Del odio al amor.

Amor

- Eres un idiota.

Suelto las palabras sin fijarme en quien me hizo caer, baje las escaleras corriendo y cuando salía de la torre tropecé con alguien. Me dolió.

- Lo... Siento... - Snow está frente a mi con esos ojos cafés atrapando los míos mientras me extiende su mano. - ¿Estás bien?.

Siento alivio al verlo ahí, pero me levanto dejando su mano en el aire.

- Si.

- Fue tu culpa, ¿Sabes?. - No sé que responder. Tiene razón. - ¿Por qué sales corriendo a estás horas?, ¿Pasa algo?.

- No.

- Es demaciado tarde para ir a beber. ¿No crees?.

- Es la hora... - Me detengo al darme cuenta que estoy a punto de revelarme. Una cosa es que lo sospeche y otra que yo se lo confirme. - No te importa. ¿Por qué llegas tan tarde?.

- Estaba buscando al hechicero, pero no lo encontré. Ya lo veré mañana.

- Snow voltea a verme cuando me hables.

- Adiós.

Entra a la torre si decir más. Aún no se que iba hacer una vez que lo encontrará o que supiera si se había ido.
Debería quedarme a fuera hasta que se duerma mínimo. Es tan incómodo estar cerca ahora. Idiota.
Debo estar más loco de lo que crei. No solo soy un vampiro, también soy un idiota y mucho peor que Snow. Si el hechicero no saca mi nombre del libro mi familia si lo hará.

******
Me estoy cambiando para dormir. Me sorprendió ver a Baz salir a toda prisa. Se acababa de bañar. ¿Entonces por qué iría a beber apenas?. Tal vez no lo haría y se va a encontrar con alguien. Llevaba un pantalón azul y una camisa negra, ese maldito mechón suyo caía sobre su frente de manera perfecta. Tengo que irme.

- No te odio.

La voz a mis espaldas me saca de mis pensamientos, no escuché cuando entro. Su voz es casi un susurro pero hay tanto silencio que la escucho bien.

- Me preguntaste si te odiaba. Pues no es así. Solo es que...

- Es tu deber. - Digo más para mí que para él.

- Si. - Suspira y no soy capaz de voltear. - Mi familia... Ya sabes... No me perdonaría no hacerlo. Fiona estaría furiosa si le digo que no te odio, o que somos amigos de alguna manera.

- ¿Porqué ellos me odian?.

- No a ti en específico... - Hay de nuevo silencio. Suspiro y decido al fin voltear.

- Al hechicero. Lo sé, pero yo soy parte de él y por lo tanto una amenaza para ustedes y todas las familias antiguas. - No responde y solo baja la mirada así que continúo. - No quiero lastimar a nadie. Pero tampoco me dan muchas opciones, ya hay una guerra en cursos y yo soy el guerrero en este bando y tú en el otro, ¿No es así?... - Más silencio. Así que digo esto antes de que me queme por dentro - Ganaste.

- ¿Cómo?. - Levanta la mirada de golpe.

- No voy a luchar contra ti. Ya lo decidí. Vencere al Hudrum llegado el momento. Y le haré a un lado para lo que sigue.

- ¿Que?. - Su ojos grises brillan más de lo habitual y su rostro está más pálido que hace unos minutos.

- Estoy aquí para salvar la magia de quién la está devorando. Una vez que haga eso no me importa lo que suceda. Si quieren acabar ustedes con ella ya no voy a meterme.

- ¿Por qué?.

- No pienso enfrentarme a ti... -  No sé que me pasa, se que no soy gay, bueno justo ahora no se. - No te haré daño, así que podrás destruirme una vez que cumpla mi misión.