CAPÍTULO 13

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ANNA

De todas las cosas locas que había hecho en la vida, esta había sido una de ellas. Luego de todo lo que me había contado de Camille se atrevía a pedirme que lo besara. De ninguna manera estaba dispuesta a hacerlo, como podría mirarlo a la cara después, me moriría de vergüenza.

-¡Nos van a atrapar! –me advierte pero no le hago caso –Te  lo estoy pidiendo de una manera muy respetuosa –continua su discurso – ¡Vamos!, es solo un beso.

Claro, para él que se había besuqueado con Camille era un beso cualquiera, pero para mí no lo era, y no estaba dispuesta a darle mi primer beso a ese creído príncipe que ni siquiera sabía lo que era una moto.

-¡Ya dije que no! –le espeto y se ofusca -¡Qué nos descubran! ¡Ya estoy harta!

Ya me disponía a encarar a los policías, que se habían acercado demasiado, cuando Nathan agarró mi brazo con fuerza y me hizo retroceder para luego sostenerme por la cintura.

-¡Súeltame! –murmuro mientras los policías continuaban acercándose peligrosamente.

-¡Tú lo quisiste así! –dice mientas acerca su rostro al mío.

Sin previo aviso, una de sus manos tomaron de mi nuca y acercó sus labios a los míos tomándolos con fuerza. Quise ofrecer resistencia, pero me tenía inmovilizada por completo. Un fuego comenzó a emerger de mis mejillas mientas me besaba apasionadamente, en ese momento cada músculo de mi cuerpo se tensó y solo podía dejarme hacer. Cuando notó que dejaba de resistirme bajó la intensidad y comencé a disfrutar el momento, su lengua se abrió paso en mi boca y ambas se entrelazaron en una danza muy sensual. La mano que sostenía mi nuca comenzó a acariciar mis mejillas mientras sus labios seguían pegados a los míos. No advertí si habían pasado los policías y él tampoco porque nuestros ojos estaban cerrados y ya no podíamos ver, solo sentíamos. En un momento de lucidez, cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo me solté de sus brazos sin importarme las consecuencias, y al hacerlo, mis labios comenzaron a sentir la ausencia de los suyos.

Aterrada por lo sucedido, miré a ambos lados y cuando comprobé que el peligro se había alejado lo suficiente le propiné una bofetada a ese engreído.

-¡Qué te pasa! –exclama con la mano en el rostro -¿Por qué hiciste eso?

-¡Y tienes el descaro de preguntar!

-Fue solo un beso –me dice –el beso de la salvación.

¿Será idiota?

-Ya vámonos antes de que….

-¿De qué…..? –pregunta con sarcasmo –de que me vuelvas a pegar, mira te dije que me trataras como un amigo, pero si así tratas a todos tus amigos es mejor que guardemos las distancias –dice muy seriamente –no te hagas ideas que no son, solo te besé para que los policías pensaran que éramos una pareja común, pero si tanto te ofendí te pido una disculpa.

Sus palabras me hicieron sentir como una loca, y en realidad estaba actuando como tal. No se merecía esa bofetada, ¿cómo podría saber que no había besado a nadie?

-¡Espera!, la moto –digo casi gritando y se regresa.

Me dedicó una mirada que no supe como calificar, tomó la moto y se dispuso a caminar. No me quedó más remedio que seguirlo sin abrir la boca, ya estaba lo suficientemente avergonzada a causa del beso y aun peor con su reacción.

¡Soy una tonta! ¿En que estaba pensando?

Esta vez, el camino se me hizo muy largo, la caminata me tenía muy cansada, pero aún así no quise quejarme y perturbar la paz del momento. Cuando llegamos al camino del bosque, Nathan se detuvo un segundo y encendió la luz de su teléfono, sin mirarme, lo acomodó y volvió a agarrar la moto para continuar caminando hasta que decidí romper con la tensión que se había creado a nuestro alrededor por mi culpa.

-¡Espera un momento! –lo detengo poniéndome en medio de su camino.

-¿Qué sucede? –pregunta con un tono hostil.

-Quiero pedirte una disculpa yo no debí….

-¡Disculpa aceptada! –vuelve a decir en el mismo tono –podemos por favor continuar antes de que amanezca.

¡Qué pesado!

-¡No tienes que ser tan grosero! –le espeto y su rostro se contrae –cometí un error, tampoco es para que te ofendas tanto.

-¡Mira Elizabeth! –comienza a hablar –ni siquiera tengo que estar fuera del palacio, y si para colmo me descubren contigo… ¿qué crees que podría pasarnos?.... Te confié mi secreto, y solo porque te di un beso para intentar salvarnos me tratas como un depravado, ¿tanto asco te doy?

¡Valla!

Acepto que mi comportamiento no fue el mejor, pero ya se estaba pasando con sus reclamos. No iba a permitir que me tratara de esa manera solo porque era el príncipe, le había pedido disculpas desde el fondo de mi corazón y en verdad me sentía muy arrepentida por mi desagradable reacción y si él no estaba dispuesto a aceptarlas no le iba a rogar más.

-Ya te pedí disculpas por eso y tengo mis motivos para reaccionar como lo hice –trato de explicarle –no tengo por qué darte más explicaciones.

-Pues bien, a partir de mañana te trataré como una seleccionada más, solo te pido que olvides todo lo que pasó y que mis secretos continúen siendo secretos, así como yo haré lo mismo con los tuyos.

Era lo mejor, eso de andar de amiguita con el príncipe solo me traería problemas, y a él no le pasaría nada por obvias razones, pero conmigo no sucedería lo mismo.

Cuando llegamos a la puerta, Nathan puso la moto en su lugar, volvió a colocarle la lona que la cubría y ambos nos pusimos la ropa que traíamos antes de escapar. Me acompañó hasta mi cuarto teniendo mucho cuidado de que nade nos viera y desapareció por el pasillo.

Miércoles 8 de julio

¿Como les fue con el capítulo de hoy?

¿Sorprendidos por el beso?

¿Les gustó la nueva faceta que descubrieron del príncipe?

¿Por qué creen que reaccionaría de esa manera con Anna?

La Selección: La Leyenda Where stories live. Discover now