Capítulo 23

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Varios días siguieron pasando lentamente. Logré consolidar una rutina para no volverme loca con el encierro. Paso bastante tiempo en el gimnasio y leyendo, ya sea libros en papel o desde mi celular. También ayudo un poco en la limpieza de la casa, y conseguí varios productos para el cuidado de la piel, así que dedico parte de mi mañana a eso.

Sigo manteniendo el contacto con Sara, y también pude comunicarme con Clara, al fin. Creamos un grupo de Whatsapp para poder hablar las tres juntas.

En estos últimos días, casi no veo a Matthew. Se va temprano a trabajar y vuelve cerca de la hora de la cena, así que ese es el único momento en el que lo veo. Estaría completamente sola el resto del día si no fuera por los empleados. De alguna forma, extraño su presencia.

Todo está tranquilo, casi que no discutimos, aunque tal vez sea porque no nos vemos, y tenemos conversaciones de cómo nos fue el día. Bueno, en realidad, de cómo ME fue, ya que él no dice mucho de su trabajo. Supongo que es entendible, teniendo en cuenta a lo que se dedica.

De vez en cuando, tiene gestos bastante lindos. Por ejemplo, hace dos días le pedí si podía tener algo de maquillaje, y él mismo me trajo varios productos al día siguiente. Y sí es un gesto, porque lo normal en él sería mandar a alguien más a por ello.

Actualmente estoy recostada en uno de los sillones de la sala de estar, leyendo un libro. Algo que disfruto mucho de este libro, es que logra atraparme en la historia, de tal forma, que me mantiene fuera de mi realidad por unos cuantos minutos. Esto acaba cuando el objeto es arrebatado de mis manos, y me encuentro con Sabrina como la responsable.

—¿Por qué hiciste eso? —la miro atónita.

Me sonríe amable —lo siento, pero intenté hablarte y no respondías—.

—Oh, entonces tal vez yo debería disculparme —la miro apenada—, aveces me concentro mucho en la lectura ¿Qué querías decirme? —interrogo.

Su postura se vuelve nerviosa, como si no supiera de qué forma empezar —Debes empacar una maleta. —espero, confundida, a que me de más información —Se van de viaje—.

—¡¿Cómo?! —exclamo —¿A dónde? ¿Por qué?—.

—No sé nada más, Jane, sólo me dijeron que te ayude a armar tus maletas —me explica —Perdón —.

—Está bien, no lo lamentes, no es tu culpa. —suspiro y me levanto del sillón —Y... supongo que no tengo opción ¿Verdad?—.

Ella niega con la cabeza, apenada, a lo cual asiento y comienzo el camino hacia mi habitación, con Nina siguiendome detrás.

Cuando entro a mi cuarto Nina sigue de largo por el pasillo y, pocos segundos después, vuelve con una maleta. No es con la que vine del Instituto, es más grande, y costosa.

—¿Qué tipo de ropa debería llevar? —pregunto mientras observo toda la ropa en el armario, adquirí bastante aquella vez que me escapé.

—Fresca, allí es verano —responde enseguida.

Sonrío levemente, amo el verano, así que al menos puedo tomar algo positivo del viaje.

—Debes incluir algunos vestidos elegantes, por si surge algo a lo que deban asistir —explica mientras observa entre mi ropa.

Imitándola, busco entre mis vestidos —¿Qué opinas de esté? —agarro un vestido rojo, ajustado hasta la cintura y suelto hacia abajo, con la apertura en una pierna que tanto me gusta, que logra darle un toque sexy sin sacarle lo elegante.

—Perfecto, tienes muy buen ojo en estas cosas —me halaga.

—Bueno, me educaron para esto —chasqueo la lengua, a lo cual ella me sonríe comprensiva.

Comprada por un mafioso [PAUSADA]Where stories live. Discover now