ᝰ 24

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𖥸

El resto del día transcurre demasiado rápido para él. Ni siquiera es consciente de lo afectada que se ve su percepción del tiempo, está muy desanimado como para que aquello llegue a ser una preocupación.

Siente una mezcla de muchas emociones, bastante desagradables de experimentar en conjunto. Enojo, impotencia y arrepentimiento son algunas de ellas, sin embargo la que más ardor provoca en su pecho es la decepción. Está terriblemente decepcionado, y no únicamente con Jaemin. El fuerte y genuino desprecio es quizás más dirigido hacia sí mismo que a cualquier otro individuo. Muy pocas fueron las ocasiones en las que la cabeza de Seonghwa se sumergió en pensamientos de profundo odio, todos dedicados a su ingenua persona. Solía convivir decentemente con aquellos errores humanos que creyó fueron los únicos que cometió, pero ser consciente de que su crédulo actuar resultó ser más grave de lo que esperó es lo que más bruma genera en su cerebro, atascado de frustraciones.

La única forma en la que puede resumir de cierta manera parte sus sentimientos es la sensación de haber sido utilizado como un títere de trapo. Por años. Y la peor parte, a su parecer, es que jamás realizó el intento de detener aquello que se ejecutaba en sus narices.

Estuvo para Na desde siempre, incluso en aquellos momentos en que quizás debía permitirle al chico probar una cucharada de su propia medicina. Se mantuvo a su lado en los peores períodos, aquellos desbordantes de tensión e incertidumbre, ignorando la existencia de toda actitud cruel ajena. No le importó saber que la mayor parte de veces estaba poniéndose en riesgo a sí mismo por salvar el pellejo de Jaemin. Apoyó al pelirosa en cada acción que este decidió llevar a cabo, por más que sus resultados dejaran mucho que desear. Jamás recibió una recompensa, pero aquello lo mantuvo sin cuidado. Otorgó cada pieza de su ser sin esperar nada a cambio, porque pensó que exigir reciprocidad en una amistad era una acto totalmente egoísta. Estaba muy equivocado, pero no lo sabía. Jaemin lo tenía bastante atontado.

Nunca se dio cuenta de lo manipulado que estaba siendo hasta que el chico confesó en voz alta sus mentiras, y a pesar que aquellas falsas verdades no afectaron en ningún aspecto de su vida, se encuentra sumamente herido e indignado. Dista de ser una experiencia agradable darse cuenta de que aquella persona que prácticamente tuvo en un fantasioso pedestal, y defendió con toda su energía, resulta ser peor de lo que cualquiera pudo llegar a imaginarse. Él había hecho todo lo que estuvo a su alcance para asegurarse del total bienestar de Na, colocándose en miles de ocasiones a sí mismo en un segundo lugar, para que simplemente el pelirosa le mienta de la forma más asquerosamente descarada y lo maneje a su gusto. La traición quema su pecho.

Quiere sentirse enojado, y lo está, vaya que lo está, pero la tristeza y el abatimiento incrementan de forma preocupante y no sabe cómo controlar aquello.

Está guardando nuevos productos en los estantes más bajos del autoservicio. Ya es de noche, y definitivamente fue la tarde laboral más silenciosa que él y Yeosang compartieron, incluso más que las primeras ocasiones, en las que difícilmente se miraban a la cara. Ninguno de los dos sabe muy bien qué hacer. Kang en especial, pues al ver al mayor tan apagado y envuelto un aura oscura no tiene idea de cómo reaccionar, sólo se siente apenado por aquel estado de profundo desánimo.

Afuera empezó a llover desde el momento en que colocaron un pie en el lugar. Ahora, esa lluvia se ha transformado en una ruidosa tormenta, con algunos truenos que de vez en cuando sobresaltan a ambos por lo repentinos que resultan. El clima es de nula ayuda para que el humor de Seonghwa presente cierta mejora.

El castaño está sentado en el frío suelo con un par de cajas a su lado acompañándolo cuando la luz del autoservicio se apaga abruptamente. Por los limpios ventanales de vidrio, puede notar que algunos faroles de la calle corren con la misma suerte. Parece ser que la electricidad se ha ido. No puede evitar resoplar, y es que aquello es lo último que le faltaba para transformar su día en una pesadilla de la que desea despertar. Se apresura a desconectar los refrigeradores, los cuales afortunadamente se encuentran a un par de metros.

𝐈𝐍𝐒𝐈𝐃𝐈𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 | seongsangWhere stories live. Discover now