Elegida por la venganza (#8 Hijos de la Mafia)

19

Dimitri:

—¿Te sirvo un trago?.—Me ofrece Nicolai mientras el se sirve un vaso propio, no sé cómo lo estoy logrando para no abalanzarme sobre el ahora mismo.

—No bebo.

Sus ojos me observar.

—Ahora mismo no me apetece uno.

—Eso suena más creíble.

Cierra la botella y lleva el vaso a sus labios, tomando un sorbo.

—¿Entonces... empezaras a platicarme tu relación con mi hija?

Dibujo una sonrisa forzada en mis labios.—Salimos... pero no entiendo porque debería darle explicaciones.

Sus ojos se abren.

—Kira no lo menciona cuando estamos juntos.

De alguna manera lo que he dicho le afecta más de lo que esperaba.

—No lo hace muy seguido ¿Eh?.—Me pregunta y no contesto.

Bebe otro sorbo y pone los ojos en mí.

—No la culpo ni a ella ni a su madre. Es por eso que no me atrevido a ir yo mismo a buscarlas.

Alzo las cejas.—¿Y no cree que quizás ella espera eso?

Los ojos de Nicolai me miran, su expresión cambia radicalmente.—Creí que habías dicho que no te habla de mí.

—Trata de no hacerlo.—Aclaro.—Aunque no sabía a que se dedicaba.

—¿Y a que crees que me dedico?

—¿Debo responder eso?

Nicolai suspira.—He estado vigilándote, Dimitri.

Mierda.

—Aunque no he encontrado mucho de ti... ¿A qué se debe?

Eso quiere decir que Gregori hizo muy bien su trabajo para desligarnos completamente de las conexiones con nuestro padre fallecido.

Era vital y lo primero que debíamos hacer dado que se diera esta situación y se terminó dando, de no haber sido así ahora mismo estaría acabado.

Asesinado por Nicolai, como lo está mi padre.

—¿Quién eres realmente?

Mantengo mi sonrisa y mis puños se aprietan hasta doler.—Soy el novio de su hija.

El me examina.

—Kira jamás a tenido novio y no he tenido que preocuparme por eso hasta ahora.—Sigue.—¿ Por qué de repente apareces y ahora eres el novio de mi hija?

—Tal vez ella vio algo en mí.

—¿ Y crees merecer a mi hija?

La pregunta me deja en silencio y se repite en mi mente, Nicolai espera mi respuesta.

Merecer...

¿Merezco a Kira?

Claro que no y aunque se que debo mentir, la mentira no sale de mi boca, así que solo opto por guardar silencio.

Una sonrisa curva los labios de ese hombre.—Interesante.

—¿Qué significa esto, papá?

Joder...

Me giro igual que ese hombre y la veo, está de pie parada en el arco de la entrada de la sala, con una expresión furiosa que pasa a estar preocupada en el segundo en que pone los ojos en mí.

Kira, joder.

Esto se está saliendo más de lo que puedo soportar.