DAMN PLUSH BEAR ─ JICHEN

you must accept that you were a bastard

—Me gusta mucho este camisa, pero creo que seria mejor si voy con esta camiseta a rayas. —dijo Chenle viéndose en el espejo con una camisa blanca. Jisung se hallaba en la cama con el celular en mano. —¿Me estas escuchando? —Volvió a hablar viéndolo a través del espejo. —Jisung. —le llamo la atención con una voz firme.

—¿Paso algo? —pregunto el nombrado ahora viéndolo.

Zhong frunció su ceño tirando la camiseta a alguna parte de la habitación, tomo su celular y las llaves. Abrió la puerta fuertemente y se encamino a la salida, Park no perdió tiempo y se levanto para tomarlo del brazo.

—¿Ahora que hice?

—¿Que hiciste? ¡Siempre me ignoras por estar con el estúpido celular! ¡Estas mas enfocado en ese aparato que en nuestra relación! —se safo del agarre y salio del departamento molesto. —Me quedare con Renjun. —grito estando ya afuera, luego cerro la puerta.

Jisung se quedo en medio del pasillo observando a la puerta. ¿Habían terminado? Indirectamente había dicho que esto había acabado.

—Como que ya era hora que lo haga. —dijo Honey a su lado. —¿Una cerveza?

El coreano no se negó así que agarro esta entre sus manos volviendo hacia la sala, se lanzo al sofá aun impactado, el oso se sentó a su lado dejando un paquete de cervezas sobre la mesa.

—Vamos amigo, necesitas relajarte un poco. Necesitamos hablar. —saco una del paquete abriéndola y chocando con la otra.

—¿De donde sacaste dinero?

—Digamos que encontré una tarjeta de crédito, pero no te quejes estas tomando también.

Park tomo un poco de ella sintiendo sus ojos cristalizarse, no podia creerlo, había malogrado su relación de cuatro años y todo por su estúpido descuido. Quería retroceder el tiempo para arreglar esto, pero ya no podía.

—¿Sabes? Eres muy idiota y te lo mereces. —hablo el oso de la nada

—Eso no me ayuda en nada.

—¿Quien dijo que te estaba ayudando? —respondió de mala manera hacia el coreano que ahora soltaba pequeñas lagrimas. —Al inicio ibas bien, tu único estupido problema es esa cosa que usas para llamar.

—Lose. —susurró para luego tomar en una toda la cerveza llevándose un alabo del oso. —creo que esto ya termino, cuatro años que el desperdicio en mi, cuatro años en el que no di todo en la relación, el siempre es tan cariñoso, afectivo, atento y yo tan idiota.

—Al menos lo reconoces, esa es bueno de ti, aceptas que fuiste un bastardo.

—Ya se.

—También un puto.

—Lo se también.

—Y un estúpido-

—¡Ya se! Se supone que debes animarme.

Honey miro hacia la ventana, se acerco un poco mas al humano y lo abrazo por los hombros.

[...]

—Lo amo demasiado, no quiero dejarlo ir. Quiero ir con el y pedirle perdón. —hablo Jisung nuevamente abriendo una nueva cerveza.

Bien, eras las tres de la mañana y estaba ebrio con un oso al lado el cual estaba en el mismo estado, no había echo mas que hablar de lo idiota que es y Honey... como que ya estaba un poco cabreado con esta situación.

—Entonces ve, si el te ama y te perdonara, se ve que aun lo hace, deja de ser el idiota de siempre y pidele perdon.

—Lo haré.

—Lo harás, yo se que si, volvera a ti.

—Volverá a mi.

—Serán felices como unas lombrices.

—Seremos felices como unas lombrices.

—Se casara y vivirán en una linda casita.

—Nos casare- ¿Que?

Ambos se miraron mutuamente.

—¡Lo harás! ¡Porque eres un Park Jisung y ellos no se rinden!

Jisung se levanto del asiento decidido y con una sonrisa en el rostro, pero sus pies fallaron haciéndolo caer fuertemente.

—¡Oh santa mierda! ¿Estas bien idiota? —Honey camino hacia el. —Pero si seras pendejo, son las tres de la mañana, a esta hora Chenle debe estar comiendo helado y llorando con un Renjun a su lado mientras que el habla mal de ti. Pero te lo mereces por puto.

Park miro el techo. —Ahora que hare.

—Iras a dormir, te levantaras a las ocho e iras a comprarle unos chocolates con manjar a Chenle porque son sus favoritos, le haras el desayuno y le pedirás perdón y aceptaras delante de el que fuiste un puto bastardo distraído.

Jisung asintió levantándose como podía y siendo acompañado por el oso a esa habitación.

Mierda, ese oso tenia razón.