegaste a casa no me diste tiempo de contarte que era de mi- Los celos de Dani se hacían cada vez más visibles al coger un montón de papeles y arrugarlos con sus manos.

-¿Os conocéis o algo por estilo Jose?- pregunto muy serio con el ceño fruncido.

-Si es mi hermano Daniel- mi hermano contesto por mi- ¿Te pasa algo? Tienes una cara de enfado increíble tío- se rió.

-Ah no, no es nada- su cara se torno alegre de nuevo al ver que no había ningún peligro.

-Bueno yo sólo venía a decir que ya había llegado, no os molesto más- me dispuse a salir por la puerta.

-No espera Jose tenemos que hablar de un asunto- me giré de nuevo- David ¿puedes salir por favor?

-Si claro- se marchó del despacho.

Algo en esta situación me olía mal, Dani desprendía un aura un poco extraña.

-¿Qué tal te fue el otro día?- se sentó en su silla y comenzó a mirarme de arriba a abajo.

-Pues bien, llegue un poco tocado a casa pero me acompañaron- esta situación me daba muy muy mala espina.

-¿Quién?- se levantó y se dirigió a las ventanas de su despacho, comenzando a bajar las persianas de estas y dejando el lugar invisible para quien estuviera fuera.

-Jorge... ¿Por qué?- camino hacia a mi. Estaba muy cerca, sentía su respiración en mi cara.

-Me sorprende lo mal que mientes- en ese momento sus manos agarraron las mías, me giró y me empotro contra una pared.

-¿Qué haces Dani?- mi respiración comenzó a acelerarse al sentir como me presionaba con todo su cuerpo.

-Se lo que hiciste con ese tal Jorge, y no me gustó nada.

-¿De qué hablas?

-Reconoce que te lo ibas a tirar- una de sus manos subió hasta mi cara y comenzó a acariciarla.

Me había pillado, ¿cómo es posible? Mi cabeza estaba a punto de explotar.

-Te he puesto vigilancia inútil, enserio creías que iba a dejar que en algún momento algún ladrón intentase poner las manos en lo que es mío, por que si es así.. no me conoces.

-¡¿Cómo has podido?!- le di un codazo en el estómago y se separó- has decidido ponerme vigilancia como si fuese tuyo, ¿Quién crees que eres para mí? ¿Mi dueño? Pues para tu sorpresa no es así- estaba muy cabreado, me sentía un objeto a merced de un niño caprichoso que sólo piensa en si mismo.

-Efectivamente José, soy TU dueño- se incorporo, me cogió de la cintura y me acerco lo más posible a él- soy el único que puede tenerte en sus brazos, es algo simple de comprender.

Sus ojos se clavaron en los míos mientras intentaba alejarme de él pero... fue totalmente imposible. Estaba inmotivado.

-Nadie puede hacerte sentir lo que sientes ahora mismo- sus labios se rozaban con los míos en cada palabra, estaba perdiendo la batalla con mi acosador...

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FIN DEL CAPÍTULO 9

He vuelto y esta vez no desapareceré tan pronto, he estado con exámenes finales, siento mucho la espera!! ❤️

De Mi Propiedad.Where stories live. Discover now