Elegida por la venganza (#8 Hijos de la Mafia)

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Dimitri:

Kira Vólkov.

Ese es el nombre de mi misión.

Una mujer de 26 años, joven, atractiva, seductora y que lleva una vida de libertinaje, sin reglas.

Y lo más importante.

Hija de Nicolai Vólkov.

La hija de ese hombre.

Vive actualmente con su madre y lejos de su padre.

¿La razón? No la sé y tampoco me interesa.

Lo único que me importa es mi propósito aquí y por lo que estoy en esta discoteca de mierda.

Mi mirada esta sobre ella mientras Kira se encuentra un piso debajo, bailando al ritmo de la música de pubertos, su cuerpo se mueve provocando a los hombres a su alrededor, menea las caderas prendiendo las pollas de cada uno de ellos, quienes le cogen la cintura y se frotan contra ella.

Kira lo disfruta, es bastante obvio.

Es rubia, delgada, tiene un rostro al igual que un cuerpo hermoso.

Es perfecta en todos sentidos para la mitad de los hombres aquí, por no decir todos.

Sin embargo, yo solo siento repulsión y asco.

Asco de la sangre que lleva en sus venas.

Bebo del trago que tengo en la mano y lo llevo a mis labios, vigilo a Kira durante toda la noche hasta que la veo lo suficientemente ebria como para ponerse de pie, así que opta por sentarse en la barra, a pedir otro trago.

Las amigas con las que vino no están y llama mucho más mi atención cuando uno de los tipos con los que estaba bailando, la señala mientras habla con otros hombres que no he visto esta noche.

Ellos se acercan seguramente después de haber escuchado de la boca de ese mismo tipo, lo fácil que es Kira, están hambrientos de ella, puedo verlo y en el estado de Kira, ni siquiera podrá defender.

Me quedo quieto a ver qué pasa.

No pierden el tiempo, primero le hablan al oído, Kira ríe y se deja llevar, entonces el tipo de la izquierda baja su jodida mano por la espalda hasta llegar a la falda del vestido, la levanta aquí mismo sin importar que lo miren y peor aún, haciendo quedar mal a Kira, su trasero sale a la vista y lo masajea.

¿No va a detenerlo?

O realmente le gusta que le traten así o esta ebria.

La respuesta la obtengo cuando se levanta del asiento.

¿Se ira con ellos?

No puedo darme el lujo de perderlos de vista.

(***)

—¡Hey!.—Llamo la atención de los tipo, quienes estaban a punto de subir al coche.

Los dos pares de ojos se ponen sobre mí.